Música

Surgir en Paraguay

Una nueva escena nacional: las figuras que pisan fuerte hoy

El rubro musical se expande con propuestas nuevas que van desde sessions hasta lanzamientos de EPs. Dentro de un mercado cada vez más competitivo, estos artistas apuestan por estilos que generan nuevos seguidores y apartan a un lado el streaming y el género urbano.

Por Karina O. Conteiro. Dirección de arte y producción: Betha Achón. Producción: Sandra Flecha. Fotografía: Fernando Franceschelli.

El auge de artistas emergentes en nuestro país va en aumento, y desde mucho antes que la pandemia fuera propulsora de ese acontecimiento. Abundan las propuestas musicales con una gran variedad, que se abre paso dentro de la escena local con mucho qué decir a través de las canciones. En esta oportunidad proponemos tres representantes de géneros que le hacen frente a la tendencia del estilo urbano, con estilos que pasan por los sonidos autóctonos y el pop, hasta incluir nuestra lengua materna: el guaraní.

Paty Latorre

“La música es algo que siempre voy a hacer, me acompañará siempre de alguna forma”, cuenta Paty Latorre, cantante, fotógrafa y gestora cultural. Con 24 años, supo ganarse su lugar desde muy temprano como artista en solitario, colaborando en otros grupos y, luego, con su proyecto personal, Passiflora.

Latorre comenzó su trayectoria de niña cuando cantaba en coros y, a la par, escribía. A los 16 dio un salto y se presentó en vivo en distintos bares con sus propias creaciones. Con 19 le llegó la propuesta de ser parte del grupo experimental Midistroy, compuesto por William Dunkel Perinetto, Rodrigo Drigs Gómez y Javier Arévalos. La repercusión fue tal que llegaron a uno de los festivales más importante del país, como parte del lineup oficial del Asunciónico en 2018. Ese año compartieron grilla con bandas de la talla de Imagine Dragons y artistas como Kygo y Mon Laferte. 

De eso pasaron meses, y Paty sentía que había mucho más todavía para decir. Entonces decidió darle forma a una idea que venía gestando hace tiempo. “Andaba componiendo y notaba un concepto, un hilo común entre los temas; aparte, le fui buscando nombre y terminó siendo Passiflora”, reflexiona sobre el origen de su proyecto más personal. El grupo nació en agosto de 2019 y, actualmente, está integrado por ella misma, Diego Peña y Ángel Crosa.
Passiflora tiene un álbum titulado Mercurio Vivo, disponible en todas las plataformas digitales, un gran paso al streaming. “Surgió la posibilidad de trabajar con un amigo sonidista que tiene equipos y nos bancó el proceso de preproducción. Él logró que llegáramos con una gran parte hecha. Así abaratamos costos, pues todo eso tiene un valor”, dice ella. 

Paty Latorre. Fotografía: Fernando Franceschelli.

El disco cuenta con 10 canciones propias, con una fusión que va desde el folk al rock y un poco de progresivo. El estilo se asemeja mucho a las canciones de protesta, nombre con el que se conoce a la canción de autor y que se remonta a los años 60 y 70, de artistas que hablaban sobre la situación social y política de un país.
Mercurio Vivo tiene mucho de eso; es un álbum que trata del poder, con letras que hablan del optimismo y la toma de conciencia sobre el efecto que ejercemos en el ambiente. “Si quiero protestar o usar el poder que tengo, que me escuchen, quisiera hacerlo por la naturaleza y la gente que resiste. No solo somos víctimas, también resistencia”, reflexiona. 

Su música gusta y atrae, Latorre posee una fuerza en la voz que entremezcla melancolía y dulzura. Su lírica está pensada para que la cante basándose en un estilo tan personal como folclórico y, en ese sentido, es imposible no pensar por un momento en una de las referentes más aclamadas de ese género, la fallecida tucumana Mercedes Sosa. “Cuando comencé a tocar la guitarra aprendí alguna guaranias, mi papá escuchaba mucho folclore regional y me nació la necesidad de fusionar”, asegura Paty y añade que no intentaría crear algo que no sea netamente genuino para ella, aunque sí admite que con su proyecto se encuentra en constante exploración musical. “Busco expresarme y sacar de mi cabeza lo que tengo. Soy de observar al mundo; muchas cosas me dan ideas. La creación es infinita, pero se puede resumir en la observación”, cierra. 

El disco está disponible en Spotify, Deezer y YouTube, y en formato físico puede adquirirse a través de la cuenta de Instagram de la artista @latypatorre.

Cuando comencé a tocar la guitarra aprendí alguna guaranias, mi papá escuchaba mucho folclore regional y me nació la necesidad de fusionar.

Paty Latorre.

Sari Carri, cantante 

El proyecto Sari Carri nació en 2020, luego de que Sara Cañiza (su nombre real) decidiera lanzarse como compositora, tras años de poner en espera esa pasión oculta. Entre 2013 y 2014 prestó su voz para cóvers en bares asuncenos. “A los 21 años me di cuenta de que quería hacer música en un concierto homenaje a Amy Winehouse. Quise hacerlo [cantar] porque siempre me gustó”, admite y añade que la artista británica fue de gran ayuda cuando se encontraba en medio de una introspección de todo lo que consumía musicalmente. En ese entonces, de a poco, se fue adentrando en el jazz.

En su haber ya cuenta con varios singles lanzados, como Incertidumbre, el primero que hizo público en 2020, en colaboración con su par Gea Pataki y la rapera y DJ Jazzy K. Además, de un tiempo para acá, fue parte de varios live sessions, en donde, de manera más íntima y en un formato unplugged, Carri fue dando a conocer algunas de sus creaciones.

Entre las invitaciones que recibió se hallan Consu Sessions, organizado por Café Consulado; Alter/Nativa, a cargo de Janus Media, y Colores en Órbita, en colaboración con la firma de moda local Rotunda. “Me considero cantautora. Hay canciones que creé en diferentes momentos de la vida. Muchas veces me inspiro en situaciones existenciales, cotidianas, y otras, en relaciones”, cuenta Sari. Su estilo parte de varios géneros en una fusión que agrupa pop, indie y R&B. En Qué buscas? se puede apreciar este último género, que evoca a artistas referentes como Kali Uchis, Chita o Solange Knowles. 

Sari Carri. Fotografía: Fernando Franceschelli.

Actualmente trabaja en un EP que incluirá todas las canciones que ya se encuentran publicadas, como Coco o Incertidumbre. Además, tendrá aquellas que ya cuentan con videoclip como Qué buscas? y Otra piel, esta última en colaboración con Sir Waltah, baterista de NestorLó y los Caminantes, y Más Funk que Jazz. “Paraguay es un país chiquito y muchas veces centralizamos demasiado en Asunción. El desafío está en expandir y también sacar un poco afuera, exportar lo que se hace acá”, refiere la cantautora y añade que llegar a un estudio de grabación también tiene sus complicaciones: “Muchos artistas apelamos a juntarnos entre nosotros y ayudarnos para hacer música, sin que el dinero sea impedimento”. 

En paralelo, Sari tiene dos trabajos para seguir invirtiendo en sus sueños: es emprendedora del rubro textil (diseña ropa de estilo vintage) y los fines de semana, cuando no hay eventos, tiene un empleo en un bar. “Me gustaría llegar lo más lejos que se pueda, me agrada pensar en grande e inspirar a otras artistas, seguir aprendiendo y creciendo”, cierra. 

En su cuenta de Instagram @saricarrri, la red social donde la artista se mantiene en constante contacto con su público, se encuentran el link que deriva a los distintos sencillos que hasta ahora forman parte de su repertorio, además de las principales plataformas: Spotify, Deezer, Apple Music, Tidal, Amazon Music, Instagram Music y TikTok.

Paraguay es un país chiquito y muchas veces centralizamos demasiado en Asunción. El desafío está en expandir y también sacar un poco afuera, exportar lo que se hace acá.

Sari Carri.

Apeguahh, hip-hop en guaraní

Apeguahh (palabra formada a partir de la palabra que significa “de acá” en guaraní) tiene casi una década dentro de la movida nacional. En 2015, sus creadores, Tekovete y Ares Pillas, se vieron obligados a cambiar la situación que atravesaban los géneros rap y hip-hop en Paraguay. No había lugar dentro del país para los sonidos urbanos originarios del distrito del Bronx, de Nueva York. Un género que eventualmente terminó convirtiéndose en movimiento cultural, y que nació como respuesta a la represiva situación en la que vivían los ciudadanos negros y latinos recluidos en guetos ubicados en los barrios marginados neoyorquinos. 

Ares Pillas, de Apeguahh. Fotografía: Fernando Franceschelli.

“Al principio fuimos dos con la idea, nunca grabamos nada hasta que nos juntamos con Novique (actual productor musical e integrante del trío). Armábamos los temas y tocábamos en protestas y eventos culturales”, cuenta Ares.
Apeguahh sale totalmente de lo común: es música pensada y creada a partir del idioma guaraní. Los mismos integrantes de la agrupación se encargan de escribir y recitar las estrofas en cada aparición. Y si bien todavía no cuentan con un EP o álbum de estudio, hasta el momento tienen una importante repercusión dentro de la escena local y ganan cada vez más adeptos, que quedan maravillados en cada aparición. “El proyecto me cautivó porque puedo expresarme en una jerga totalmente nuestra. En cada letra hablamos sobre lo que nos pica [molesta] a todos, y tratamos de despertar un poco la consciencia de la gente a la hora de elegir a nuestros candidatos políticos”, cuenta Novique. “Apeguahh es hip-hop protesta. Trata sobre temas sociales que nos afectan y es una protesta en guaraní”, dice, por su parte, Tekovete. 

Cada uno cuenta con sus respectivos proyectos en solitario. Pillas tiene varios singles que se pueden encontrar en YouTube, como Aún existe solución y Pohã ñana; este último quizás sea su hit más escuchado. Tekovete grabó un EP de nombre Arandu (2016) y un álbum de estudio, Aratiri (2021). En cuanto al tercer integrante, cuando está en el escenario adopta su alter-ego, Novique, y en su faceta de productor lleva el nombre artístico de Eneveku. “Siempre con ganas de creer en la música”, refiere este. 

Antes de que la vida los reuniera, cada uno de los integrantes se introdujo a este ambiente de distintas formas. Novique escribió sus primeras líneas en 2002, con 14 años, influenciado por la extinta agrupación paraguaya de hip-hop Más que Uno. Ares pintaba grafitis en 2007, al siguiente año comenzó a rapear y en 2010 logró grabar su primer tema. En cuanto a Tekovete, se inició en la cultura del hip-hop en 2005, en 2012 escribía sus temas y dos años después comenzó a moverse dentro de la movida cultural. 

Tekovete, de Apeguahh. Fotografía: Fernando Franceschelli.

Como trío, Apeguahh tiene en su haber cuatro canciones que serán incluidas en el primer EP a ser lanzado. No se apuran porque saben que, de un tiempo para acá, supieron construir una audiencia fiel que les sigue a donde quiera que van. “Con el público es muy simpático, porque los shows que hacemos les llegan totalmente”, dice Novique. Hasta el momento tuvieron apariciones en Ndaipóri Frontera, movimiento artístico que aglutina a exponentes del hip-hop, rap y grafiti; en Bolivia Tropical, ciclo de baile; Spin The Black Mango y The Jam, bares nocturnos que ofrecen espacios para activaciones culturales; y en el San Lorenzo Rock Festival. “La diversidad siempre es buena, no podés encerrarte en algo, es la única forma de crecer. La idea es que sea más diverso y se amplíe el espectro de personas que consumen”, dice Tekovete. “Queremos llegar a la gente y que la gente llegue a nuestra música, siempre estamos abiertos a las posibilidades”, asevera Ares y añade que la propuesta es mantenerse entre lo cultural y lo social. 

“No buscamos sonar en las radios. Damos conciertos sin que la gente conozca los temas, y la gente los corea sin que siquiera estemos en las plataformas. Eso es lo que me llena. La gente se queda con la idea, las palabras, conecta con la música”, cierra Tekovete. 

Ser artista en Paraguay

Muchos artistas se mantienen ansiosos de aportar y ser parte de un legado que marque un nuevo rumbo en la industria. A diferencia de hace una década, en la actualidad hay cada vez más espacios disponibles para que los que recién están iniciando tengan un lugar donde dar los primeros pasos. 

Novique, de Apeguahh. Fotografía: Fernando Franceschelli.

“Se está haciendo un mercado viable; antes vender un show o estar en un bar era difícil […], pero gran parte (del cambio) se debe al talento que hay acá en Paraguay, y gracias a esa gente se abren las puertas que nos permiten dejar nuestro arte”, dice Tekovete.

Dentro del país también se encuentran quienes aún mantienen vivo ese espíritu de plasmar todo un universo conectando distintas canciones dentro de un álbum, pero que, a la vez, se mantiene como un desafío. “Es muy difícil contar con material grabado, nosotros seguimos pagando el disco, y no todo el mundo tiene la posibilidad de hacer otras cosas y pagarse uno”, dice, por su parte, Paty Latorre.

Lo que sucede, además, es que la forma de estar en contacto con la música hoy por hoy es muy diferente. Las reglas del juego están en cambio constante, lo que responde a una nueva forma de consumir que considera la instantaneidad y la experiencia precoz de sentir nueva música. Si bien el streaming democratizó el mercado, el rol del artista también se vio alcanzado en esta nueva era, pues ya no es solo el que canta o escribe sus canciones, sino también es la construcción de un nuevo modelo de artista encargado de gestionar su lanzamiento, hacer su propio marketing y, al mismo tiempo, ser agente de prensa. “(El streaming) es una puerta para hacerte conocer más, pero se necesita tiempo para crear y darle espacio a la creatividad en esa área”, dice Sari Carri.

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