Bienestar

Acné en la adultez

Una breve guía de qué es y cómo se puede tratar

El acné es una patología que se asocia mucho con una específica etapa de crecimiento: la adolescencia. Sin
embargo, también se presenta en personas adultas. Con ayuda de una especialista en dermatología y estética,
indagamos en las causas de esta enfermedad, en las posibles formas de tratarla y en los cuidados que se deben
tener, tanto de manera diaria, como en verano.

No debería ser usual en el oficio del perio dismo el caer en generalizaciones, pero me refugio en una experiencia que creo tuvimos en común los millenials —en tiéndase personas que nacieron entre 1981 y 1996 aproximadamente— sobre el cuidado de la piel, para dar pie a esta nota. Así como nuestros padres y madres nos enseñaron a cuidar nuestros cuerpos y la alimentación, a hacer ejercicio y deportes, a ejercitar la mente, creo que el cuidado cutáneo fue uno de los temas con menos énfasis.

Si hablamos de la piel, una de las enfermedades más comunes y conocidas en el mundo es el acné. Para indagar mejor en este tema, particularmente cómo afecta a las personas adultas y de qué maneras se trata, conversamos con la doctora Silvia Espínola, médica egresada de la Universidad Católica de Asunción, y especializada en dermatología y estética en San Pablo, Brasil.

El acné es una patología, una enfermedad multifac torial que afecta a una cantidad significativa de personas alrededor del mundo. Según un estudio realizado por la doctora Fátima Agüero sobre las características clínicas y epidemiológicas de personas que consultan por acné, a pesar de que se lo conceptúa como afección casi exclusi va del adolescente, un importante número de pacientes es mayor de 20 años.

El acné, al ser una enfermedad multifactorial, se pue de dar por factores intrínsecos, por ejemplo, la genética de la persona, así como por causa hormonal; y los extrínsecos, que sería todo lo externo como la alimentación o los productos que se aplican sobre el rostro. “Hay muchas maneras de tratar el acné: tenemos tratamientos tópicos, que consisten en todo lo que se aplica en la piel, como cremas y lociones; orales, como medicamentos, y también se usan anticonceptivos para bloquear la parte hormonal y de esa manera ayudar de manera secunda ria a tratarlo”, explica la doctora Silvia.

¿Qué podemos hacer para prevenir?

Pero antes, hablemos de prevención. El cuidado de la piel también tiene un carácter preventivo, y en este caso, las recomendaciones de la profesional son las siguientes:

– Realizar una buena limpieza diaria del rostro. Para utilizar un limpiador acorde a la piel de cada persona, es recomendable acudir a un especialista que indique qué tipo de limpiador usar, ya que estos productos contienen componentes que ayudan a regular la secreción sebácea o controlan el exceso de sebo y brillo. Una buena limpieza dos veces al día, más la utilización de un protector solar, es una buena manera de empezar el cuidado de la piel.

Consumir la cantidad de agua recomendada por día y disminuir los azúcares y carbohidratos, que estimulan a las glándulas sebáceas.

– Mantener una dieta saludable. Consumir la cantidad de agua recomendada por día y disminuir los azúcares y carbohidratos, que estimulan a las glándulas sebáceas. Cada cuerpo, y su genética, es distinto, sin embargo, es importante llevar adelante una alimentación basada en el consumo balanceado de frutas, vegetales, proteínas, carbohidratos y carnes rojas y blancas (en el caso de personas no vegetarianas).

– Evitar el consumo de lácteos, especialmente de leche vacuna, pues esta, aparte de estimular el surgimiento del acné, también es muy alergénica e inflamatoria. En este caso se podría optar por el consumo de bebidas deslactosadas o leches vegetales.

Evitar el consumo de lácteos, especialmente de leche vacuna, pues esta, aparte de estimular el surgimiento del acné, también es muy alergénica e inflamatoria.

– Hacer ejercicio y mantener el cuerpo en movimiento. Si bien la actividad física en sí no incide directamente sobre el acné, sí ayuda a la calidad de vida. Esta enfermedad puede generar baja autoestima y una percepción alterada de uno mismo, y en este sentido, ejercitarse ayudará a la persona a sentirse mejor consigo misma.

Acné en personas adultas

El acné en adultos se produce debido a que la grasa generada por las glándulas sebáceas obstruye los poros. Las bacterias proliferan en el interior de los poros que, al quedarse cerrados, causan una infección en la piel. Según la Academia Estadounidense de Dermatología, existen múltiples factores que inciden en el surgimiento de esta enfermedad en personas adultas.

Uno de ellos se refiere a los niveles hormonales fluctuantes, ya que su desequilibrio puede causar brotes, y estos suelen ser más comunes en las mujeres, por ejemplo, cuando menstruan, durante un embarazo, la perimenopausia y la menopausia. El estrés también es un factor, ya que ante esta situación se producen más andrógenos, hormona que estimula las glándulas sebáceas y los folículos pilosos de la piel.

Los antecedentes familiares también inciden. Esto es importante porque existen estudios que sugieren que existe una predisposición genética al acné, y que en particular estas personas tienen más probabilidades de sufrirlo en la edad adulta.

Para la doctora Silvia, las personas adultas que tienen acné deberían contar con una rutina de cuidado diario durante toda la vida. Existen grados de esta enfermedad: leve, moderado, severo y muy severo; y según qué grado sea, se implementa un tipo de tratamiento. “Al acné no hay que normalizarlo. Hay que saber que es una enfermedad de la piel y que se puede tratar. Actualmente tenemos más información y más conocimiento sobre el tratamiento. Si se presenta, por ejemplo, en niños, preadolescentes o adolescentes, esto puede indicar que la persona tendrá un caso más severo con el pasar de los años, o tal vez no. Por eso es importante acompañar esto con un profesional médico”, explica.

Es importante la creación de hábitos en los niños y niñas que tengan que ver con el cuidado. “Así como, por ejemplo, se crea la costumbre de lavarse los dientes, también se puede hacer con la piel; lavarse el rostro con un jabón acorde con el tipo de cutis”. En este sentido, la doctora también hace hincapié en cómo a veces la presencia de la enfermedad en adolescentes se toma como parte del crecimiento. Sin embargo, no debería ser normal, y si se manifiesta debe tratarse.

“Así como, por ejemplo, se crea la costumbre de lavarse los dientes, también se puede hacer con la piel; lavarse el rostro con un jabón acorde con el tipo de cutis”

Doctora Silvia Espínola, médica egresada de la Universidad Católica de Asunción, y especializada en dermatología y estética en San Pablo, Brasil.

Opciones de tratamiento para el acné

Esta enfermedad se puede tratar de manera tópica, con productos dermatológicos, o también oral, a través de medicación. Para considerar un curso a seguir, se debe tener en cuenta el grado y el causante. Por ejemplo, si estamos hablando de una mujer adulta y el acné se debe a cambios hormonales, el tratamiento debe llevarse adelante con un dermatólogo y un ginecólogo, para chequear a través de exámenes médicos cómo se encuentra la parte hormonal.

“Si, por ejemplo, tiene Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP), se buscan las causas, el porqué del acné de la mujer adulta, porque ya no es un caso juvenil o adolescente, y generalmente en estas situaciones está muy involucrada la parte hormonal”, detalla.

De acuerdo con el tipo de acné, se puede tratar con medicación oral y con bloqueo hormonal a través del consumo de anticonceptivos. “Una de las medicaciones más fuertes, que se utiliza para el tratamiento de casos muy graves, es la isotretinoína. Esta medicación bloquea las glándulas sebáceas. Es un producto delicado, que debe aplicarse con el acompañamiento riguroso de un profesional médico”.

Una opción a considerar también es un trabajo en conjunto entre un dermatólogo y un esteticista. “Cuando se encara de manera integrada con un esteticista se ven más resultados que de manera individual”. De la mano del esteticista, e indicado por el dermatólogo, se pueden realizar limpiezas de cutis profundas con extracción.

Según la Asociación de Medicina Estética de Madrid, entre los mejores tratamientos que ayudan a combatir el acné están los peelings químicos y la terapia fotodinámica. El peeling químico estimula la renovación celular a través de la exfoliación superficial de la piel. Es una técnica que elimina las células muertas y acelera significativamente la curación del acné. “Hay varios tipos de procedimientos que ayudan, pero eso depende del estado del acné: si está activo, se realiza un tipo específico de peeling; si hay solamente manchas o marquitas, se hace otra cosa, según la necesidad”, explica.

“Hay varios tipos de procedimientos que ayudan, pero eso depende del estado del acné: si está activo, se realiza un tipo específico de peeling; si hay solamente manchas o marquitas, se hace otra cosa, según la necesidad”

Doctora Silvia Espínola, médica egresada de la Universidad Católica de Asunción, y especializada en dermatología y estética en San Pablo, Brasil.

Cuidados del acné en verano

De nuevo, la limpieza diaria es muy importante, con jabones o geles según el tipo de piel: “Por más que haga calor, es clave una buena hidratación, porque la piel con acné no está sana, hay que hidratarla para reparar la barrera cutánea. Se pueden utilizar hidratantes que sean con toque seco, y también consultar con un especialista”.

Lo más importante para el cuidado cutáneo en esta época del año es el uso de protector solar, ya que el sol es un agravante, porque aparte del daño que genera, el no tener protección en el rostro puede causar que las manchas sean más fuertes y profundas. “No existe el ‘mejor protector solar’. El mejor protector solar es el que le viene bien a mi piel, con el cual consigo crear un hábito, porque el secreto está en el hábito, en la rutina”, finaliza.

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