Tevé

House of the Dragon

La llama vuelve a arder

Por Juan Daniel Ramírez (@TranviaFantasma).

Luego del mal sabor que dejó la última temporada de Game of Thrones, no estaba con muchas ganas de volver a ver otra versión televisiva de Westeros. Aun así, caí una vez más en el mundo creado por George R. R. Martin, luego de ver el tráiler de House of the Dragon. No pude resistirme a esos dragones.

Este nuevo spin-off promete revivir la llama de una franquicia que llegó a ser un auténtico fenómeno cultural.

Una precuela de sangre y fuego

House of the Dragon transcurre casi 200 años antes de los sucesos de Game of Thrones y nos muestra el apogeo de la dinastía Targaryen, familia en la que se centra la trama.

Es reconfortante saber que esta serie se basa en Fire & Blood, un libro de “historia” escrito por el mismísimo George R. R. Martin. Esto significa que los guionistas no tendrán que improvisar con ideas y desarrollos de dudosa calidad. Sin embargo, tienen el desafío de adaptar la prosa seca del maestre ficticio que cuenta la historia de Westeros.

La serie abarca la segunda mitad de Fire & Blood y se enfoca en los conflictos internos de los antepasados de Daenerys Targaryen.

Los herederos del trono de HBO

El equipo de esta producción ya no está liderado por los antiguos showrunners (responsables del programa). Así, HBO hace borrón y cuenta nueva para que los fans sepan que la franquicia ya no está en las manos de quienes tomaron decisiones cuestionables.

El canal norteamericano está decidido a hacerle justicia a la obra de Martin; por eso, el presupuesto para House of the Dragon es aún mayor que el de los últimos seis capítulos de GoT, según la revista Variety. Este hecho queda evidenciado al ver la primera entrega: locaciones y sets majestuosos, escenas cinematográficas y CGI del bueno.

“No buscamos superar a la serie original, solo queremos hacer algo hermoso”, cuenta una de las responsables de producción, en un video que detalla el detrás de cámaras.

Un piloto que reaviva el fuego

A pocos segundos de darle play, uno ya es transportado al rico universo creado por Martin. La primera escena es explicativa; y aún así totalmente inmersiva gracias al nivel de producción y dirección, aspectos que se destacan durante todo el capítulo piloto, donde se plantan las semillas de futuras colisiones por el trono (no damos más detalles para no spoilear).

A lo largo del episodio titulado Los herederos del dragón, se destacan las actuaciones de Paddy Considine (Viserys Targaryen), Milly Alcock (la joven Rhaenyra Targaryen), Emily Carey (Alicent Hightower), Rhys Ifans (Otto Hightower) y Matt Smith (Daemon Targaryen), quien viene a demostrar que sus dotes actorales van mucho más allá de lo que mostró en Morbius (de hecho, es un actor prestigioso que hasta encarnó al Dr. Who).

Además del nivel actoral, el arranque de House of the Dragon tiene todos los ingredientes que caracterizaron a Game of Thrones: intriga política, fantasía, violencia cruda, sexo (cumplimos en avisar) y detalles que hacen sentir la inmensidad de Westeros.

También hay que destacar que los showrunners (Miguel Sapochnik y Ryan Condal) buscan ser muy fieles a lo escrito por George R. R. Martin. “Creo que estoy en buenas manos con Ryan y Miguel”, comentó el autor en un minidocumental de HBO. Esa fidelidad a la obra original se plasma en el Trono de Hierro, el cual es más puntiagudo y con más espadas, lo que lo hace más cercano a la descripción que se puede leer en los libros. Este simbolismo es bastante importante y, por fortuna, Sapochnik y Condal optaron por incluirlo. Ambos responsables de la serie tuvieron en cuenta los aspectos positivos y negativos de la producción de Game of Thrones y aprendieron de los errores de sus antecesores, D. B. Weiss y David Benioff.

Todo parece señalar que los nueve capítulos que quedan por emitirse cumplirán con la difícil misión de atraer tanto a fans decepcionados como a un nuevo público que no llegó a engancharse con la serie anterior.

La Canción de Hielo y Fuego seguirá sonando

HBO no planea dejar de exprimir el éxito de Game of Thrones, pero trata con mucho respeto a la obra original. Por este motivo (probablemente) no dudó en cancelar otro spin-off cuyo piloto ya estaba terminado, lo que implica que gastó más de 30 millones de dólares en una producción que nunca saldrá a la luz. La serie iba a llamarse Bloodmoon y contaba con Naomi Watts en el papel protagónico. «No tenía esa profundidad y riqueza del piloto de la serie original», reveló Robert Greenblatt, expresidente de Warner, a la revista NME.

Se nota que hay una clara intención de no bajar la calidad, ya que están conscientes de que los fans de A Song of Ice and Fire son muy exigentes y, si están inconformes, pueden atacar en grupo, como lo hacen los White Walkers.
Con ese estándar en mente, se están desarrollando otros spin-offs: The Sea Snake, Ten Thousand Ships, Dunk & Egg y The Golden Empire (una serie animada).

Ni el propio George R. R. Martin sabe cuántos de esos proyectos serán finalizados, pero sí hay algo que todos sabemos: seguiremos atrapados en Westeros por mucho tiempo.

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