Registro, testimonio y confrontación
Retratar lo popular es, muchas veces, desafiante, y no todos lo logran. La exposición de fotografías Rebeldías que persisten abre una ventana a la riqueza cultural y la resistencia de Paraguay. En esta nota conversamos con Elisa Marecos y Sandino Flecha, los artistas, y Adriana Rolón Isnardi, curadora de la muestra.
Laura Ruiz Díaz. Fotografías: Elisa Marecos y Sandino Flecha. Retratos: Fernando Franceschelli. Foto de portada: Sandino Flecha.
“Una imagen vale más que mil palabras”, dice el adagio ya conocido. Y en este caso, a través de la imagen se transmite todo un mundo: el de nuestro territorio, con foco en lo popular. La fotografía, a través de las miradas que hoy exploramos, se convierte en un lenguaje potente, capaz de documentar, confrontar y problematizar la realidad.
Para Elisa Marecos y Sandino Flecha, dos fotógrafos que han encontrado en esta disciplina una herramienta de exploración, no es solo una técnica visual, sino una forma de enunciación y cuestionamiento social. Ellos desarrollaron una mirada crítica pero respetuosa, con foco en lo popular (tanto rural como urbano), para capturar las complejidades y contradicciones que caracterizan a Paraguay, y, sobre todo, sus colores.
Adriana Rolón, por su parte, es una joven gestora cultural que aún se está iniciando, pero que lo hace con una selección potente y un mensaje muy claro: la juventud tiene mucho que decir. Participó del proceso formativo denominado Ejercicios curatoriales, dirigido a nuevos curadores, y esta muestra es el resultado del proyecto presentado.
No es común ver este tipo de muestras en un museo, pero el que la alberga tampoco es común. La Fundación Migliorisi es parte del Centro de Artes Visuales/Museo del Barro, un espacio en donde se conjugan recortes de todas las artes visuales tanto de Paraguay como de Iberoamérica. Y lo que es mejor: dialogan en pie de igualdad expresiones del arte popular con lo que es considerado canon, e incluso hay lugar para las nuevas expresiones, como las de Elisa y Sandino.
“A través de la fotografía se revela mucho lo que pensamos y sentimos, dónde ponemos la mirada, cuáles son los valores o principios que tenemos”
Elisa Marecos.
¿Cómo retratar lo popular?
Rebeldías que persisten hace un recorte que pone la mirada en distintas aristas de lo popular. A través de sus imágenes, nos transportamos a lo largo y ancho de todo el país para conocer sobre el Paraguay que resiste. Una escuela, que es el último bastión ante el avance de la soja; las marchas campesinas, que cada año convocan miles de personas; guardianes de semillas; el universo de las celebraciones y la magia de la solidaridad son solo algunos de los temas que se despliegan ante nuestros ojos.
Sandino Flecha, originario de Concepción y formado en Comunicación y Ecología, se trasladó a Asunción hace cinco años. Elisa Marecos, de Ybycuí, también se mudó a la capital hace 10 para seguir sus estudios y desarrollar su carrera en la fotografía y la comunicación. Forman parte del colectivo El Ojo Salvaje.
Ambos se caracterizan por ser fotógrafos documentales. “Lo veo como un oficio”, dice Elisa. Y nos explica que es un medio para explorar su propia conciencia: “A través de la fotografía se revela mucho lo que pensamos y sentimos, dónde ponemos la mirada, cuáles son los valores o principios que tenemos”. “Me gusta retratar lo bueno, lo malo; incluso problematizar lo que vemos. Narrar es parte”, agrega Sandino.
Muchas veces esta postura implica no solo colocarse en un lugar de enunciación, sino también de confrontación y denuncia. Si algo caracteriza su obra es el territorio que ocupan como artistas. A través de sus imágenes, construyen un relato crítico y mordaz, pero sin ocultar la alegría y el color.
“Lo más importante es la honestidad, saber dónde nos colocamos, cuál es nuestro lugar de emplazamiento y también lo que comunicamos. Se dice que la fotografía tiene mucho de inconsciente, pero yo creo que hay muchísimo de intencionalidad”
Elisa Marecos.
“Considero que hay elementos clave: el primero es la sensibilidad a la hora de abordar cualquier tema; el segundo es el interés y, por otro lado, también el compromiso, que es con uno mismo y también con el otro”, declara Elisa. “No me es posible imaginar hacer una imagen con la que no pueda sentirme”, agrega.
Para ella, está muy claro que su oficio ubica lugares, espacios de poder. “Lo más importante es la honestidad, saber dónde nos colocamos, cuál es nuestro lugar de emplazamiento y también lo que comunicamos. Se dice que la fotografía tiene mucho de inconsciente, pero yo creo que hay muchísimo de intencionalidad”, remarca.
La magia de la imagen
Muchas veces se tiende a mostrar las comunidades rurales, indígenas y populares desde una mirada exotizante, algo que ambos fotógrafos buscan evitar. «Queremos ensayar una búsqueda de algo con otros matices», explica Sandino. Para ellos, no es solo un tema a retratar, sino un universo lleno de complejidades que merece ser abordado con respeto y profundidad, porque forma parte de su propia identidad.
La colorimetría juega un papel crucial en esta búsqueda estética. Ambos prefieren trabajar con colores cálidos, con ese sol tan característico que baña el paisaje paraguayo. «La luz en Paraguay es bellísima. Le da un tono especial a los objetos, a las personas, a los ambientes», comenta Elisa. Sin embargo, también reconocen que no hay una técnica rígida que guíe su trabajo. «Creo que uno ve la foto antes de hacerla. La situación y el momento definen la técnica», añade Sandino.
“Me gusta retratar lo bueno, lo malo; incluso problematizar lo que vemos. Narrar es parte”
Sandino Flecha.
Para ellos, es un proceso intuitivo donde la lectura situacional del entorno juega un papel fundamental. No buscan forzar una estética, sino dejar que el momento les dicte cómo capturarlo. Esta aproximación les ha permitido desarrollar un estilo propio, caracterizado por la honestidad y sensibilidad hacia lo que retratan.
Identidades territoriales
A lo largo de los últimos años, Elisa y Sandino recorrieron gran parte de Paraguay con sus cámaras, documentando tanto lo urbano como lo rural. Sus escenarios fueron Asunción, Luque, San Pedro, el Chaco y otros lugares del país, con toda la diversidad y riqueza de estos territorios.
Un tema recurrente que trabajan es el agronegocio y su impacto en las comunidades rurales. Sandino menciona una de sus fotos favoritas, tomada en San Pedro, que retrata una casa abandonada en medio de un campo de soja. «Es un escenario triste, que muestra la migración forzada y la expulsión de familias campesinas», comenta. Esta imagen, cargada de simbolismo, habla no solo de la devastación ambiental, sino también de la pérdida de identidad y pertenencia que sufren muchas comunidades.
Por otro lado, Elisa relata una de sus experiencias más significativas: una mudanza en canoa en la ribera del río Paraguay, específicamente en Itá Pytã Punta, en medio de una crecida. «Lo que más me llamó la atención fue la solidaridad de las personas, que a pesar de la adversidad se ayudaban mutuamente con alegría», dice. Para ella, esta imagen captura el realismo mágico que a menudo caracteriza la vida en este territorio, donde la belleza y la tragedia coexisten.
“Es imposible trabajar con ellos y no abordar la resistencia. Está presente en cada una de sus imágenes»
Adriana Rolón, curadora de la exposición, sobre el trabajo de Elisa y Sandino.
Cartografías rebeldes
Uno de los aspectos más destacados del trabajo de ambos fotógrafos es su enfoque en la resistencia indígena y campesina, temas que han explorado durante años. Para la curadora Adriana Rolón, estos ejes resultaron fundamentales para el proyecto desde el inicio. “Es imposible trabajar con ellos y no abordar la resistencia. Está presente en cada una de sus imágenes», explica. Tanto Elisa como Sandino capturan la lucha por la tierra, los derechos y la dignidad de las comunidades rurales y urbanas de Paraguay, temas que la curadora considera cruciales en el contexto actual del país.
Otro tema relevante es el de las festividades populares. Aunque varias de estas celebraciones han sido documentadas por otros artistas, Elisa y Sandino eligen las menos conocidas, lo que añade frescura y profundidad a su trabajo. La curadora explica que, a través de sus fotos, exponen una visión diferente, menos explorada de este tema.
Adriana también reflexiona sobre los espacios de resistencia. Para ella, el arte en la capital sigue siendo elitista y de difícil acceso para muchas personas, pero el trabajo de Elisa y Sandino rompe con lo hegemónico. «Exponer en un espacio como el Museo del Barro es significativo. Sus imágenes muestran comunidades en resistencia, personas sin los mismos privilegios que otros, pero que siguen luchando», afirma.
Dar visibilidad a estas voces a través del arte es, para la curadora, una forma de sumar a esa lucha.
Ejercicios curatoriales
Con el objetivo de formar y estimular el desarrollo de nuevos agentes que ejerzan prácticas curatoriales en la escena local, la Fundación Migliorisi/Colecciones de Arte y la Fundación Itaú convocaron a curadores nóveles a participar de una instancia de formación de la mano de profesionales de probada trayectoria, de modo a ofrecer herramientas para la gestión de proyectos expositivos.
En el marco del proceso, los participantes tuvieron la posibilidad de desarrollar un proyecto curatorial, con sus diversos aspectos, que van desde la conceptualización y la escritura hasta la comunicación y la gestión. Rebeldías que persisten se seleccionó para exponer en la sala Cira Moscarda de la Fundación Migliorisi/Colecciones de Arte.
Sin Comentarios