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EUSEBIO TORRES S/ TORTURA

Crónica de un juicio esperado

Este artículo narra los acontecimientos del juicio contra Eusebio Torres Romero, uno de los responsables de crímenes de lesa humanidad durante la dictadura de Alfredo Stroessner en Paraguay. El proceso es un hito importante en la búsqueda de justicia por los atropellos cometidos durante el régimen autoritario, y representa una victoria en la lucha de los sobrevivientes por la verdad y la memoria.

Por Laura Ruiz Díaz. Fotografía: Alegría González. Otras fuentes: archivo de sonido del caso Eusebio Torres, Eretz Toledo; La década inconclusa: Historia real de la OPM, A. Boccia Paz. (1997).

Cada uno con su maleta, los abogados arrastran fajos de papeles. Todos ellos tienen, en la portada, el mismo título: Eusebio Torres s/ tortura. Ingresan a la sala 9 del sexto piso del Poder Judicial. Este es un recuento de lo que pasó en el juicio a uno de los responsables de crímenes de lesa humanidad durante la dictadura.

Carlos Casco, quien denunció los hechos de tortura junto con su hermano Luis Casco y su esposa Teresa Dejesus Aguilera. Fotografía: Alegría González.

6 de febrero de 2024

Se hace lectura de la acusación del Ministerio Público a Eusebio Torres Romero, uno de los jefes policiales encargados de torturar a opositores del régimen de Alfredo Stroessner. Este día empieza el juicio por haber torturado a tres personas: Carlos Ernesto Casco, su esposa Teresa Aguilera de Casco y su hermano Luis Alberto Casco

1976. Carlos Casco volvía de Corrientes a bordo del buque Carlos Antonio López. Aún no sabía que el día anterior habían detenido a su esposa y a su compañero, Carlos Brañas, en Encarnación. Tampoco que desde esa misma fecha iniciaría un infierno.
Según la acusación, el 4 de abril de 1976 Carlos Casco fue detenido en el Puerto de Asunción y derivado al Departamento de Investigación de Delitos de la Policía Nacional, donde primero fue torturado por Camilo Almada Morel y Lucilo Benítez; entre otros motivos, por supuestamente pertenecer a la OPM (Organización Político Militar).

“Al segundo o tercer día de su detención en dicha dependencia policial aparece Eusebio Torres, quien tomaba las declaraciones indagatorias frente a Cantero. Ante la falta de respuesta, la víctima era golpeada por Eusebio Torres con cachiporra por el hombro y la nuca, además de amenazarlo con matar a la señora Teresa Dejesús Aguilera, su esposa”, plantea la acusación.

Ante esto, el primer recurso de la defensa técnica del excomisario Eusebio Torres Romero fue volver a presentar el cambio de calificación de hecho punible de tortura (art. 309 del Código Penal) a lesión corporal durante el ejercicio de funciones públicas y, bajo dicho argumento, la prescripción de la causa. Ya lo había hecho previamente en la etapa de Garantías, y fue estudiado y rechazado en el Tribunal de Apelación.

El Tribunal de Sentencia, presidido por Juan Francisco Ortiz e integrado por Manuel Aguirre y Rossana Maldonado, argumentó que en la dictadura “quienes conformaban órganos de poder no eran sometidos a la Justicia porque la propia Justicia estaba tomada por el régimen y esos actos se cometían en representación o por orden de este”. Los delitos de lesa humanidad son imprescriptibles, no amnistiables ni indultables.

Eusebio Torres participó del juicio por medios telemáticos, con la cámara apuntando hacia los abogados de su defensa, uno de los cuales es su hijo. Fotografía: Alegría González.

9 de febrero de 2024

Son las 8.00 de la mañana y en la explanada del Palacio de Justicia se reúne un grupo de sobrevivientes de la dictadura. Hay caras conocidas y otras no tanto. La voz de Guillermina Kanonnikoff, a quien entrevistamos para la edición del 4 de febrero, resalta entre las demás. Grita: “¡Mario Schaerer Prono!”. Y el grupo responde en coro: “Presente”. Un manifestante nombra a otro desaparecido, y ahora Guillermina acompaña el “¡presente!”. Así, quienes quedaron recuerdan a quienes desaparecieron. Están esperando para entrar al juicio, solo falta media hora.

Del otro lado, un grupo de periodistas y fotógrafos se agrupan para tomar fotografías y lanzan preguntas al aire. Los sobrevivientes responden a entrevistas que, al paso, los trabajadores de comunicación piden. La vorágine termina muy pronto, ya es momento de ingresar al edificio. Uno a uno, vamos subiendo. Es el segundo día de un juicio histórico, donde se da lugar a la asunción del caudal probatorio.

Don Constantino Coronel es el primero en dar su testimonio. “Pe interés arekóva ko árape ha’e justicia”, dijo ante las preguntas del presidente del tribunal. El 7 de noviembre de 1976, don Constantino fue llevado al Departamento de Investigaciones, como él dice, “por creer en un Paraguay libre y luchar contra la dictadura”.

El siguiente en testimoniar es Carlos Alberto Arestivo, en calidad de testigo calificado por su profesión de médico. Antes de iniciar las preguntas, la defensa técnica del señor Torres intenta limitar su testimonio. ¿La razón? El tejuruguái en manos del excomisario fue responsable de la pérdida del cristalino de uno de los ojos de Arestivo.

“La tortura no era una excepción, sino un estado constante por meses”, afirmó Miguel López Perito, quien también estuvo detenido en Investigaciones. Las confesiones muchas veces eran coaccionadas para avalar historias totalmente ficticias, creadas por los mismos torturadores, para magnificar el alcance de la OPM.

Uno a uno, 12 testigos relatan hechos con puntos en común: Torres, como abogado, era quien dirigía los interrogatorios; en casos específicos también se ocupaba de conseguir la información y dirigió muchas de las torturas. Los detalles son escalofriantes: las confesiones se lograban a punta de tejuruguái, picana eléctrica y pileteada.

El estrés postraumático es la consecuencia a largo plazo de la tortura y eso lo comprueba el diagnóstico realizado por la licenciada Rossana Duré, del Departamento de Asistencia a Víctimas del Ministerio Público. Quienes han sufrido estos vejámenes ahora no logran dormir, perciben sensaciones como si las estuvieran viviendo de nuevo.

13 de febrero de 2024

El juicio continúa con nuevas declaraciones de testigos. La defensa, por su parte, busca demostrar que Torres no ejerció cargo alguno en Investigaciones sino hasta 1978, dos años después de los hechos que figuran en la acusación. En contraste, los testimonios lo ubican una y otra vez en el sitio mencionado.

35 años duró la dictadura de Alfredo Stroessner.
19.862 detenciones ilegales fueron realizadas durante el régimen.
18.772 personas fueron torturadas en esa época.
1 de cada 3 personas sufrieron tortura, según el informe de la CVJ.
9 juicios de lesa humanidad se realizaron en el país hasta la fecha.

16 de febrero de 2024

Es el día de la reconstrucción de los hechos en el antiguo Departamento de Investigaciones de la Policía Nacional, ubicado en la intersección de las calles Presidente Franco y Nuestra Señora de la Asunción. Como si se tratara de un chiste macabro, el edificio completamente descuidado hoy es sede del Departamento de Derechos Humanos. Los denunciantes Carlos y Luis Alberto Casco dan testimonio de los sitios específicos donde se perpetraron las torturas psicológicas y físicas.

Posteriormente, el juicio continúa en el Palacio de Justicia, donde Eusebio Torres Romero presta declaración. El acusado, juzgado por cometer crímenes de lesa humanidad, insiste en su inocencia: “Nosotros conocemos a nuestra gente del campo y muy especialmente a estos señores (…); ellos me confundieron”, alega. Días atrás, Guillermina Kanonnikoff había afirmado: “Hice un esfuerzo para no olvidar segundo a segundo”. Uno a uno, todos afirman tener su rostro grabado en la memoria.

Torres también afirma: “La Fiscalía tiene una linda oportunidad de educar a estos campesinos que no entienden de derecho, que su tiempo ha transcurrido para la presentación de una denuncia y que cuando eso pasa, prescribe el derecho a denunciar. No el delito, sino el derecho de acusar”. Solamente contesta las preguntas de los abogados defensores. Tras su declaración, inicia la etapa de alegatos finales.

20 de febrero de 2024: lectura de la sentencia final

Luego de explicar el contexto político de la época y caracterizarlo como una “dictadura plena”, el juez Manuel Aguirre resalta que “no solo se torturaba en el Departamento de Investigaciones, sino también a lo largo y ancho del país”.
En sus palabras, el excomisario “entendía que los subversivos, quienes atentaban contra la paz y justicia que supuestamente imperaban en la época, merecían el trato que recibían”, y por eso no tiene problemas emocionales ni psicológicos con sus acciones.

La sanción, explica el juez, tiene una doble finalidad: que la comunidad entienda que los delitos de lesa humanidad no prescriben y, sobre todo, va dirigido a otros implicados en hechos similares: “Serán sancionados”. El excomisario Eusebio Torres recibe la pena máxima aplicable en casos de tortura: 30 años de cárcel. La decisión del Tribunal de Sentencia es unánime. La medida es prisión domiciliaria a sus 88 años de edad.

Al escuchar la sentencia, gritos de júbilo llenan la sala. “¡Dictadura nunca más!”, “¡tortura nunca más!”, corean los presentes. El juicio debió iniciar mucho antes, por lo menos 35 años atrás. Si no, con la presentación de la denuncia en 2017. Pero fue dilatado continuamente por estratagemas de la defensa; Torres hasta fue condecorado en 2014.

Al finalizar el juicio, un grupo se organiza para ir a escrachar al torturador frente a su casa. Celsa Ramírez, sobreviviente del régimen y quien fue tapa de Pausa el año pasado, nos dijo: “Yo no voy a ir. Nosotros buscamos justicia, no venganza”.

Cuando se remueve la tierra de la memoria, brotan nuevas. Si algo se pudo percibir en cada uno de los días de este juicio es que la herida sigue sangrando no solo en las víctimas de los crímenes de lesa humanidad, sino en toda la sociedad paraguaya. El juicio a Eusebio Torres es uno más de los tantos necesarios para lograr hablar, realmente, de memoria, verdad y justicia en un país que activamente busca el olvido.

Línea temporal
1954
Golpe de Estado e inicio de la dictadura de Alfredo Stroessner.
1972
Carlos Casco se traslada a la ciudad de Corrientes para estudiar Medicina.
1973
Gestación de la Agrupación Cultural Guaraní (ACG), a la que Casco pertenecía. Luego pasaría a formar la OPM.
1976
Abril. Detención de Carlos Brañas y Teresa Dejesús Aguilera de Casco; descubrimiento de la OPM por parte del régimen. Detención de Carlos Casco y, posteriormente, de Luis Casco.
1976. Junio.
Puesta en libertad de Luis Casco.
1976. Setiembre y octubre.
Traslado masivo de presos políticos a Emboscada. Entre ellos, Carlos Casco y Teresa Dejesús Aguilera, que fue liberada en noviembre del mismo año.
1978
Liberación del detenido político Carlos Casco.
1989
Golpe de Estado y fin de la dictadura de Alfredo Stroessner.
2011
Presentación de denuncia contra Torres ante la Fiscalía de Derechos Humanos presidida por el abogado Santiago González Bibolini, quien la llevó ante el Tribunal de Sentencias.
2017
Imputación de Eusebio Torres con 80 años de edad.
2023
El Tribunal de Apelación, Segunda Sala, destraba el proceso contra el excomisario. Durante todo el año, la defensa buscó postergar el inicio con distintos subterfugios legales.
2024
Juicio oral y público Eusebio Torres Romero s/ tortura.

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