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Marcas penitenciarias: Oportunidades más allá de los muros

En busca de una alternativa para salir adelante, varias personas privadas de libertad eligen comenzar de nuevo y, atravesando todos los estigmas de la sociedad, se forman en distintos oficios para lograr su autonomía y ganar el sustento de sus familias dignamente. Para conectar estos trabajos fuera de los muros nace Latente, una red digital que evidencia el potencial existente en los distintos establecimientos penitenciarios del país y promueve la reinserción desde esta iniciativa del Ministerio de Justicia.

Por Katherine Meza

La plataforma digital Latente fue creada en el Ministerio de Justicia tras varias conversaciones con las personas privadas de libertad en los 18 establecimientos carcelarios del país, quienes manifestaron las dificultades con las que se topaban para sacar fuera de los muros lo que elaboran con creatividad y esfuerzo. Este proyecto se gestó de manera a brindar mayor visibilidad ante la sociedad al trabajo que realizan desde los penales para marcas penitenciarias o emprendimientos propios.

Significa comenzar de nuevo. El proyecto implica la dignificación de estas personas a través del trabajo, y que aquellos privados de libertad que cumplen una condena hoy ya no sean invisibles. Detrás de cada producto manufacturado por ellos, hay un rostro y una historia de superación.

El proyecto fue desarrollado a través de la Dirección de Bienestar y Reinserción Social con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo en el marco de una cooperación no reembolsable que otorgó los fondos para que la agencia publicitaria Nasta, adjudicada en el proceso, creara la página web bajo los lineamientos del Ministerio de Justicia, entidad que tiene la necesidad de promover la producción penitenciaria y así brindar nuevas oportunidades.

La Ministra de Justicia Cecilia Pérez. Retrato: Fernando Franceschelli.

El proyecto es de gran importancia para las personas privadas de libertad y así nos lo hace saber la propia ministra de Justicia, Cecilia Pérez Rivas: “Ser parte de Latente es una ventana a la libertad. Nosotros hablamos de segundas oportunidades, pero la realidad es que para muchos no hubo una primera. Ingresaron al sistema sin haber aprendido a leer y escribir antes, o a desarrollar o mejorar sus habilidades laborales. Como ejemplo tenemos pintores que antes del encierro nunca pintaron o artistas que tallan la madera de una manera sublime sin haber tocado antes un cincel, e inclusive hoy enseñan a otros. Latente muestra todo esto”.

El Ministerio de Justicia apunta a fortalecer el aspecto de la producción, ya que a través de ella la persona habla de sí misma y cambia su propia visión de las cosas, tiene esperanza y puede generar ingresos y no depender de otros, porque es bien conocido que es muy difícil conseguir trabajo cuando uno posee antecedentes. “Latente es la otra cara del sistema penitenciario, esa que busca cumplir con la Constitución en cuanto a la readaptación del condenado y representa, a su vez, un esquema de trabajo permanente que permite que quienes salen sean útiles a la sociedad y a sus propias familias; que reparen el daño causado y busquen un nuevo porvenir”, expresa.

La ministra afirma que la cooperación es clave para la reinserción social. Además, podría ser beneficiosa en varios aspectos para la comunidad: “El trabajo penitenciario es una terapia valiosa para mejorar la visión que tienen los privados de libertad de sí mismos; esto los hace valorarse y los motiva a mejorar. De ahí es tan importante el lugar al que se vuelve luego de salir, y el entorno familiar y social, que colaboran con la reinserción, la cual es imposible sin la participación de la sociedad en este proceso. Las políticas de reinserción no solo afectan a lo social, también son un tema de seguridad, ya que una persona reinsertada tiene menos posibilidades de cometer delitos. Por eso sostenemos que, desde Latente, trabajamos para la libertad, no para la prisión”.

Vanessa Napout, directora de Bienestar y Reinserción Social del Ministerio de Justicia. Retrato: Fernando Franceschelli.

Vanessa Napout, directora de Bienestar y Reinserción Social, nos cuenta que fue principal testigo de que gracias a la implementación de Latente se logró una mayor motivación en las personas privadas de libertad a la hora de trabajar, aprender un oficio o, incluso, ser parte de una empresa o emprender su propio negocio dentro de los penales. “Sienten que ya no son invisibles y que cada vez hay más cercanía por parte de la sociedad, que se interesa por apoyar a la causa de la reinserción así como por brindar una oportunidad laboral. Algunos sienten que por primera vez se los trata como personas, y se busca garantizar otros derechos que no son menoscabados pese a la privación de libertad y hoy están viviendo, como la educación, a la formación profesional, a un trabajo digno”, asegura.

Pero, ¿cómo funciona exactamente Latente? Vanessa nos lo explica: “Al ingresar a la página web www.latente.gov.py pueden observar la gran variedad de productos y adquirirlos. En el catálogo online, el usuario conoce el detalle de cada ítem y quién lo fabrica. Para adquirirlos, los artículos exhibidos se encuentran vinculados a un número de WhatsApp habilitado por los centros reclusorios, a través del cual funcionarios penitenciarios del Ministerio de Justicia colaboran para facilitar la conexión entre el cliente y la persona privada de libertad-fabricante”.

Las ganancias por la venta de productos son del recluso al 100%, según el precio determinado y los costos de producción. En el caso de las personas privadas de libertad que trabajan con las empresas de Latente, el pago es por producción y el precio es acordado entre empresa y trabajador. El Ministerio de Justicia se encarga de velar por que la remuneraciónpor el trabajo sea justa y que se realicen los pagos en tiempo y forma.

Imagen: Cortesía del Ministerio de Justicia.

La oferta es amplia y variada. Encontramos diferentes estilos de termos (ya sean para mate o tereré), guampas, prendas, uniformes, calzados, accesorios y bolsos. Asimismo, variedad de artículos de cuero como cintos, billeteras, llaveros e implementos de oficina. También se fabrican muebles, artesanía, decoración para el hogar, productos con sublimado como tazas, vasos, copas, remeras y una buena cantidad de utensilios gastronómicos.

La directora de Bienestar y Reinserción afirma que existen marcas y empresas comprometidas con la causa de la reinserción social, aliadas al Ministerio de Justicia en esta desafiante labor. Proyectos como Alas, FR Ideas, Moirũ, Kuña Pepo, Mandyju Poty, Japo, Gabriela Lucía, La Adelina, Nigui, WB Emprendimientos, Comercial Paola y otros más ya forman parte de la red Latente, y apuestan a esta mano de obra para la elaboración de sus productos, ya sea que instalan un taller dentro del penal o tercerizan, apostando por la responsabilidad y el compromiso de las personas intramuros. Se espera que más emprendedores se sumen a esta iniciativa y formen parte de la red que une oportunidades.

Emprendimientos con consciencia

Fernando Rodríguez es el propietario de FR Ideas, su propia marca, que creó hace unos cinco años. Comenzó con diseño de indumentaria gastronómica y la calidad de sus creaciones llamó la atención de personas de todo tipo de rubros. En la búsqueda de mano de obra, un día fue a la casa de un amigo, donde notó un hermoso termo y no pudo evitar preguntar dónde lo compró. Este le contó que lo hizo un primo suyo, privado de libertad. Fernando, sorprendido por la belleza del producto, visitó a aquel primo quien, a su vez, le presentó a otro trabajador. Así fue como FR Ideas se convirtió en una marca penitenciaria.

Fernando nos asegura que escogió mano de obra de hombres privados de libertad por una sencilla razón: las enseñanzas de su madre. “Ella nos inculcó, a mí y a mis hermanas, que uno debe devolver al universo lo que obtiene de él. Mi familia siempre fue bendecida y la mejor manera de agradecer es dándole trabajo a personas que están en una situación difícil y que además quieren y merecen una oportunidad”, detalla.

Fernando Rodríguez, el emprendedor detrás de FR Ideas. Retrato: Fernando Franceschelli.

FR Ideas cuenta con un staff casi permanente de ocho personas. Varias de ellas ya conocían las profesiones que ahora desempeñan y otras las aprendieron en la penitenciaría. “Quizás ocho no parezca un número significativo en relación con el total de la población penitenciaria, pero si sumamos esa cantidad a otras, eso da un número más interesante de personas privadas de libertad que están cambiando sus vidas, aprenden contenido laboral y que, al cumplir su condena, podrán reinsertarse en la sociedad mediante un trabajo honesto”, comenta.

Conocidos por su especialidad en diseño y confección de delantales, FR Ideas también ofrece indumentaria gastronómica, regalos empresariales, chaquetas, pantalones, bolsos, zapatillas, portacuchillos, termos y cualquier artículo que utilice cuero. Todo esto es exhibido en la red Latente y en su cuenta de Instagram @frideas.py.

Tite Vera, cofundadora de la empresa social Articuladas. Retrato: Fernando Franceschelli. Agradecimientos: Café Consulado.

Otra marca que apuesta por la reinserción social es Mandyju Poty, la cual fue creada a través del proyecto Articulando Caminos por la Libertad, un convenio de la empresa social Articuladas y el Ministerio de Justicia. Encabezada por Tite Vera y Edilse Torres, esta firma trabaja con mujeres en semilibertad del Hogar Penitenciario Nueva Oportunidad, donde ya contaban con máquinas de coser y conocimiento de costura, lo cual les facilitó la oportunidad de generar capital para emprender al recuperar la libertad o bien enviar dinero a sus familias.

Mandyju Poty es una marca social comprometida con las mujeres de intramuros, con los consumidores y con el medioambiente. Funciona desde abril de este año y cuenta con cuatro trabajadoras que están en proceso de salir libres. “Sabemos que pronto Blanca, Valentina, Guillermina e Ildefonsa van a obtener su libertad condicional y estamos muy contentas de ser parte del proceso que ellas viven”, dice Tite Vera.

Edilse Torres, cofundadora de la empresa social Articuladas. Retrato: Fernando Franceschelli. Agradecimientos: Café Consulado.

Como su nombre lo indica, las mujeres en Mandyju Poty crean productos de telas de algodón al 100% que son de gran calidad y respetuosas con el medioambiente. Tras su lanzamiento, los resultados positivos no tardaron en notarse y la aceptación de las primeras clientas motiva a seguir con el desarrollo de nuevos productos para agregar al catálogo, que actualmente incluye una línea de cuidado con vinchas y pads para el cuidado del rostro, toallas para pelos lacios, ondulados y rulos (son de una tela especial), y también una línea hogar con camineros, individuales, portavasos, almohadones decorativos y más.

En respeto de las salidas transitorias, los días de trabajo se extienden de lunes a jueves. Aprovechan esas fechas y realizan las capacitaciones, producción, control de calidad y venta a través de Latente o de su propia tienda virtual en Instagram (@madyjupoty). “Las mujeres privadas de libertad reciben un pago por su trabajo. Ponemos en condiciones todos sus equipos y con las ventas también cubrimos los costos de lo que implica el programa Articulando Caminos por la Libertad, que consiste en capacitaciones y seguimiento para que consigan entrevistas laborales. Entre nuestros objetivos está que puedan reinsertarse”, cuenta.

Productos de la marca penitenciaria Mandyju Poty. Imagen: Gentileza.

Tite asegura que tanto la vida de las mujeres como la suya cambiaron para bien porque de ambos lados se aprendieron realidades que antes no conocían. Cuando le preguntamos por qué cree que es importante brindar oportunidades a las mujeres privadas de libertad, nos contesta sin dudar: “Si bien cometieron errores, ellas asumieron, se hicieron cargo y desde el encierro tomaron la oportunidad para salir convertidas en mejores ciudadanas. Debemos tener en cuenta que, en muchos casos, crecieron en una situación de vulnerabilidad, existen demasiados factores que las llevan por esos caminos, pero al pensar en presente y futuro, hoy ellas son tan capaces como cualquier otra persona que nunca estuvo recluida”.

Un llamado a la empatía

La próxima meta es convertir a Latente en una plataforma e-commerce, en la cual el cliente abone con tarjetas de débito o crédito o realice el pago por transferencia bancaria y reciba el producto en su hogar. Igualmente, desean crear incentivos para aquellas empresas que apuestan a Latente, derribando las barreras de la discriminación y construyendo confianza.

El impulso y las ganas de superación hacen que las personas privadas de libertad aprendan a pesar de las adversidades. Si deseás ayudarlas a seguir emprendiendo y construyendo su camino a la reinserción social, ingresá a www.latente.gov.py y enterate del listado de materia prima que podés donar y herramientas de trabajo para los internos.

Trabajo de mujeres privadas de libertad. Imagen: Gentileza.

Si deseás colaborar, podés dejar tus donaciones en la oficina de la Dirección de Bienestar y Reinserción Social del Ministerio de Justicia, avenida José Gaspar Rodríguez de Francia y EEUU, o bien, comunicarte al (0981) 983-666, al correo electrónico dona@latente.gov.py o completar el formulario en la página de Latente para que se comuniquen contigo.

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