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lía love

Alcanzando las estrellas

Pocos artistas pueden decir que llevan toda la vida, desde la más tierna infancia, dedicada al arte. Lía Love es una de ellas. Cuando habla del teatro, sus ojos brillan y la energía de sus canciones es la misma que transmite al hablar. 

Por Laura Ruiz Díaz. Dirección de arte: Gabriela García Doldán. Dirección de producción: Betha Achón. Producción: Sandra Flecha. Fotografía: José Alderete.

“Voy encontrando caminos y ahora soy quien deseo y quiero ser”, dice la canción Alcanzando las estrellas, de Lía Love. Y no es casualidad, hoy cumple un sueño que lleva muchos años en proceso. Empezó en 2007 cuando, de la mano de su familia y a la edad de siete, empezó sus clases de danza; en 2009 ya incursionó en el arte dramático y ese fue el despegue de una carrera que no va a parar hasta tocar el cielo. 

Desde 2019 su nombre artístico es Lía Love y hoy tiene 22 años cumplidos, la mayoría de ellos frente al ojo público. Los meses pasados llegó a miles de hogares paraguayos gracias a su participación en el programa de tevé Rojo, emitido por Telefuturo; y aunque algunos escuchen recién de ella, en realidad lleva mucho tiempo preparándose para el escenario. 

«Desde chiquitita que me preparo para esto. Empecé con danza, después estudié teatro y me interesó el teatro musical; ahí comencé a cantar», contó. «Todavía me formo como una artista completa, me gusta brindar al público un show que tenga de todo: canto, baile, actuación, coreografía, luces; que la puesta sea total”, detalla. 

«Siempre digo que soy más actriz, disfruto estar en escena o delante de cámara; me gusta esa faceta», declaró. Hoy, sin embargo, se aboca más a su carrera de cantante: «Me estoy abriendo a ese mundo, me encanta que el público oiga mis canciones, acompañarlos en su día con mi música». Lía siempre supo que ese era su destino. «¿Ves cuando tenés un sueño en tu corazón y las cosas se alinean, suceden? Como si se presentaran señales», exteriorizó. Y entiendo: sus ojos siempre brillan cuando habla de su trabajo. Por eso se formó desde muy pequeña, con el apoyo de su familia —familia de artistas— y, con esa compañía, se abrió paso en el mundo. 

Ahora siente que el cumplir sus sueños es resultado de años de prepararse, alimentar el proceso, pero es consciente de la realidad que la circunda: «Lo conseguido no es solo por mis méritos, es gracias a mi familia, que son las personas que encuentro en el camino; es un logro de todos». 

«Me siento muy privilegiada como artista en Paraguay, donde al arte hay que remarle un poquito más; a veces las cosas se ponen difíciles, por eso valoro mucho esta oportunidad de sentir que se me abre el camino para llegar a más personas», refirió Lía. Hoy, disfruta de cada paso con el apoyo de su entorno para construir sus sueños. 

Diva infantojuvenil 

En su trayectoria se pueden ver dos Lías: una con un perfil infantojuvenil y otra, más madura y adulta, que salió a la luz desde su paso por la tevé. Su crecimiento es diario y la faceta que muestra depende del público. 

«A la gente le gustó que haga algo distinto, me ayudó a desencasillarme», dijo. Su objetivo, de todas maneras, es seguir apostando por desarrollar su figura en torno al público que ama y ofrecerle una alternativa. Lía disfruta mucho el teatro infantojuvenil: «Quiero transmitir un mensaje de amor y esperanza; de luchar por los sueños; dejar esa huella en los corazones». 

El público más crítico

Las redes sociales de Lía están llenas de fotos y videos con sus fans. La mayoría son niñas y niños pequeños y preadolescentes. Ser una figura así de expuesta a las miradas de tan tierna edad implica más cuidados. 

«La exposición al público infantil es una responsabilidad muy linda, que llevo con mucho compromiso», mencionó. Pero no se trata solo de las niñas y los niños, sino también de los padres. «Yo lo disfruto, también es parte de mi esencia», aclaró. 

El público infantil es el más transparente. ¡Ay de quien le toque ser villano en una historia! Por suerte, no es el caso de Lía. «(Los niños) te ven y de frente te dicen ‘te quiero’ o ‘no me gusta’. En pleno show, si no caés bien, te gritan, no se callan», contó. Para ella, tener un público tan exigente implica cuidar desde su vestimenta hasta la entonación de los diálogos. 

Pero el deseo de Lía es seguir ofreciendo números a los pequeños críticos de arte: «Quisiera ser una referente y dar a muchos niños y niñas un poco de lo que yo viví en mi infancia, ser una inspiración». 

Conjugar los dos mundos

Desde 2007, Lía nunca paró. Hoy lleva adelante su participación en un reality show, una obra de teatro y la grabación de una canción. «Es un desafío, pero a mí me encanta, estoy a full, casi sin tiempo», reveló.

Sus días empiezan temprano y se distribuyen entre ensayos, grabaciones y el programa en vivo, durante la semana. Los findes se presenta en su obra de teatro. «Trato de equilibrar los compromisos con lo que es Lía Love, pasar momentos con mi familia, mis amigos», comentó. 

A veces, quiere salir con amigos o pasar tiempo con sus seres queridos. Su lugar seguro es su casa, donde se desconecta del mundo, se expresa y recibe contención de su familia. Hay días que son más duros, pues está más cansada; pero igual ella pone todas sus energías, porque «el público siempre espera tu mejor versión». Y concluye: «Es la vida que elegí, es lo que me gusta y es lo que quiero hacer por siempre». 

Nuevo proyecto

Una historia, una canción es un espectáculo muy completo. Los asistentes encontrarán coreografía, música, humor, cuadros musicales y emociones. Este nuevo proyecto se creó a principios de este año. Es un show musical, con una historia, pero también es una canción, que fue grabada este año y está disponible en las plataformas de Spotify de la artista.

«Es el tipo de show que a mí me gusta ver», afirmó. Desde el equipo están muy conformes con la respuesta del público, que es el mejor resultado después de tantas horas de sacrificio y de ensayo. 

El mayor desafío es sostener la energía que el show requiere de principio a fin. «Es un show con coreografías y canciones, estoy casi un 97 % del tiempo en escena y siempre doy lo mejor de mí», comenta orgullosa. 

A Lía siempre le gustó escribir. Como muchas niñas —y grandes que lo seguimos haciendo— llevaba diarios en los que contaba sobre su día y lo que vivía. De grande, escribir es su terapia: «Es una desconexión del mundo que me ayuda muchísimo, incluso a conocerme a mí misma». Pero componer y mostrar ese producto al mundo es harina de otro costal. 

«No es nada fácil ponerme en esa situación, vulnerable; Una historia, una canción es el primer tema que sale a la luz de algo que nació de mí», relató. A partir del instrumental, Lía creó la lírica y le dio voz y vida a una composición pop rock, apta para toda la familia. «Crear es algo que disfruté mucho y ahora oír esa canción en escena, con una coreografía, definitivamente es un sueño cumplido», manifestó.

Una vida dedicada al arte

«¿Qué siento? A ver…», pensó Lía antes de soltar una catarata de factores que se entrecruzan. Por un lado, el privilegio del cual es consciente. «Yo sé que cuesta y esta carrera es muy difícil en nuestro país», expuso. Por otro lado, el agradecimiento: «Mi palabra favorita es gracias». Reconoce a su familia, que la llevó a sus clases de danza y teatro; a su equipo; a su público, que la recibe y que le da amor a través de las redes sociales, en sus shows. También influyen los altibajos de la vida del artista, que ella conoce; seguir su búsqueda y construir el camino para alcanzar su sueño. «Para mí es tener una llave para conectar con las personas, disfruto con cada paso de este proceso», finaliza con un gracias, como siempre. 

Una historia, una canción

Son 12 cuadros musicales los que forman esta obra, con las actuaciones de Lía Love, Haupe, Esteban Samaniego, Lee Garay, Miguel Paniagua, Cielo Barrail, Sebas Sosa, Maitei y la participación especial de Manni Delvalle.

Funciones: domingos 13, 20 y 27 de noviembre, a las 17.00.

Entradas: G. 50.000, en venta a través de Red UTS.

Lugar: Teatro Latino, ubicado sobre Teniente Fariña entre Yegros e Iturbe. 

Director artístico: Juan Antonio Lezcano.

Director y productor musical: Quique Calabrese.

Productor ejecutivo:  Walter Riveros.

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