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Educación integral de la sexualidad

Proyectos de vida más conscientes y plenos

Jóvenes y adolescentes de diferentes puntos del país −secundarios y universitarios− se forman, organizan y gestionan los espacios para instalar la educación integral de la sexualidad. Lo hacen desde una perspectiva de derecho, con información científica y de manera amigable.

Una de las mayores preocupaciones de los jóvenes y adolescentes tiene que ver con su derecho a la salud sexual y reproductiva. Más aún en este contexto de pandemia, en el que dejaron de acudir a las instituciones educativas y, de alguna manera, el acceso a servicios de salud se limitó.

Pero el confinamiento no inmovilizó a las y los jóvenes. Al contrario, utilizan las herramientas digitales a su favor: generan conversatorios, difunden información de calidad y atractiva, crean consultorios online y, por sobre todo, exigen al Ministerio de Educación la necesidad de incluir en el plan de estudio la educación integral de la sexualidad.

“En Paraguay hay una educación sexual, pero no es integral. Es impartida desde el tabú, el miedo y el cháke. Nosotros queremos que sea completa, que abarque tanto el aspecto físico como el psicológico, sociocultural y afectivo. Y que esta integralidad tenga cierta característica: que sea de derechos, laica, científica, intercultural, intergeneracional, gradual y de autonomía progresiva”, explica Daniel Ortellado, integrante del grupo Somos Pytyvohára, que desde hace unos años trabaja por la promoción y la exigibilidad de estos derechos en proyectos como Escuelita Itinerante.

El 6 de julio, desde dicha plataforma habilitaron el servicio de consultoría vía telefónica EIS de Par a Par, del que Daniel es coordinador, y en el que ofrecen consejería y escucha atenta sobre todo lo que tenga que ver con salud sexual y reproductiva de jóvenes y adolescentes.

“Es un servicio confidencial, seguro y, por sobre todo, amigable. La línea es atendida por un equipo de consejeras formadas en sexualidad, que orientan a los interesados, ofrecen información de calidad y también pueden hacer una derivación responsable si necesitan consultar en un centro de salud”, comparte Ortellado.

El nombre de la línea telefónica responde a las siglas Educación Integral de la Sexualidad (EIS) y de Par a Par se refiere a que el contacto se da de joven a joven, reivindicando también esa conversación entre amigos, amena, por medio del respeto, valorando las experiencias para seguir construyendo y aprendiendo. Las y los adolescentes pueden enviar un mensaje, escribir al WhatsApp o pedir que se les llame, en caso de que no cuenten con saldo, así las consejeras se comunicarán con ellos. El servicio está disponible de lunes a viernes, de 11.00 a 18.00, al (0985) 222-492.

Hasta el momento las consultas que más recibieron tienen que ver con métodos anticonceptivos, pero los temas que abarcan son varios: cambios del cuerpo, discriminación, orientación, infecciones de transmisión sexual, etcétera. Todo depende del interés y la necesidad de quien se comunica.

Para Somos Pytyvohára, era clave no perder el contacto que vienen desarrollando desde diversos espacios con los jóvenes y adolescentes, por eso buscan formas de adaptarse a lo virtual (en sus redes sociales @somospytyvohara), entendiendo también cuán importante es para estos que reciban información sobre sexualidad.

“La EIS nos permite vivir nuestra sexualidad sin temores, con autonomía, logrando un desarrollo saludable y placentero, que es muy importante para planificar nuestras vidas”, expresa Daniel. Además, señala que ayuda a construir relaciones afectivas respetuosas y sanas, tanto con la familia como con los pares, amigos y amigas.

La educación como la base de todo

En marzo del 2019, el Ministerio de Educación y Ciencia rechazó el uso del material Guía para docentes sobre Educación Integral de la Sexualidad, desarrollado por el Servicio de Paz y Justicia (Serpaj). La última semana de julio, en un programa de aire, el Ministro de Educación, Eduardo Petta, explicó que los motivos que lo llevaron a rechazar dicho material no tenían que ver con un carácter religioso, sino más bien con respetar la patria potestad.

Sin embargo, los y las estudiantes se manifestaron en contra de sus declaraciones, reclamando que el derecho a la educación incluye una formación sexual integral. No solamente cuestionan sus razones, sino también consideran que no está siendo consciente de las cifras alarmantes de abuso infantil en nuestro país.

“Nos preocupan los datos del Ministerio Público que dicen que en el año 2019 se registraron 3.330 denuncias de abuso sexual en niños, niñas y adolescentes. Es decir que hay nueve hechos diarios, que no representan la totalidad de los que existen. Si a esto sumamos los casos de estupro, que fueron 949 denuncias, entonces tendríamos un promedio de 11 casos de niñas, niños y adolescentes que han sido víctimas de violencia sexual, de manera diaria, en el año 2019”, lamenta Daniel.

Con esa realidad, para ellos no caben dudas de que es necesaria la implementación de la EIS, en ese caso, para que las chicas y los chicos tengan herramientas que les permitan identificar situaciones de abuso, como también infecciones de transmisión sexual.

En palabras de Daniel, la educación integral de la sexualidad desarrolla habilidades para la vida, como autoconocimiento y empatía, tanto para la toma de decisiones asertivas como para la resolución de conflictos.

Movidas también por la inquietud de los datos oficiales, un grupo de estudiantes universitarias de Medicina y otras carreras se articularon por medio de una iniciativa en redes sociales llamada ESI para vos. Con un lenguaje ameno, fuentes fidedignas y utilizando tanto el español como el guaraní, brindan un espacio seguro de información.

“Nos encontramos comprometidas con derribar las barreras que hay en torno al acceso a la información en salud sexual en nuestro país. Buscamos instalar el debate sobre la relevancia de incluir este tema en el currículum escolar del MEC, desmitificar y aportar información útil y concisa con respaldo bibliográfico”, manifiesta Alejandra, una de las jóvenes detrás de este proyecto.

Hasta el momento han presentado temas como métodos anticonceptivos, infecciones de transmisión sexual, menstruación, higiene menstrual y los mitos al respecto, así como abordajes para hablar con niños y niñas sobre estos tópicos.

“Notamos que hay falta de conocimiento de la anatomía humana en cuanto a los aparatos reproductivos. Es importante conocer y comprender la funcionalidad, la estructura normal y sus posibles alteraciones. También es vital tratar las relaciones interpersonales. Hablar de consentimiento, privacidad, seguridad, tolerancia y respeto”, asegura
Alejandra.

Según cifras del Ministerio de Salud, de enero a junio fueron registrados 233 embarazos en niñas de 10 a 14 años y 6.250 casos en adolescentes de 15 a 19 años.

“A través de la educación sexual integral se pueden detectar riesgos y se otorgan herramientas para hacerles frente. Se previenen embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual”, añade la estudiante.

Actualmente las jóvenes se encuentran en busca de voluntarios en ámbitos como psicología, medicina, comunicación, guaraní y marketing. En su página en Instagram @Esiparavos_ se puede ver todo el trabajo que están desarrollando y sumarse a sus conversaciones.

Servicio de salud diferencial

En Encarnación se encuentra trabajando desde el 2009 el grupo Presencia Joven, un equipo de jóvenes y adolescentes que se conformó para abogar por los derechos de la salud sexual y reproductiva de sus pares.

Fueron parte de la conformación del primer espacio de servicio de salud dirigido específicamente a jóvenes y adolescentes en Itapúa, llevado adelante por el Ministerio de Salud y la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Itapúa. Actualmente existen tres en el departamento: uno en Encarnación, otro en Obligado y el tercero en Capitán Miranda.

“En los primeros tiempos realizábamos el acompañamiento coordinado, pero ahora ese servicio ya es parte del Estado y lo que hacemos es monitorear que funcione, que a pesar de la pandemia se dé la garantía de acceso a servicios de salud y a métodos anticonceptivos. No debe haber una excusa”, opina Walter Morínigo, integrante de Presencia Joven.

Lo que hicieron desde su organización fue recabar datos sobre cuáles servicios funcionaban sin limitaciones, cuáles eran las medidas sanitarias requeridas y dónde se podían encontrar los métodos anticonceptivos disponibles, y acercaron esas informaciones por medio de su perfil en el Instagram @presenciajoven.

Los consultorios diferenciados tienen en cuenta cuestiones de accesibilidad, infraestructura y horario, para que los adolescentes y jóvenes se sientan seguros de ir. Deben ser amigables, coloridos y confidenciales.

“Estos espacios permiten a los jóvenes y adolescentes proyectar su vida a través del acceso a la información y las herramientas. Además, tienen que ver con su participación protagónica, con el acceso a sus derechos y el conocimiento sobre su salud en general”, sostiene Morínigo.

Desde Presencia Joven notan que sí existen ciertos avances en el área de salud que tienen que ver con los derechos sexuales y reproductivos, y que forman parte del proceso de construcción de políticas públicas. Pero para que sean eficaces, deberían estar en coordinación con el desarrollo de una educación integral de la sexualidad por parte del Ministerio de Educación.

“Hoy los servicios de salud reciben adolescentes embarazadas. En teoría, se supone que ese grupo etario debe acceder a información sobre sexualidad en el sistema educativo, y en los servicios de salud, buscar herramientas como métodos anticonceptivos o consultar sobre cuestiones que tengan que ver con su salubridad. Es un trabajo que debe ir en conjunto para que dé resultados óptimos”, dice.

Desde las diferentes organizaciones seguirán trabajando por el cuidado y la protección de niños, niñas y adolescentes, como también por su formación, incentivando el diálogo, la participación y el liderazgo, no solo en temas que hacen a su salud sexual y reproductiva, sino también y sobre todo, sus derechos fundamentales.

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