La antorcha de la esperanza de todo un pueblo pasó a manos de la selección nacional de fútbol playa, apodados y ampliamente reconocidos como Los Pynandi. Después de cosechar medallas y reconocimientos en la última década, se embarcaron rumbo al país africano de Seychelles con el sueño de traer la primera copa mundial de fútbol a Paraguay. Este domingo conversan con Pausa desde la sede de la competencia sobre estrategias, expectativas y la unidad que los caracteriza como equipo.
Por Patricia Luján Arévalos. Dirección de arte: Gabriela García Doldán. Dirección de producción: Camila Riveros. Producción: Sandra Flecha. Asistente de producción: Pamela Pistilli. Fotografía: Javier Valdez. Agradecimientos: Fernando Ortiz.
El éxito no es extraño para Los Pynandi. Llevan más de una década sumando reconocimientos y participando de los principales torneos, dentro y fuera de la tierra donde nacieron.
Quizás uno de los momentos de máxima popularidad para los jugadores de la selección nacional de fútbol playa fue durante 2022, cuando subieron a lo más alto de dos importantísimos podios: los Juegos Suramericanos y la Copa América de Fútbol Playa. Aunque para algunos la Copa América representa un reconocimiento mayor, definitivamente llevarse la medalla de oro de Odesur en su propio país habrá tenido un sabor diferente, y no solamente para quienes estaban en la arena, sino también para los compatriotas que los acompañaron en cada peldaño hasta la victoria.
Aunque la selección absoluta de fútbol ha cosechado sus propios triunfos bajo la dirección de Gustavo Alfaro, la verdad es que Los Pynandi vienen llenando un espacio que quedó vacante por las consecutivas derrotas de la Albirroja. En busca de inspiración, el público volteó hacia ellos y Los Pynandi no defraudan: hoy se encuentran en Seychelles para una nueva edición de la Copa Mundial de Fútbol Playa.

Desde allí fue que conversamos una vez más con Joaquín Molas, el director técnico que acompañó al equipo durante algunas de sus mayores hazañas, y con el capitán descalzo Carlos Carballo, quien lleva más de ocho años de trayectoria en la selección y fue reconocido como Mejor Futbolista en varias ocasiones.
En evolución
Joaquín Molas asumió como DT de Los Pynandi en 2021, de cara a la Copa Mundial de Rusia. Le llegó el turno al culminar el ciclo del entrenador Gustavo Guga Zloccowick y describe a la selección de entonces como un equipo joven que ganó mucha experiencia en el viejo continente.
“Nos sirvió mucho”, recuerda, “fue el inicio de este proceso. Aprendimos lo que son estas competencias, tuvimos muy buen desempeño. Lamentablemente nos tocó un grupo complicado, donde estaban Japón y Rusia, que fueron finalistas ese año. Estuvimos muy cerca de la clasificación, pero nos permitió iniciar esto para darnos cuenta de que podíamos crecer más”. A sus ojos consistió en un primer paso, pero gigante: “Ese Mundial fue el trampolín para lo que somos hoy”.

Y como ningún camino es directo, se encontraron con un pequeño desvío en 2024, cuando no alcanzaron la clasificación para la Copa Mundial de Dubái. “La verdad es que fue un golpe muy duro para nosotros no haber estado. Cometimos muchos errores en cuanto a la organización misma, a la preparación”, comenta Molas al atribuir errores tanto al cuerpo técnico como a los jugadores.
“Veníamos confiados”, analiza, y menciona que esto significó un punto clave para aquel revés. “La clasificación para el Mundial fue en 2023 y nosotros tuvimos un 2022 demasiado bueno, habíamos ganado la Copa América, la Liga de Desarrollo y los Juegos Odesur. Estábamos muy seguros de esa clasificación y creo que esa confianza también nos jugó un poquito en contra”, sentencia.
Pero más allá de la frustración que, lógicamente, habrá acompañado un momento así, el DT reconoce la oportunidad de aprendizaje: “Sacamos muchísimas conclusiones. Fue la competencia que nos enseñó a disputar este tipo de partidos, donde los rivales son mucho más difíciles. De ahí también sacamos fuerza para poder estar hoy acá”.

Molas ha sido, sin duda, una figura de peso en la evolución de Los Pynandi. “Creo que todo lo que conseguimos desde que estoy también es, en parte, por el proceso que se hizo anteriormente con el profe Guga. Los chicos tuvieron muy buena enseñanza y desarrollo con él”, reconoce el actual técnico, “si bien conseguimos muchas cosas en estos últimos años, también se dieron por el trabajo que se viene haciendo por parte de la Asociación Paraguaya de Fútbol desde hace más de una década”.
Entre medallas y trofeos, hay un premio que ocupa un lugar especial en el corazón de Joaquín Molas y su equipo técnico, compuesto por Ulises Lezcano, Bernardo Fatecha, Eduardo González, Roger Barzalá y Carlos Fatecha. Se trata del primer lugar en el Campeonato Sudamericano Sub-20 de Fútbol Playa 2023: “Fue muy especial porque era un grupo armado 100 % por nosotros [el nuevo equipo técnico]. Con la mayor habíamos agarrado una selección que ya venía trabajando desde hace tiempo, pero la sub-20 era nueva y trabajamos desde cero”.
No puede dejar de mencionar la gran satisfacción que vino con poder derrotar a Brasil en la Copa América 2022: “Fue el primer gran torneo que ganamos. Superamos por primera vez a Brasil —que tiene cuatro copas América y nosotros solo una—, fuimos los únicos que conseguimos eso y también tiene un destaque en nuestra carrera”.

La selección 2025
El director técnico nos explica que el camino al Mundial de Seychelles 2025 implicó tomar acciones distintas a las del pasado. Las falencias que se detectaron durante la preparación para Dubái 2024 fueron atacadas de frente y corregidas.
El trabajo se concentró en tres aristas: lo corporal, lo mental y el compañerismo. “Principalmente nos enfocamos en la parte física y, también, en cuidar la cabeza de los muchachos. La parte psicológica es muy importante. Buscamos volver a tener este grupo unido porque esa unidad nos sirvió mucho los años anteriores”, explica Molas.
“Es fundamental la parte física, si uno no se prepara bien cuesta muchísimo estar dentro de la arena”, asegura Carlos Carballo, capitán de Los Pynandi.
Para Joaquín, el compañerismo es su mayor fortaleza: “La unidad entre compañeros y la convivencia hacen que el grupo sea fuerte, y eso se ve en la cancha. Para los juegos afuera, una buena dinámica de relacionamiento en concentraciones ayuda a convivir, principalmente en estas competencias donde estamos muchos días juntos”, resume.
Es un punto en el que concuerda con Carballo. “Hay mucho compañerismo hoy en día en nuestra selección, somos todos iguales, no hay quien sea menos ni más, somos un grupo fuerte y unidos”, reconoce.
La selección actual está conformada por una sana mezcla entre experiencia y ambición. “Está la camada de Amado Rolón, Carlos Carballo y Pedro Morán, que son los de mayor edad, digámosle, porque experiencia tienen casi todos los que ya han disputado varios mundiales. Después viene una generación muy importante, que tiene la misma edad, de 26 y 27 años: Valentín Benítez, Sixto Cantero, Néstor Medina, Jhovanny Benítez y Yoao Rolón”, menciona Molas y agrega al recuento a Milciades Medina, que aunque cuenta apenas con 22, ya tiene en su haber dos mundiales disputados y fue campeón de América y Libertadores con distintos equipos. Medina jugó en Portugal, España, Chile y Brasil. “Entonces, es joven, pero con mucha experiencia”, subraya.

A esta lista se suma Thiago Barrios, de 18 años, “pero que ya ha disputado dos ediciones de la Copa América, dos eliminatorias y fue campeón de América a nivel de clubes. Tiene un camino muy importante por delante por su carácter y buen juego”.
Al analizar su convocatoria, es lógico preguntarse cuál será su enfoque para incluir nuevas figuras e incentivar esa camaradería. Su respuesta sorprende: “No hablaría de estrategia para incorporar nuevos jugadores, sino de incentivar la competencia sana dentro de un equipo. Eso es muy importante. Que los chicos que están iniciando se den cuenta de que se puede conseguir muchas cosas jugando fútbol playa, que tomen como ejemplo a los mayores y que, inclusive, los superen. Siempre buscamos eso, que el que viene de abajo sea mejor que el que tiene mucha experiencia, porque con el correr de los años, esta disciplina va evolucionando en todos los aspectos”.
Un sacrificio por el futuro
La duda es inevitable y Joaquín Molas entiende que siempre hay algo por demostrar. “Buscamos meterles en la cabeza a los chicos que se puede vivir de esto y que es posible conseguir grandes cosas”, puntualiza.
“El principal incentivo está en defender la camiseta de la Albirroja, defender a un país. Ellos se sacrifican al entrenar, en las prácticas, con lluvia y frío. [Trabajamos] para que todo eso no sea en vano cuando estamos en competencia, para que siempre se pongan objetivos altos, reales, pero que vayan pasando obstáculos, que no tengan miedo de soñar en grande. Las metas están para cumplirse y hay que trabajar ahora, en el día a día; esa es la forma de incentivarlos, pero siempre con esas aspiraciones altas que nos proponemos”, dice Molas.
El capitán de Los Pynandi coincide: “El día a día es sacrificado por muchas cosas, más en este deporte que aún es amateur”. Agrega que “del Estado, tengo entendido que no tenemos casi nada de apoyo, por lo que sé; pero de la Asociación Paraguaya de Fútbol sí. Para este Mundial nos sorprendieron muchísimo. Esperemos que sigan así”.

Seychelles 2025
Desde la costa africana, Joaquín Molas, Carlos Carballo y sus compañeros se enfrentan a un nuevo reto con múltiples artistas, desde la expectativa de sus compatriotas a miles de kilómetros de distancia hasta el fixture de la Copa. “Nos tocó un grupo muy complicado. Tenemos un campeón del mundo como Portugal, con el que va a ser el inicio de nuestra competencia, el primer partido”, cuenta Joaquín Molas. Paraguay se enfrenta a los portugueses este jueves 1 de mayo por la mañana, mientras muchos de los paraguayos estaremos preparando el correspondiente asado del Día del Trabajador y alentándolos desde la distancia.
“Ese es el partido en el que hoy nos estamos enfocando, sin dejar de lado los otros dos. Sabemos que en un mundial el debut es muy importante, y contra un rival de ese tamaño, más”, elabora el técnico, pero se siente listo para el desafío. “Somos conscientes de que Irán va a ser muy duro. Para mí, personalmente, es una de las mejores selecciones del mundo detrás de Brasil, pero nosotros nos preparamos”, agrega.
La selección ya lleva una semana aclimatándose en Seychelles, ajustándose a la humedad, el cambio de horario (adelantado a Paraguay por unas siete horas), a la comida local y la temperatura. Un día normal incluye desayuno, actividad física en la playa del hotel, almuerzo y descanso, entrenamiento por la tarde y, después de cenar, sesiones de fisioterapia. “Hay días en que, en medio de la activación o de las comidas, metemos una charla para ir ya estudiando a los rivales, o algo motivacional; hablamos un poquitito de cómo se sienten los muchachos”, recapitula Molas.
Desde allá, esperan que el público confíe en los descalzos que ahora corren por las arenas del África. Carlos Carballo asegura que el respaldo se siente desde donde están: “Es impresionante el apoyo. Sabemos que somos el orgullo de todo un país y trabajamos siempre para no defraudar a la gente, en especial a nuestros familiares”.
El toque de realidad
Trasladamos al capitán de Los Pynandi una duda que nuestros lectores nos hicieron llegar: ¿Puede un atleta dedicarse exclusivamente a este deporte o hay compañeros que se ven en la necesidad de generar ingresos adicionales? “El fútbol playa es temporal, no te da competiciones todo el año como el fútbol de campo”, explica Carballo, “hay jugadores que viven de esto, pero son pocos, especialmente en Paraguay. Cuando no tenemos nada con la selección, nos buscamos el pan de cada día en cualquier trabajo que dé ganancias, ya que la mayoría somos padres de familia”.
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