Nota de tapa

La pandemia no espera

La hazaña más grande de la ciencia médica

Las vacunas salvaron y siguen salvando la vida de millones de personas. Pese a la proliferación de las fake news (noticias falsas) y la avanzada de los movimientos antivacunas, es innegable que la vacunas fueron el invento médico más importante para preservar la salud global frente a las enfermedades infecciosas.

Las vacunas contra la covid no dañan el sistema inmune, tampoco aumentan el riesgo de infección por coronavirus y mucho menos modifican el ADN. No es cierto que Bill Gates haya financiado vacunas que portasen microchips o nanobots para «controlar la población mundial». Tampoco es cierto que la vacuna de la gripe aumenta el riesgo de infección por coronavirus. Todas estas informaciones son noticias falsas que circularon desde el inicio de la divulgación de la elaboración de la vacuna, el instrumento que, históricamente, probó salvar la vida de millones de personas y hoy podría acabar con la pandemia de covid.

Hace tres siglos, la viruela dejó al mundo devastado. Afectó a todas las civilizaciones y sus estilos de vida. Tuvo una tasa de mortalidad altísima y millones murieron cada año. Aquellos que sobrevivieron quedaron desfigurados por cicatrices profundas, de ahí el otro nombre de la viruela, «monstruo moteado». Fue un asesino tremendamente exitoso, y aún podría serlo, si no fuera por el médico y cirujano inglés Edward Jenner.

En un artículo para History Extra, la BBC recogió el génesis de lo que hoy conocemos como vacuna. En él explican que, durante el siglo XVIII, la inoculación tradicional (un proceso que consistía en introducir en el organismo por medios artificiales el virus o la bacteria de una enfermedad contagiosa) contra la viruela, la «variolación», era peligrosa. Implicaba infectar a una persona sana con una forma leve de la enfermedad con la esperanza de aumentar la inmunidad. Desde su práctica médica en la ciudad de Berkeley, Gloucestershire, Jenner inició su investigación, con el consejo de su mentor, John Hunter.

Observó que las lecheras locales que sufrían de viruela vacuna, una afección mucho menos dañina contraída por el ganado, parecían inmunes a la viruela. Jenner quiso probar si la viruela vacuna podría usarse para salvar vidas. El 14 de mayo de 1796, extrajo el pus de las lesiones de una paciente de viruela vacuna, la lechera Sarah Nelmes, y se lo transfirió al hijo de ocho años de su jardinero, James Phipps.

El niño se enfermó pero, al noveno día, se recuperó por completo. Al recibir la buena noticia, Jenner se arriesgó y tomó la decisión éticamente dudosa de infectar a Phipps con una dosis leve de viruela para probar su «vacuna», que lleva el nombre de vacca (el latín para vaca). La viruela no se desarrolló y la vacuna fue un éxito abrumador.

La vacuna reemplazó a la variolación, lo que le valió la aclamación de todo el mundo, especialmente después de 1803, cuando una expedición especial zarpó a las Américas para vacunar a miles. Foto: IStock Photo.

La palabra «vacunación», del nombre latino inventado por Jenner para la viruela vacuna, fue acuñada en 1800 por el cirujano de Plymouth Richard Dunning. Ochenta años después, en homenaje a Jenner, Louis Pasteur propuso que la palabra debería abarcar todas las vacunas que protegen contra las infecciones. Pasteur es más conocido por inventar la primera vacuna contra la rabia, pero también desarrolló vacunas contra las infecciones bacterianas del cólera y el ántrax.

Rápidamente, la vacuna reemplazó a la variolación, lo que le valió la aclamación de todo el mundo, especialmente después de 1803, cuando una expedición especial zarpó a las Américas para vacunar a miles. La marea había cambiado: ahora la viruela se podía combatir.

“Jenner fue muy respetado por su descubrimiento”, explica la profesora Mary Fissell de la Universidad John Hopkins en un episodio reciente del podcast HistoryExtra. “De hecho, solicitó la liberación de algunos prisioneros de guerra ingleses durante las guerras napoleónicas, y se dice que Napoleón respondió: ‘No podemos negarle nada a ese hombre’. La vacunación se consideró un regalo tan increíble para la humanidad».

Desde su práctica médica en la ciudad de Berkeley, Gloucestershire, médico y cirujano inglés Edward Jenner inició su investigación, con el consejo de su mentor, John Hunter. Foto: IStock Photo.

Otras dos vacunas históricas fueron contra las infecciones de tuberculosis y polio. La vacuna BCG (‘Bacille Calmette-Guérin’, por sus siglas en francés, que responden a los apellidos de sus descubridores: Albert Calmette y Camille Guérin) contra la tuberculosis tardó más de 15 años en perfeccionarse. Su éxito inicial se vio empañado en 1929 cuando 72 niños murieron en Lübeck, Alemania, después de recibir BCG accidentalmente contaminado con tuberculosis viva.

Casi 30 años después, la primera campaña de vacunación contra la poliomielitis en Estados Unidos estuvo a punto de descarrilar debido a una catástrofe similar, cuando lotes de la vacuna de Jonas Salk se contaminaron con poliovirus vivos que causaron brotes fatales de poliomielitis paralítica.

Durante un período de 40 años que comenzó en 1916, la polio era una enfermedad que podía caer sin previo aviso en cualquier hogar y paralizar o matar a un niño de la noche a la mañana. La parálisis puede afectar solo una mano, o todos los músculos desde el cuello hacia abajo, en cuyo caso se necesitaba respiración artificial (por ejemplo, con el pulmón de hierro) para mantener vivo al paciente.

En la década del 50, dos científicos estadounidenses se envolvieron en una carrera despiadada para perfeccionar sus propias vacunas contra la polio. Jonas Salk inactivó poliovirus usando formalina (líquido de embalsamamiento) y finalmente produjo una vacuna inyectable contra la polio «muerta» que se probó en 1954 en más de 1.8 millones de escolares estadounidenses y canadienses.

Mientras tanto, Albert Sabin, a quien le molestaba el éxito de Salk y en varias ocasiones se refirió a él como un «químico de cocina», todavía estaba trabajando en una vacuna alternativa. Utilizó poliovirus vivos que había atenuado en el laboratorio y se administró por vía oral. La vacuna oral contra la poliomielitis de Sabin se introdujo en 1965, momento en el que la vacuna de Salk casi había eliminado la poliomielitis de Estados Unidos. Utilizando ambas vacunas, la Iniciativa de Erradicación Mundial de la Poliomielitis casi acabó con la polio.

La palabra «vacunación», del nombre latino inventado por Jenner para la viruela vacuna, fue acuñada en 1800 por el cirujano de Plymouth Richard Dunning. Foto: IStock Photo.

El auge de los movimientos antivacunas

La oposición a la vacuna de Jenner surgió casi de inmediato, con objeciones religiosas contra esta práctica «bestial» que desafió la voluntad de Dios de determinar cómo y cuándo deben morir las personas. Muchos médicos también criticaron la vacunación, culpándola de los efectos secundarios que incluyen el envenenamiento de la sangre y la sífilis (ambos genuinos, pero raros) y complicaciones no fundamentadas o inventadas como el cáncer, la locura y la transformación de niños vacunados en vacas, que incluso aparecían ilustradas en revistas científicas.

A medida que la vacunación se fue expandiendo como práctica en el siglo XIX, el estado inglés empezó a promover la vacuna mediante leyes de obligatoriedad. Esto creó movimientos antivacunas, particularmente entre la clase trabajadora británica, que no quería que el estado gobernara sus cuerpos. Los manifestantes vieron la vacunación obligatoria como un asalto a la autonomía de los pobres.

Específicamente, hubo un movimiento en la Inglaterra del siglo XIX que protestaba en contra de la vacunación obligatoria contra la viruela: la Liga antivacunas de Leicester (la ciudad inglesa). Su objetivo era demostrar que las personas podían sobrevivir a la enfermedad sin una vacuna. En 1877, el movimiento se intensificó.

Según datos históricos, el médico forense de la ciudad obligaba a que se reporten todos los casos de viruela, luego aislaba al paciente, ponía en cuarentena a la familia y desinfectaba el lugar, a veces quemaban sus pertenencias. Hasta hoy, algunos activistas citan al “método Leicester” como supuesta evidencia de que las sociedades pueden sobrevivir sin vacunarse.

Los grupos antivacunas son pequeños pero logran enredarse mucho con los grupos indecisos en la principal red online, mientras que los grupos pro-vacunación son más periféricos. Foto: IStock Photo.

Está claro que el escepticismo en torno a la vacunación no es un fenómeno moderno. Pero hoy tienen nuevas plataformas para amplificar sus voces. Un artículo publicado en la revista Nature a principios del año pasado trazó un mapa de las opiniones en línea sobre la vacunación.

Los autores concluyeron que los grupos antivacunas son pequeños pero logran enredarse mucho con los grupos indecisos en la principal red online, mientras que los grupos pro-vacunación son más periféricos. Advirtieron que, en una década, el movimiento anti-vacunación podría abrumar a las voces a favor de la vacunación online. Si eso sucediera, las consecuencias se extenderían mucho más allá de la Covid-19.

El año pasado, la Organización Mundial de la Salud incluyó los discursos antivacunas entre las 10 principales amenazas para la salud mundial. La profesora titular de Pediatría e infectóloga Pediatra, Ana Campuzano, cuando fue consultada por los movimientos anti-vacunas citó al médico estadounidense Stanley Plotkin: “Nada en el mundo ha salvado tantas vidas como el agua potable y las vacunas”. Campuzano considera que los grupos anti-vacunas cada vez están más fuertes.

Los grupos antivacunas son pequeños pero logran enredarse mucho con los grupos indecisos en la principal red online, mientras que los grupos pro-vacunación son más periféricos.

Estudio revista Nature.

“No hay duda de que la única solución para esto son las vacunas. Ahora, cuánto va a durar la vacuna, qué protección me va a dar, todo eso está por conocerse. Sabemos que la eficacia de las vacunas varían alrededor de 60 a 90 y algo por ciento, dependiendo de la edad, del lapso que hay entre poner una y otra pero de todas maneras es absolutamente imprescindible vacunarse”, expresa la médica que es también magíster en Educación Superior.

Le parece impensable que existan padres que decidan no vacunar a sus niños y niñas contra el sarampión, la tos convulsa o la fiebre amarilla. “¿Qué padre consciente no le va a poner la vacuna a sus hijos? Como la vacuna contra el HPV a las niñas. El cáncer más frecuente de cuello uterino se puede evitar”, explica.

La respuesta inmunológica a la desinformación

Desde el inicio de la pandemia de coronavirus circulan desinformaciones sobre las vacunas en general y en contra de la Covid-19, en particular. Según la OMS, el término infodemia se refiere a un gran aumento del volumen de información relacionada con un tema específico, que puede volverse exponencial en un período corto debido a un incidente concreto como la pandemia actual.

En este contexto, aparecen en escena la desinformación y los rumores, junto con la manipulación de la información con intenciones dudosas. En la era de la información, este fenómeno se amplifica mediante las redes sociales, propagándose más lejos y más rápido, como un virus. Un ejemplo de estas noticias falsas o fake news es el video que anduvo circulando por grupos de WhatsApp las últimas semanas.

En él, el locutor dice que la vacuna contra la covid es una mentira porque, en distintas oportunidades, se ha grabado a personas recibiendo la vacuna y la jeringa teóricamente desaparece. Las publicaciones de redes sociales incluyen comentarios como : «¡Agujas que desaparecen!”; «¿Qué pasó con la aguja? Tienen que enviar por correo las tarjetas de vacunación. Despierten ya»; y «¿Adónde fue la aguja? ¿ahora las agujas desaparecen?».

«Cuestionar hoy día la función de una vacuna, uno de los grandes avances de la medicina que salvó más vidas que cualquier otra intervención, no tiene sustento», opina Campuzano. Foto: IStock Photo.

Pero es mentira. Las agujas no desaparecen, son agujas retráctiles. Se introducen en el interior de la jeringa tras administrar la vacuna, y llevan utilizándose durante décadas. Existe un antecedente del 2015 en el que la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo un llamamiento a utilizar este tipo de agujas para proteger al personal sanitario y evitar posibles pinchazos accidentales. Este sistema también previene la reutilización de la jeringa en otros pacientes.

“Lo que vino acompañado de la pandemia fue esta infodemia que se pasó a llamar este acceso ilimitado a información sin un filtro de calidad”, sostiene Viviana de Egea, directora de Vigilancia de Enfermedades Transmisibles del Ministerio de Salud. “Incluso las revistas científicas sacaron su sistema de filtro que era lo de la revisión por pares o peer-review para que sus publicaciones estén disponibles más rápido”, expresó.

Lo que vino acompañado de la pandemia fue esta infodemia que se pasó a llamar este acceso ilimitado a información sin un filtro de calidad.

Viviana de Egea, directora de Vigilancia de Enfermedades Transmisibles del Ministerio de Salud.

Para la especialista, cuestionar hoy día la función de una vacuna, uno de los grandes avances de la medicina que salvó más vidas que cualquier otra intervención, no tiene sustento. Campuzano opina que deben haber muchos rostros ocultos vacunando a sus hijos. “Las personas tienen que razonar por sí mismas, analizar la historia de las vacunas cuando por fiebre amarilla un solo caso es una epidemia y muere más del 90% o de la polio, o la tos convulsa en un niño pequeñito. Es indiscutible. Yo me preguntaría si aquellos que luchan contra las vacunas a escondidas no le ponen vacuna a sus hijos”, apunta.

En cuanto a la vacuna contra la covid, específicamente, el hallazgo impresiona porque nunca antes en la historia de la humanidad se había desarrollado a la vez tantas vacunas contra un mismo patógeno. Nunca tantas personas se habían involucrado en un gran proyecto científico en tan poco tiempo.

Distribución inequitativa de dosis

Ya pasó un año desde que se descubrió un nuevo coronavirus en Wuhan, China. Se sabe que más de 2 millones de personas murieron a causa del covid-19 (aunque, probablemente, la cifra real sea mayor). Se desarrollaron las vacunas contra la covid en tiempo récord y el 8 de diciembre, Gran Bretaña se convirtió en el primer país en comenzar a vacunar a las personas. Sin embargo, su programa de vacunación no lidera la carrera mundial hacia la inmunidad.

En Israel, donde se administró la primera inyección de la vacuna Pfizer / BioNTech al primer ministro, Binyamin Netanyahu, el 19 de diciembre, ahora administró una primera dosis a más de una cuarta parte de su población. Las segundas dosis siguen después de 21 días, en contraste con la estrategia de Gran Bretaña de administrar una primera dosis a la mayor cantidad posible de personas antes de administrar una segunda en 12 semanas.

Los países de ingresos altos, así como algunos países de ingresos medios, abundan en capacidad de fabricación y ya adquirieron casi 3.800 millones de dosis, con opciones para otras cinco mil millones.

Análisis de la Universidad de Duke.

Una nueva evaluación global de los acuerdos de compra de vacunas Covid-19 revela que los países de ingresos altos, así como algunos países de ingresos medios, abundan en capacidad de fabricación, ya adquirieron casi 3.800 millones de dosis, con opciones para otras cinco mil millones. Este análisis, publicado por Duke Global Health Innovation Center, muestra que muchos de los países de ingresos altos podrán vacunar a toda su población, y algunas veces más, antes que miles de millones de personas en países de bajos ingresos.

Aunque muchas naciones pobres tal vez puedan vacunar al 20 por ciento de sus poblaciones en 2021, algunos de los países más ricos del mundo reservaron suficientes dosis para inmunizar a las suyas varias veces. Como no había ninguna garantía de que una vacuna específica fuese exitosa, estos países cubrieron sus apuestas con varias candidatas.

En Canadá existen mayores posibilidades de acceso a una eventual vacuna. Los acuerdos firmados por el gobierno canadiense con diversos laboratorios garantizaran el suministro de 358 millones de dosis que, para una población de 38 millones de habitantes, equivale a 9 dosis por cada residente. Para los Estados Unidos y la Unión Europea el número de vacunas per cápita es 3 y 3,7, respectivamente.

¿Dónde se ubica Paraguay en el esquema mundial?

Paraguay se adhirió, desde un principio, al mecanismo Covax Facility, un instrumento financiero que fue creado por la OMS para garantizar que todos los países puedan acceder a la vacuna. Muchos países prefirieron establecer negociaciones directas con los fabricantes para acceder a las vacunas lo antes posible. Desde el Ministerio de Salud de Paraguay también informaron que se llegó a un acuerdo para adquirir las vacunas Sputnik V, de Rusia.

“El país hizo toda la gestión correspondiente pero hay que tener en cuenta que esto no es una cuestión exclusivamente de capacidad monetaria o capacidad técnica del país. Aquí hay otras cuestiones, como geopolíticas”, evalúa la directora de Vigilancia de Enfermedades Transmisibles, “justamente el mecanismo Covax se creó para evitar esta especie de pulseada de países para obtener las vacunas, sin embargo, no se logró. Nos aplazamos como humanidad en lo que es ética y moral”.

Campuzano, explicó que la AstraZéneca tuvo bastantes dificultades en el procesamiento antes de que fuera autorizada recientemente para utilización de emergencia. “Prometieron que esa vacuna llegaría a fines de febrero al Paraguay. No sabemos en qué número porque todo depende de la disponibilidad que ellos tengan. Y eso lo dijeron siempre en los contratos”.

Prometieron que esa vacuna llegaría a fines de febrero al Paraguay. No sabemos en qué número porque todo depende de la disponibilidad que ellos tengan.

Ana Campuzano, profesora titular de Pediatría e infectóloga Pediatra.

El país recibiría 4 millones de vacunas en total durante el 2021 a través del mecanismo Covax de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Esto servirá para inmunizar al 30% de la población. Sin embargo, el lunes la OMS aprobó el uso de emergencia de la vacuna contra el Covid-19 de Oxford/AstraZeneca, luego de que sus asesores concluyeran que el biológico es recomendable y eficaz para personas de tercera edad e incluso contra las variantes del virus.

La aprobación por parte del Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización (SAGE, por sus siglas en inglés) posibilitará que el mecanismo Covax inicie su proceso logístico de distribución. Aún así, el Ministerio de Salud todavía desconoce la fecha de llegada de las vacunas a nuestro país. Al mismo tiempo, varios países de la región y del mundo ya iniciaron sus campañas de vacunación contra el coronavirus por medio de negociaciones directas con las fabricadoras.

En América del Sur se puede ver países como Chile, Brasil, Argentina, Bolivia y Ecuador ya comenzaron a vacunar. Uruguay anunció que lo hará a partir de marzo y adquirió grandes freezers para albergar las vacunas de Pfizer, que requieren de una refrigeración de 70 grados bajo cero.

Paraguay proyecta que recién a comienzos del 2023 la población recibirá cobertura de vacunación contra la covid. Mapa: The Economist.

La investigación de la Unidad de Inteligencia del Economist (EIU) predice que dos de las potencias de producción de vacunas del mundo, China e India, llegarían a vacunar a toda su población a fines de 2022. En el caso de Paraguay, proyecta que recién a comienzos del 2023 la población recibirá cobertura de vacunación contra la covid. Para llegar a esta conclusión, la EIU tuvo en cuenta la oferta de vacunas, el tamaño de la población de cada país, la disponibilidad de trabajadores de la salud, la logística y la financiación.

La campaña de vacunación del MSPyBS que está llevada adelante por el PAI (el programa ampliado de inmunizaciones) se basa en los principios de la OMS y OPS por el programa SAGE y elaboró un esquema de prioridades que se sigue a nivel mundial. En la primera etapa serán vacunados el personal de salud, según el nivel de exposición y la preinscripción, así como los mayores de 60 años. En la segunda etapa serán vacunadas personas de entre 18 y 59 años con enfermedades crónicas, docentes, trabajadores esenciales y población indígena. Mientras que en la tercera etapa, serán vacunados otros trabajadores esenciales, población penitenciaria y la población sana.

Todavía hay muchos aspectos que no sabemos de la vacuna contra la covid. No sabemos cuál será el alcance de las campañas de vacunación, no sabemos cuánto tiempo necesitarán los fabricantes para producir los miles de millones de dosis ni cuántos los miles de personas que morirán o enfermarán gravemente pocos días o semanas antes de recibir la vacuna. Lo que sí sabemos con certeza es que ninguna amenaza es lo suficientemente fuerte como para oscurecer el logro que supone la vacunación y su eficacia ante la peor pandemia de la humanidad.

En la primera etapa serán vacunados el personal de salud, según el nivel de exposición y la preinscripción, así como los mayores de 60 años. Gráfica: MSPyBS.

Recomendados

Sin Comentarios

    Dejar un comentario