Ciencia y Tecnología

¡Más vale volando!

Observación de aves en Paraguay

Ya sea para relajación, por hobby o interés científico, en solitario o con compañía, el birding (observación de aves) es una actividad que va ocupando un espacio cada vez mayor entre personas de todas las edades.

Por Luis José Recalde Mello.

Hay tantos motivos para observar aves como personas que lo hacen. Para muchos es una actividad de relajación, porque ayuda a quitar la atención de las pantallas, el ajetreo y las situaciones estresantes de la vida cotidiana; a otros les interesa el desafío personal de observar especies muy difíciles de ver o de obtener excelentes fotografías; para algunos, el atractivo está en conocer el estado de conservación y las características de los ecosistemas que visitan en sus viajes, a través de las aves de la zona.

El birding es también una herramienta que aporta datos a la ciencia, que ayudan a la conservación, y algunas personas incluso encuentran inspiración allí para sus obras de danza, pintura, escultura o diseño. Los motivos son infinitos, pero el denominador común es que observamos aves en libertad porque nos divierte. Es una actividad muy entretenida y agradable para pasar el tiempo y disfrutar, sea en grupo o en solitario.

¿Cómo empezar a observar aves?

Uno podría imaginar que para vivir la naturaleza hace falta ir a lugares remotos y paisajes de documental. La observación de aves es una gran forma de desengañarse de esa idea y pasar a darse cuenta de que vivimos rodeados de vida a donde quiera que vayamos. Si bien es genial visitar lugares lejanos, hay especies en todos lados, desde el estacionamiento de un supermercado hasta los parques nacionales.

Jacamará, Tres Gigantes (Alto Paraguay). Fotografía: Luis José Recalde Mello.

Pero en forma orientativa, lo mejor es empezar con otras personas más experimentadas; una gran oportunidad la encontramos en los eventos organizados en parques urbanos por diversos grupos y organizaciones. Para hallar estas actividades, lo más fácil es seguir a cuentas relacionadas con la actividad en las redes sociales.

¿Tengo que ser especialista? Para nada, identificar las especies es una habilidad basada en la práctica; posiblemente estudiar carreras relacionadas con las ciencias ambientales ayude con algunas nociones, pero cualquier persona puede aprender a reconocer y sobre todo disfrutar de las aves de su entorno, que es lo principal.

Cada vez más materiales

Hasta hace unos años, prácticamente el único material nacional disponible sobre el tema era la famosa Guía de identificación de aves del Paraguay, que actualmente se encuentra descontinuada. Este año se lanzará una reedición ampliada y mejorada.

Afortunadamente, en los últimos años, merced a la tecnología y a entusiastas autores, tenemos disponibles varias publicaciones regionales, como Guía de campo de las aves de San Rafael, Guía de aves del Chaco Húmedo, Guía para identificar 103 aves comunes del Paraguay, Guía de las aves del Chaco Seco paraguayo, y las recientes Guía de las aves de Asunción y Guía de aves de Volendam y sus alrededores.

También tenemos hoy la excelente aplicación para smartphones Merlin Bird ID, que dispone de un paquete completo de fotos, mapas de distribución, vocalizaciones y descripciones. Cuenta con herramientas para identificar las aves más probables en un lugar y momento dados a partir de imágenes o descripciones que el usuario hace.

Observadores de aves en el Parque Nacional Ybycui (Paraguarí). Fotografía: Lucas Pei.

Grupos de observación de aves

Otra de las grandes facilidades para iniciarse en la actividad actualmente es el gran número de grupos dedicados al tema que organizan salidas. Los CONAs (clubes de observadores del Club de Observadores de la Naturaleza) pueden encontrarse en las redes sociales como CONA Caracara (Asunción), CONA Flavus (General Artigas, Itapúa), CONA Suruku’a (Itauguá), Afinada (Aficionados de la Naturaleza de Areguá) y el Team Ipequí Birding. También existen organizaciones como Para la Tierra (Pilar), la Asociación Eco Pantanal Bahía Negra (Alto Paraguay) y SOS Gua’a (Concepción).

En el departamento Central se destacan Guyra Paraguay y la Organización Paraguaya de Conservación y Desarrollo Sustentable (Opades), que con su grupo Yeruva organiza eventos temáticos y salidas de observación de aves.

Censos, grandes días, salidas y campamentos

Si bien se puede disfrutar de las especies autóctonas desde la propia casa y en parques urcumental banos, una actividad muy especial para los observadores es participar de eventos temáticos como el Censo Nacional de Aves Acuáticas, el Conteo Navideño y el Gran Día. Generalmente tienen lugar en un fin de semana o feriado. En estas fechas especiales, los aficionados de toda una región —o de todo el mundo, en el caso del Gran Día— pueden participar mediante el envío de datos.

En nuestro país, Guyra Paraguay coordina el Gran Día a través de sus redes y, generalmente, hay charlas previas en las que explican la forma de participar y la importancia de cada uno. Por ejemplo,en el Big Day 2021 se registraron 269 especies en Paraguay, a través de 125 listas y 55 observadores. Es un número que crece año a año. El próximo será el 14 de mayo y, seguramente, se sumarán más observadores, especies y listas.

Otra iniciativa que suelen realizar las organizaciones son las salidas o campamentos temáticos enfocados en la visualización de aves, en sitios de su zona o, a veces, más lejanos, como parques nacionales y reservas para hallar especies raras, difíciles o amenazadas. Un ejemplo clásico es conocer el famoso guyra campana, el ave nacional del Paraguay, en su hábitat natural.Un excelente lugar para hacerlo es la Reserva Natural Bosque del Mbaracayú en los meses de primavera y verano, donde se lo escucha cantar y con paciencia se puede observar a los machos cuando hacen su famoso llamado.

Chajá en Concepción. Fotografía: Luis José Recalde Mello.

Cambio de paradigmas

La observación de aves transforma a las personas. En muchas formas nos ayuda a entender mejor el ambiente en que vivimos y los lugares que visitamos. Igualmente, nos lleva a ver con otros ojos actitudes que antes nos parecían normales, como la tenencia de animales silvestres en casa, y pasamos a preferir observarlos en libertad.

Las aves unen países y personas a través de sus migraciones. Por ejemplo, recientemente investigadores estadounidenses hallaron que para salvar las especies que en primavera anidan en sus montañas, debían trabajar los problemas sociales de los agricultores cafeteros de Colombia, que se desempeñan en las zonas donde estas pasan el invierno.

Uno de los grandes beneficios de esta actividad es que es una fábrica de conservacionistas. Al empezar a fijarse en las aves y en cómo nuestras decisiones diarias afectan su vida, la mayoría de los observadores va tomando poco a poco más decisiones cotidianas teniendo al ambiente en cuenta. Desde qué plantas tienen en la casa —pues pasan a preferir las nativas, las frutales y las que tienen flores que atraen o alimentan a las aves—, pasando por cómo cuidamos a las mascotas o qué productos consumimos, hasta incluso al momento de elegir destinos de viaje —pues prefieren visitar lugares que ayudan a conservar ambientes naturales, y primero reconocen y luego dejan de ir a emprendimientos que son agresivos con el ambiente o lo degradan—.

Muchos terminan también involucrándose más en las causas ambientales de su comunidad, como el cuidado y la defensa de áreas verdes, o a nivel nacional, a través de la participación de la conservación de las reservas naturales y los parques nacionales.

Aporte de datos a la ciencia

Uno podría suponer que en el ámbito de la tecnología lo sabemos todo sobre el mundo que nos rodea, pero nada está más lejos de la realidad. Al observar aves, uno nunca deja de sorprenderse de lo poco que conocemos en realidad.

¿Son estas dos aves, muy similares, de la misma especie? Estas que se ven distintas, ¿realmente son dos o más especies separadas? ¿A dónde van cuando no están acá? ¿En qué época crían o migran; de qué se alimentan y cómo? ¿Cuáles son las que habitan este país o región? Esos son solo algunos de los vacíos del conocimiento científico que, entre otros, los observadores de aves ayudan a llenar.

Hoko colorado en el Lago de la República (Ciudad del Este). Fotografía Carlos Ortega.

A través de la ciencia ciudadana se da el aporte de enormes cantidades de datos recopilados por numerosos individuos, que no son científicos profesionales. Individualmente, uno tiene poca capacidad para recaudar información, por ejemplo al ir a un parque de la ciudad y anotar una docena de especies que haya visto en una tarde. Pero si miles o millones de personas de todo el mundo suman sus anotaciones, colaboración que hoy plataformas como E-bird hacen posible, los investigadores pueden procesar, curar y usar eso para responder preguntas científicas.

Un momento muy especial para cualquier observador es la aparición de rarezas. En Paraguay, en los últimos años se documentaron numerosas especies nuevas para el país o algunas que aparecen en localidades donde antes eran desconocidas. Esto a partir de la colaboración de observadores en plataformas gratuitas y colaborativas de ciencia ciudadana.

¿Necesito equipamientos especiales?

No, no necesitás equipamientos especiales para disfrutar de las aves; tenerlos no debería definir tu experiencia. En principio, los elementos básicos son la vista y el oído. A partir de eso se desarrollan elementos auxiliares como los binoculares, que son los más empleados y una ayuda visual que transforma totalmente la experiencia de observar.

Luego existen otros equipos especializados, como cámaras de alto alcance, grabadoras especiales y telescopios. Pero lo ideal para alguien que empieza es no preocuparse demasiado por el equipo. Con el auge tecnológico de hoy, los celulares normales ofrecen herramientas de fotografía y grabación que pueden ser de gran ayuda.

El equipo siempre es un complemento interesante, que puede ayudar o mejorar la experiencia, pero mucho más importantes son la paciencia y el tiempo que se pasa al aire libre. Es cosa de salir. Sea desde la ventana de casa o en los lugares más remotos del mundo, las aves están esperando.

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