Juego, arte y, ahora, deporte olímpico
El skateboarding nació en la calle y a ella pertenece. Hoy, como deporte olímpico, sus pistas emulan el paisaje urbano con barandas, escaleras, cordones, paredes, elevaciones y hasta bancas de plazas. En esta nota, hacemos un repaso por la historia de esta disciplina y su presencia en Paraguay, y conversamos con quienes nos representaron en los juegos ASU 2022.
Por Laura Ruiz Díaz. Producción: Sandra Flecha. Fotografía: Fernando Franceschelli.
Como muchos otros elementos de la cultura popular, el skateboarding no posee una historiografía académica. El investigador argentino Jorge Ricardo Saraví ensaya una respuesta a esta cuestión: “Quizás el carácter marginal del skate, las prohibiciones y expulsiones que fue sufriendo, hayan retardado la aparición de una historia oficial escrita”. Eso sí, podemos conectar de forma directa los orígenes de esta actividad con el surf.
Una nueva expresión popular
En el documental Dogtown & Z-Boys, dirigido por Stacy Peralta, se hace un repaso por la historia del nacimiento de este deporte. Ubica, en la genealogía, a la tienda especializada en surf Jeff Ho Surfboards and Zephyr Productions. En una época en que los surfistas eran considerados fuera de la norma, muy lejos del estereotipo actual hollywoodense, crearon una nueva identidad surfer, a través de la exploración de una estética que se identificaba más con lo popular y lo urbano: la que posteriormente sería la estética skater.
La búsqueda de esta nueva estética también vino acompañada de desafíos en las olas. Arriesgadamente, surfeaban en un deteriorado muelle con obstáculos, en las ruinas de un parque de diversiones. Poco después salieron a las calles los sidewalk surfboards, los primeros skates, pensados para surfear fuera del agua, también con obstáculos.
Mucho ha cambiado el deporte desde entonces. Una cantidad impresionante de patinadores surgieron a lo largo y ancho del territorio estadounidense y el movimiento se fue extendiendo a nivel internacional. En 1976 se construyó el primer skatepark latinoamericano en Nova Iguaçu, estado de Río de Janeiro. Es muy probable que el desarrollo de esta disciplina en el país vecino haya afectado a Paraguay.
El movimiento del skateboarding llegó al país a través de la influencia de extranjeros, en su mayoría norteamericanos. “En los 80 ya se patinaba, pero más como un juego”, explicó Alejandro Basaldúa. Él es patinador desde hace 32 años y fue el primero en competir de forma profesional como representante de Paraguay. Por su conocimiento y su trayectoria, hoy es el entrenador de la delegación paraguaya que compitió el pasado fin de semana en skateboarding. “Yo soy de la segunda generación de skaters, patinaba en los 90”, recordó.
En esa época, esta nueva generación de skaters de la que Alejandro formó parte se tomó el trabajo de generar las condiciones para que el skate sea considerado un deporte. Esto implicaba conseguir espacios, construir rampas, entrenar y luchar por un skatepark público en la ciudad, un pendiente para el municipio capitalino. Patinaban todos los días en la Plaza de las Américas.
“En nuestro país, el skate siempre fue discriminado”, reclamó Alejandro. “Muy retrógrada es la gente en su mentalidad y en los 90 era mucho peor: cuando patinábamos en la calle, las personas nos querían pegar”. Es que no existía —y aún hoy no existe— un skatepark en nuestra capital. La única alternativa era la calle. Por eso, crearon uno privado: se encuentra en el barrio Recoleta y el acceso tiene un costo.
Crear una federación
Gloria Insaurralde es patinadora desde hace más de cinco años y una de las pocas atletas femeninas en el deporte. Glori, como la llaman sus amigos, se especializó en gestión deportiva y es hoy gerente de skateboarding con tres años de experiencia. Ella, además, conforma el equipo técnico de skateboarding a nivel nacional.
“La Federación Nacional de Skateboarding está aún en proceso de creación”, aclaró Glori. Explicó que, para habilitarse como tal, es necesario que posean como mínimo ocho clubes en todo el país. “Tenemos en Asunción, Alto Paraná, Luque, Ñemby y Limpio”, expresó. Aún faltan tres, gestión que están realizando a pulmón y lleva un elevado costo, que es solventado a través de distintos campeonatos y competencias.
“Lo que yo quiero hacer con esta pista es lograr que los skaters se muevan por su deporte, porque si nosotros no mantenemos el espacio, no va a perdurar”.
Gloria Insaurralde.
Para lograr un evento de la trascendencia de ASU 2022, hay equipos de cientos de personas que se preparan desde hace más de tres años. Pero el trabajo de las gerencias deportivas es más reciente.
El primer desafío fue armar campeonatos para elegir a la delegación paraguaya con selectivos nacionales, de modo a armar el ránking paraguayo. “Así fue que quedaron nuestros representantes: Marcos, de Ñemby; Guille, de Encarnación; y Dahia y Lourdes, las dos de Capiatá”, cuenta.
Lo siguiente fue conseguir un espacio: Paraguay no contaba con pistas de skate que tuvieran las medidas reglamentarias, especialmente diseñadas para deportistas de alto rendimiento. Hoy, la del Comité Olímpico Paraguayo es ejemplar.
“Lo que yo quiero hacer con esta pista es lograr que los skaters se muevan por su deporte, porque si nosotros no mantenemos el espacio, no va a perdurar”, destacó. En el futuro, se lanzará un comunicado para dar a conocer la forma de uso del nuevo skatepark.
El skate femenino es aún un desafío para el país. “Somos solo seis o siete las que nos dedicamos a esto como deporte”, manifestó Gloria. Así es difícil crear una organización plenamente femenina. “¡Nos faltan más chicas en el skate!”, dice ella.
Paraguay, bien representado en ASU 2022
Los Juegos Suramericanos empezaron el pasado 1 de octubre en un día soleado, con un deporte muy convocante para las juventudes urbanas: el skateboarding. Los representantes paraguayos fueron Guillermo Ramírez, Marco Fernández, Dahiana Ramírez y Lourdes Rolón, todos elegidos por la Federación Paraguaya de Skateboarding.
Destacaron en performance la atleta Luz Ramírez en la categoría femenina y Marco Fernández, por la masculina; ambos pasaron a la final y se midieron con lo más selecto del skate sudamericano. Quedaron entre los ocho mejores.
“Ni yo creí que llegué a la final, ¡di todo de mí! Me siento contento, quedé entre los ocho mejores de Sudamérica. Ahora a entrenar duro para tener la medalla en el siguiente evento”, fueron las expresiones de Marco Fernández a la prensa sobre su actuación.
Escuela de skate
Alejandro debía participar de un campeonato, pero no tenía dinero para costearlo: así nació la Escuela de Skate, a fines del 2007. “Continué porque me di cuenta de que es una puerta para los jóvenes que quieren patinar, pero no saben por dónde arrancar”, manifestó. Destacó que al enseñar, dan seguridad en la práctica, consejos y la forma
“El skate está dirigido a quien se crea capaz de andar en él y que tenga ganas de hacerlo”, subrayó. Tuvo alumnos desde dos y tres años —acompañados de sus cuidadores—, hasta personas de más de 45.
Actualmente, la escuela se ubica sobre la avenida Mariscal López y la calle Santa Rosa. Para inscripciones y más información, se encuentran en Instagram como @alleyskateboardshop.
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