Entrevistas

Pasión y legado

La herencia viva de la familia Kennedy Bonzi

Con más de cuatro décadas en el mercado, London Import se consolidó como pionero en la importación de vinos en Paraguay. Detrás de su crecimiento hay una historia familiar marcada por la autenticidad, el trabajo intergeneracional y una visión estratégica que supo adaptarse a los cambios del sector. En puertas de las celebraciones por el aniversario Nro. 150 de la bodega Santa Carolina, la primera marca introducida a Paraguay por la firma, repasamos desafíos, transformaciones y aprendizajes junto con Olga Bonzi de Kennedy y Karyn Kennedy Bonzi.

Por Laura Ruiz Díaz. Dirección de arte: Gabriela García Doldán. Dirección de producción: Camila Riveros. Producción: Manu Portillo. Fotografía: Laura Ortiz. Agradecimientos: Milena Careaga.

Las tendencias actuales cambian con una velocidad cada vez más vertiginosa. Eso, al mismo tiempo, hace que las historias que se construyen con solidez cobren vital importancia. En este contexto, la familia Kennedy Bonzi y su gran proyecto, London Import, son un ejemplo de autenticidad, trabajo en equipo y valores que trascienden generaciones.

Con más de 40 años de trayectoria, la importadora supo consolidarse como una referencia nacional en el sector de las etiquetas más exclusivas. ¿El secreto para lograrlo? El norte siempre estuvo marcado por la convicción de sus fundadores. Actualmente, es alimentada por la potencia de nuevas generaciones que conjugan este aprendizaje con una innovación más que necesaria. Detrás de la presencia en Paraguay de algunas etiquetas y bodegas de renombre internacional está la familia Kennedy Bonzi, que construyó el proyecto con la misma paciencia, dedicación y visión de quien busca el terroir perfecto y cultiva un viñedo con cuidado y amor para cosechar el fruto ideal. De la mano de Olga Bonzi de Kennedy y Karyn Kennedy Bonzi —madre e hija, dos mujeres que han marcado hitos en la evolución de la compañía—, la empresa vive una etapa de transformación cimentada en una sólida madurez.

Olga Bonzi de Kennedy y su hija, Karyn. Fotografía: Laura Ortiz. Tratamiento digital: Beto Sanabria Britos.

Pioneras

Olga Bonzi de Kennedy recuerda los primeros años, cuando inició el proceso de crear London Import, con orgullo: “Comenzamos con mucha pasión, intuición y, por supuesto, pocos recursos”. Cuatro décadas atrás, la importación de vinos era un terreno poco explorado y el rol de la mujer en el rubro era prácticamente invisible. Lejos de desanimarse, Olga apostó a marcar presencia: “Me tocó demostrar el doble de esfuerzo, pero nunca me sentí insegura”. Ella creía en el potencial futuro.

La incorporación de Karyn Kennedy Bonzi marcó una nueva etapa para London Import. “Me tocó profesionalizar las operaciones, sean administrativas o logísticas, siempre cuidando lo aprendido y manteniendo las bases asentadas”, explica. El cambio, lejos de una ruptura, fue lo que hizo que la empresa evolucionara. Bajo su liderazgo, se posicionó estratégicamente para responder a un consumidor más informado, conectado y exigente. El reto —bien logrado, por cierto— fue hacerlo sin perder la tradición y el legado familiar.

En este proceso, ambas identifican la autenticidad como un valor clave. “Cada botella es auténtica y con personalidad propia. Eso es un diferencial en un mercado competitivo”, reflexiona Olga. A eso se suma un enfoque experiencial, como dice Karyn: “Más que vender, contamos historias, buscamos espacios en donde podamos hablar del origen, los productos, el terroir; hacemos que el cliente se conecte con la experiencia y, a su vez, con la etiqueta”.

Olga Bonzi de Kennedy. Fotografía: Laura Ortiz. Tratamiento digital: Beto Sanabria Britos.

La innovación y el acercamiento a plataformas digitales son herramientas esenciales, pero las directoras no pierden de vista los encuentros y eventos sensoriales, ya que el corazón del negocio sigue siendo la pasión por el buen beber y la relación directa con el producto. “El vino se disfruta más cuando tiene un relato que contar”, apunta Karyn, y en London Import se encargan de expresar la impronta de cada botella.

Tradición con rostro femenino

Uno de los cambios más importantes en la industria vinícola, que London Import abrazó con naturalidad, es el crecimiento de los roles femeninos. Karyn lo observa con claridad: “Cada vez surgen más mujeres como protagonistas en el rubro vitivinícola: enólogas, sommeliers… se siente esa esencia en las etiquetas, y eso también nos permite identificarnos con las historias y personalidades detrás de cada vino”.

En la estructura de la firma también se ve reflejado este enfoque, donde la interacción y el trabajo intergeneracional son el sello que destaca. “Claro que tenemos estilos [de liderazgo] diferentes, pero eso es una riqueza; no es un obstáculo sino una diferencia; el desafío siempre será mantener la esencia mientras crecemos como empresa y lograr el equilibrio entre tradición e innovación”, afirma Olga.

Karyn Kennedy Bonzi. Fotografía: Laura Ortiz. Tratamiento digital: Beto Sanabria Britos.

El legado

Si algo tiene la firma London Import, es una historia que se vierte en cada copa: las reuniones familiares con degustación de botellas únicas, las celebraciones marcadas por una etiqueta emblemática, los momentos compartidos y la experiencia sensorial son sumamente importantes, todo configura una identidad que se hereda.

El valor del vino está en lo que representa, y esta noción impregna las decisiones de la empresa, donde la selección de cada botella responde a una filosofía: traer al Paraguay etiquetas que hablen de su tierra y de quienes las elaboran.

Ese esfuerzo inicial y la fe inquebrantable rindió frutos y se tradujo en confianza: la bodega Santa Carolina, una de las más emblemáticas de Chile, el país vitivinícola por excelencia, eligió a London Import como su representante en el mercado paraguayo. “Compartimos con ellos una visión de respeto al origen y los detalles, con especial cuidado de la tradición familiar”, comenta Olga Bonzi de Kennedy.

El paralelismo no es casualidad: ambas firmas se construyeron sobre las sólidas bases del legado y la continuidad generacional, que definen sus identidades. Santa Carolina fue la primera marca importada por London Import, y, a su vez, nuestro país fue el primer destino de exportación de Santa Carolina, con la misma familia Kennedy Bonzi.

La historia de Santa Carolina —fundada en 1875 y primera bodega chilena en recibir un reconocimiento internacional por su Reserva de Familia Cabernet Sauvignon— ofrece un espejo donde London Import se mira con respeto y complicidad. Ambas son ejemplos de cómo el tiempo, lejos de ser un peso, es un aliado cuando se cultivan raíces firmes.

Fotografía: Laura Ortiz. Tratamiento digital: Beto Sanabria Britos.

Las bases del futuro

“La escucha y el compromiso son valores que nos hacen crecer, no solo como empresa, sino como familia”, afirma Karyn. Y en ese sentido, London Import se proyecta como distribuidora y como plataforma para experiencias culturales y vínculos profundos.

Inspirados en su propia historia, sueñan con seguir explorando nuevas etiquetas, nuevas formas de comunicar y de llegar a públicos jóvenes sin perder el respeto por el origen. Un buen tinto, como los grandes proyectos de la vida, necesita tiempo para desarrollar su mejor versión.

La trayectoria de London Import demuestra que la autenticidad sigue siendo una fortaleza, especialmente cuando va acompañada de una mirada estratégica y valores bien sostenidos. Para quienes hoy inician un camino emprendedor, la experiencia de la familia Kennedy ofrece una lección clara: es posible innovar sin soltar la conexión con el origen, crecer sin dejar de lado el detalle y liderar con cercanía sin perder rumbo.
150 Años Anniversary Santa Carolina

Si alguien sabe de vinos, sin dudas, son los integrantes de esta familia. Y hoy celebran esta fecha especial con un brindis que solo puede deleitar a los paladares más finos. La línea Reserva de la Viña Santa Carolina fue bautizada con el nombre de Carolina Iñiguez, esposa del fundador, don Luis Pereira, quien construyó el imperio vitivinícola chileno codo a codo con su compañero.

Este vino de la cosecha 2022 combina tres cepas de gran carácter: petit syrah, malbec y carmenère. Con un 14 % de volumen de alcohol y la recomendación de servirlo entre los 16 y 18 °C, ofrece una experiencia equilibrada y envolvente. Su estructura robusta y sus notas de fruta madura, especias y taninos suaves lo convierten en una excelente opción para acompañar carnes rojas y pastas con salsas intensas; pero también combina con la mayoría de los quesos y picadas. Por otro lado, es una opción con carácter, que simplemente puede ser disfrutada con tranquilidad. La etiqueta refleja el potencial de su cosecha y la armonía entre tradición y expresión varietal.

Al final, el vino enseña que lo valioso se construye con tiempo. London Import es un ejemplo de cómo una empresa puede sostenerse y evolucionar cuando se gestiona con coherencia, perspectiva y compromiso genuino.

Una etiqueta con historia

El blend especial de Santa Carolina conjuga tradición e innovación en su celebración por los 150 años. El diseño de la etiqueta tiene un significado muy especial, con la presencia de cinco mujeres que dan vida a distintos momentos de la bodega: las dos primeras Carolinas representan el pasado, la herencia y sabiduría de los años de experiencia; la del medio, abre los brazos a la celebración del presente; y las otras dos representan el compromiso con mantener viva la herencia y la relevancia en el futuro.

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