Cine

Everything Everywhere All At Once

Multiverso de posibilidades

El dúo de escritores y directores Daniel Kwan y Daniel Scheinert (Swiss Army Man), conocidos colectivamente como Daniels, regresan a la pantalla grande con su segunda cinta y su imaginación poco convencional a un fantástico nuevo nivel.

Con Everything Everywhere All At Once (Todo en todas partes al mismo tiempo, para Latinoamérica), los Daniels logran entregar, con mejores resultados, lo que a Marvel le llevó básicamente una década: una aventura de universos paralelos y posibilidades casi infinitas que permiten jugar con diferentes versiones de los mismos personajes, lo que les da a los actores la oportunidad de demostrar distintas y disparatadas facetas.

Pero mientras películas como la reciente Doctor Strange en el multiverso de la locura no pueden sostener una trama consistente, a pesar de tratarse de personajes que conocemos desde hace muchos años, la cinta de los Daniels ofrece un relato tan consistente como absurdo, al centrar la historia en un drama familiar que, con sus particularidades culturales, tiene una base universal con la que todos los espectadores podrán identificarse.

Lo extraordinario de lo ordinario

Everything Everywhere All At Once sigue a Evelyn Quan Wang, en la piel de la legendaria Michelle Yeoh (El tigre y el dragón, Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos), una mujer china-americana abrumada por su vida monótona y ahogada en deudas e impuestos que amenazan con cerrar la lavandería que opera con su familia. El elenco lo completan su sumiso esposo Waymond, encarnado por Ke Huy Quan (Indiana Jones y el templo de la perdición, Los Goonies); su hija Joy, interpretada por Stephanie Hsu (La maravillosa sra. Maisel), y el prolífico actor James Hong (Rescate en el Barrio Chino, Seinfeld) como su anciano padre Gong Gong.

Al inicio de la película, Evelyn está pasando por su peor momento. Además de los ya mencionados problemas económicos, sueña con una vida mejor y se lamenta por no haber tomado otras decisiones. A la par, su matrimonio está en su punto de quiebre y la relación con su hija, quien recientemente le reveló que es lesbiana, está por sufrir un daño irreparable debido la dificultad de Evelyn para aceptar más abiertamente su orientación sexual.

Estos problemas nacen de una típica dificultad para expresar sentimientos. Evelyn no logra salirse de los parámetros que cree son los correctos o aceptables, a pesar de que su corazón le indique qué debe hacer. Esto centra la historia en algo bastante común e identificable para cualquier persona, cimientos más que necesarios para las locuras que rápidamente transformarán la historia de Evelyn y su familia.

Durante una estresante visita a una auditora de impuestos (Jamie Lee Curtis), el Waymond (su marido) de un universo alternativo, informa a Evelyn que ella es la última esperanza para salvar a todos los universos de la destrucción total.

Ella debe aceptar rápidamente que su normalidad es justamente lo que la hace extraordinaria: todas esas vidas que creyó que podía tener, las oportunidades que desperdició, la llevaron a ser (en las hirientes palabras de Waymond) la peor versión posible de sí misma.
Pero gracias a todo esto, Evelyn es básicamente una carta blanca que se puede conectar con las más exitosas Evelyns de universos alternativos y utilizar sus habilidades para intentar defender el multiverso de una amenaza que le toca mucho más de cerca de lo que le gustaría.

Es con la excusa de los universos múltiples, habitados por Evelyns expertas en artes marciales y en el uso de armas (y un largo y extraño etcétera), que la película aprovechará las habilidades de su multifacético elenco para brindar increíbles escenas de acción a lo largo de una historia que mezcla hábilmente distintos géneros cinematográficos.

Todo esto sucede con un trasfondo dramático perfectamente equilibrado, una reflexión filosófica sobre el significado que damos a nuestra vida.

El lugar correcto y el momento indicado

La habilidad de los Daniels a la hora de balancear todos los elementos de Everything Everywhere All At Once es simplemente admirable. A pesar de un tema bastante complicado como es el de los universos múltiples, el dúo utiliza elementos de diversos géneros de una forma que se siente orgánica y hasta obvia, lo que hace que la trama sea digerible y entretenida. Es el resultado de un minucioso y cuidado guión, factible no en menor medida gracias a un elenco capaz de ponerse a la altura de las exigencias físicas y mentales.

Michelle Yeoh lleva décadas en la industria del cine y ya interpretó todo tipo de papeles, aunque últimamente parece haber sido encasillada en el de “mujer mayor sabia, pero fuerte”. Una cinta como esta le ofrece la oportunidad de demostrar lo refinadas que están sus habilidades; Yeoh puede hacerte reír en un momento, dejarte con la boca abierta tras derrotar con una sola mano a una turba de villanos al siguiente y luego hacerte llorar con una emotiva escena dramática, todo en menos de 10 minutos.

Un caso distinto es el de Ke Huy Quan. En su infancia fue parte de emblemáticas películas como Los Goonies e Indiana Jones, pero luego desapareció de las pantallas para concentrarse en el mundo de la coreografía de peleas. Esto le permitió interpretar a las distintas versiones de Waymond perfectamente: por momentos se muestra tímido y tranquilo, mientras que en otros pasajes de la película es una máquina de meter puños y patadas con una precisión milimétrica.

Definitivamente, no tendría el mismo impacto si estos actores no se encontraran en este momento exacto de sus carreras.

Un éxito en todas partes, pero no al mismo tiempo

Tras su estreno en marzo de este año, se convirtió en un inesperado éxito a pesar de la pandemia y el preocupante estado de la industria cinematográfica. A la fecha, la cinta se mantiene como el lanzamiento más exitoso del estudio A24 (Ex Machina, Hereditary), no solo en lo que se refiere a la taquilla, sino también en cuanto a recibimiento positivo de la crítica y el público en general.

La cinta fue llegando de a poco a Latinoamérica desde mediados de año, y ahora toca a Paraguay, un mercado difícil para producciones originales que no son parte de una franquicia, donde por fin la tendremos en cines desde el 11 de agosto para verla de la forma que una obra así merece ser vista: en la pantalla grande.

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