Entrevistas

Demi Lovato

Fuerza creadora

La distancia social impide ver en vivo a nuestros ídolos, pero a puertas cerradas ellos siguen compartiendo sus vidas desde Twitter o Instagram. En una entretenida charla, Demi Lovato revivió los mejores recuerdos de cuando era ella quien escuchaba la música de otros, en comparación con la actualidad cuando, a pesar del coronavirus, sigue trabajando en un nuevo álbum… desde casa.  

Por Fabián W. Waintal. Fotografías disponibles bajo derechos reservados de Romar Media, Disney y NBC.

¿Tu vida era muy diferente antes de Disney?

– Yo agradezco mucho el haber empezado en Disney Channel, pero hoy estoy en un lugar diferente, un momento totalmente distinto en mi vida.

Con tus viejas amigas de Disney, ¿se siguen hablando en la pandemia?

– Sí, con algunas sí, claro. Con Selena (Gómez) y Miley (Cyrus). Incluso seguimos muy amigas con Tiffany Thornton, de Sonny with a chance. 


A puertas cerradas, ¿cantas las canciones de Selena o Miley?

– (Risas) Sí, sí. Y si es alguna canción pegadiza, se me queda en la cabeza.

Cuando en la radio, en tu auto, suena una canción tuya, ¿la escuchas como una admiradora más o cambias de estación?

– La dejo y la escucho, totalmente. Cuando oigo una de mis canciones en la radio, me pone muy orgullosa. Supongo que me daría vergüenza cambiar de estación después de tanto trabajo. Siempre, siempre la dejo.  


«Estoy tomando este tiempo para recargar mi energía (…). Mudé mi oficina a la cocina, solo porque no quiero dormir en el mismo lugar donde trabajo todo el día».

Demi Lovato

¿La canción que más te gusta cantar?

– La canción que más me gusta… probablemente sea My life is a star, porque en ella puedo mostrar bien cómo canto.

¿Y cómo vives la locura mundial de la pandemia?

– Bastante bien. En realidad estoy tomando este tiempo para recargar energía. Yo estaba a punto de arrojarme por completo al trabajo, porque después del Grammy y el Superbowl, me pareció que era hora de sacar música nueva. Pero con lo que estamos viviendo, todo es mucho más lento, tuve que ajustarme; la verdad… lo estoy disfrutando.

¿El cambio más extraño que tuviste en medio de la cuarentena?

– Mudé mi oficina a la cocina (risas), solo porque no quiero dormir en el mismo lugar donde trabajo todo el día. 



Demetria Devonne Lovato nació en la ciudad de Albuquerque, Nuevo México, el jueves 20 de agosto de 1992 (el mismo día que Sting se casó con Trudie Styler). Con raíces mexicanas de parte de su padre, se crió en Dallas, donde aprendió a tocar el piano y la guitarra cuando apenas tenía 10 años.

En esa época también pisó por primera vez un estudio de televisión, como Angela, del programa infantil Barney & friends.  Miley Cyrus ya era famosa con Hannah Montana y Selena Gómez recién empezaba la serie Wizards of Waverly Place cuando Demi consiguió el rol de Charlotte Adams en la serie As the bell rings. Con apenas 15 años, se convirtió en otra superestrella juvenil de Disney en aquella búsqueda por repetir el éxito de High school musical, en el musical Camp Rock, con la historia de un romance entre Demi y Joe Jonas, ficción que se trasladó detrás de cámaras: para cuando filmaron la segunda película, ya eran pareja en la vida real. 

Mientras protagonizaba su propia serie de Disney, Sonny with a chance, Demi siguió los pasos de los hermanos Jonas, acompañándolos en la gira mundial como cantante invitada. Pero también cuando eso empezaron los problemas personales.

Al terminar el noviazgo con Joe, Demi abandonó definitivamente el programa Sonny with a chance y aceptó pasar por una clínica especializada en el tratamiento contra la anorexia, donde además descubrió que sufre de trastorno bipolar. Así incluso decidió asociarse a la Fundación JED para la campaña El amor es más fuerte que la presión para ser perfecta.

Con la música como escape, surgió el disco Unbroken, en el que contó su historia a través de sus canciones. Por ejemplo, el tema For the love of a daughter «trata de mi relación con mi padre, con el que no había hablado en cinco años», asegura Demi aclarando que «la compuse a los 16 años y me había costado incluirla en un disco, pero editarla fue una buena terapia». 

La canción Skycraper es de antes de la terapia psicológica, y recién después admitió que al escucharla de nuevo, sonó como un grito de ayuda: «Cuando terminé el tratamiento la volví a grabar, porque mi voz estaba en mejores condiciones, ya no vomitaba después de cada comida».  Hoy, la mejor terapia para Demi Lovato es la música, como el superéxito que fue Anyone en los Grammy y el nuevo I love me, además del show propio Pillow talk with Demi Lovato, en la plataforma Quibi. «Cuando se vive algo tan duro, al salir obtienes una visión nueva de las cosas que amas, y yo amo la música, cantar y actuar”, asegura ella.



¿Hasta qué punto influyó hoy la música que escuchabas a los 14 años?

– En esa época me gustaba el emo punk, que hoy se acepta tanto y está detrás de otros géneros como el hip hop y el pop. En aquel entonces solo lo escuchabas en grupos como el de la película The Breakfast Club. Los grupos de inadaptados nos sentíamos identificados con los que cantaban lo que sentíamos y queríamos decir. Yo tampoco me animaba a usar ropa negra ni toneladas de delineador de ojos, pero me parecía que el emo era cool. Es la música con la que crecí en Dallas, Texas, pero cuando la escuchaba nadie lo aceptaba. 


¿Escuchar música diferente era una forma de encontrar tu lugar, antes del éxito de Disney y Camp Rock?

– La verdad, me encantó cuando la gente empezó a apreciar la música que yo escuchaba, porque también estaba cansada de tener que grabar mis propios cedés de iTunes para escucharlos sola con auriculares porque a mi madre no le gustaba oírlos en el auto. Hoy está en todas las radios y, por supuesto, llegué a decirle a mi mamá: “¿Ves? Te dije que era buena, te dije que yo era cool” (risas).


«Cuando escucho una de mis canciones en la radio, me pone muy orgullosa. Supongo que me daría vergüenza cambiar de estación después de tanto trabajo».

Demi Lovato


¿Y cómo viviste la época de MySpace cuando YouTube, iTunes o Instagram no existían?

– Ah, en el video de estilo punk de I love me se ve la letra como si fuera MySpace. Es algo tan nostálgico… era la única plataforma social en aquel entonces, en una época en que ni siquiera las llamábamos redes sociales. Era algo muy simple subir una canción. Yo incluso sabía cómo cambiar el diseño de mi página, solita (risas), modificando la forma en que se veían las letras literalmente con códigos entre paréntesis. Era otra vida.


¿El concierto más extraño que diste, antes del coronavirus?

– El Firefly Festival, el año pasado… parece que fue hace 10 años. Me ofrecieron que hiciera un silent
disco, donde la gente escucha música que se pasa solamente por auriculares. Acepté enseguida. Me encantó la idea. Fue en medio de un bosque, rodeados de árboles. Un día inolvidable. En un momento me quité los auriculares y no podía creer el silencio que había, con todos bailando como locos, en medio de la nada. 


¿Algún momento vergonzoso en medio de un concierto, que haya salido mal y hoy te puedas reír al recordarlo?

– Tuve mis fallas arriba del escenario. El otro día hacía gimnasia al aire libre y me tragué un insecto, y me acordé cuando me pasó algo parecido. Justo cuando estaba cantando una canción con la mejor emoción del momento, me entró un bicho en la boca y no sabía qué hacer porque empecé a ahogarme, frente al micrófono, en el piano. Tuve que decir: “Perdón, me tragué un insecto”. Fue un momento bastante gracioso cuando me acuerdo. Ah, otra vez se me cayeron las extensiones del pelo en medio de la actuación (risas). Las tenía pegadas y supongo que la transpiración se mezcló con el pegamento y se resbalaron. Terminé con un lado más largo que el resto y uno de los fans se tiró arriba del escenario y se llevó mis extensiones como trofeo.


¿Tus fans te lo perdonan todo hoy?

– Son los momentos inolvidables los que convierten la experiencia en algo cool, porque supongo que los fans se dan cuenta de que no soy perfecta. 


¿La mejor anécdota que recuerdas de algún admirador, antes de la pandemia?

– Tuve experiencias espectaculares con mis fans, pero recuerdo cuando una jovencita vino a mi concierto, sin nada de pelo en la cabeza, y me dijo: «Pasaste por momentos tan dramáticos que fue la mejor inspiración para dejar de usar mi peluca hoy». Fue algo muy potente. Quedé tan emocionada que no pude aguantar las lágrimas delante de ella.

¿Y cómo describirías a los miles de fans hispanos que hoy te siguen por Instagram o Twitter?

– El público latino es el mejor, de verdad. Son totalmente apasionados. Gritan con toda la fuerza o lloran con el alma. Es realmente fabuloso verlos. Siempre es una gran experiencia cantar para ellos. 


«Agradezco mucho el haber empezado en Disney Channel, pero hoy estoy en un lugar diferente, un momento totalmente distinto en mi vida».

Demi Lovato

Recomendados

Sin Comentarios

    Dejar un comentario