Teatro

El ritual vuelve a comenzar

Después de casi ocho meses de buscar otro tipo de sustento económico, actuar ante una pantalla o producir contenidos para redes; de esperar ansiosamente a que se abran las puertas de alguna sala; de subir nuevamente a un escenario y volver a sentir la calidez del aplauso en vivo, artistas reinician la mística del teatro presencial.

Mientras en las calles, trabajadores y trabajadoras del sector cultural reclaman el cumplimiento del subsidio para artistas establecido por ley, tímidamente pero con mucha esperanza, las salas de teatro y espacios alternativos están volviendo a abrir sus puertas al público.

Desde la primera quincena de octubre, bajo la disposición del Gobierno nacional, diferentes centros culturales reactivaron el ritual del teatro, del que no solo estaban sedientos las y los artistas, sino también los espectadores, que hasta la fecha han llenado las presentaciones de las distintas propuestas ofrecidas.

Cinco horas con Mario, interpretada por Carmen Briano y con la dirección de Marcela Gilavert, fue una de las primeras obras en habilitar esta nueva etapa, con cuatro funciones que tuvieron lugar en la Alianza Francesa.

Carmen cuenta que en mayo reservó la sala para octubre, con el pensamiento de que algo ya se habilitaría para entonces. “Fue muy gracioso, porque puse como fecha el 8 de octubre, y el decreto del presidente salió el 5, justo esa semana que había reservado”, comparte entre risas la anécdota. Además, fue su insistencia la que les mantuvo firmes para salir ese día.

Estrenaron el personal el 17 de octubre, en coincidencia con el aniversario número 100 del autor de la obra, Miguel Delibes. Considera que la vuelta a las tablas fue maravillosa y agradece al público por animarse también, a pesar de los miedos que pudiera haber.

El personal Cinco horas con Mario fue una de las primeras obras en estrenarse de forma presencial bajo esta nueva modalidad. Fueron cuatro funciones en la Alianza Francesa. Más adelante, Briano espera volver a presentarla.

“El otro día pensaba: ‘Yo no aguanto el barbijo ni 10 minutos, y la gente lo usa con Cinco horas con Mario’. No dura ese tiempo, sino una hora y media. Pero igual el público va antes por protocolo, para llenar algunos papeles con sus datos, así que aguanta el tapabocas casi dos horas, que es admirable, y la verdad que bien”, detalla.

La nueva normalidad del teatro implica asistir con el tapabocas obligatorio, lavarse las manos antes de entrar, tomarse la temperatura, registrar los datos personales y mantener la distancia de dos metros. Hasta el momento de redactar esta nota, la disposición del Gobierno indicaba 50 espectadores como máximo para las funciones.

“Este cupo que nos dan, de 50 lugares, se cumplió, se llenó el teatro, sobre todo de aplausos y de ‘bravos’, que es lo que nos interesa finalmente, que el público salga satisfecho y contento con lo que ve”, dice el director de Arlequín Teatro, José Luis Ardissone.

José Luis Ardissone, actor y director, fundador del Gran Teatro Arlequín, también tiene muchas esperanzas en esta nueva
etapa. A pesar de que fueron meses muy duros, espera que las oportunidades de continuar se sigan dando y se vayan
habilitando más localidades.

Allí reestrenaron la obra La noche antes, que tuvo dos funciones en marzo y preveían más de 80 presentaciones para los alumnos de distintos colegios, hasta que llegó la cuarentena. “No podemos seguir tanto tiempo cerrados. Arlequín tiene gastos fijos, funcionarios, costos de los servicios públicos, todo eso que hay que cubrir”, explica el director, quien también está a la espera de que se entregue el subsidio.

Necesidad económica y emocional

El 3 de noviembre de 2020 —día reivindicado como fecha infeliz en nuestro país por ser el aniversario del dictador Alfredo Stroessner, a quien se le rendía todo tipo de cultos en esa jornada— fue estrenada la obra Pedro y el capitán, escrita por Mario Benedetti y dirigida localmente por la actriz Mafe Mieres en La Caósfera.

“Esa primera semana nos preguntamos qué pasaría si por algún motivo externo se vuelve a una cuarentena mucho más estricta. ¿Grabamos? ¿Lo transmitimos online? ¿Esperamos y lo hacemos presencial? Porque desde un primer momento nuestro deseo fue ir en vivo”, cuenta la joven directora, para quien fue un desafío trabajar en esta muestra,
teniendo en cuenta que la trama gira en torno a crímenes de lesa humanidad.

Para Mafe Mieres, el teatro es ese ritual en el que se comparte con el corazón de la persona que te está mirando, y por eso volver representó una gran satisfacción para ella, que esta vez ocupó el rol de directora. Espera que la obra Pedro y el capitán sea el comienzo de otras que también ayuden a pensar y reflexionar.

Finalmente mantuvieron la decisión de ir de forma presencial y las circunstancias hicieron que hasta el momento ya se hayan presentado dos fines de semana y continúen en cartelera. El elenco de Pedro y el capitán está integrado por Joaquín Díaz Sacco y Pablo Fúster, con la producción de Teatro Papel.

“Fue muy emocionante y creo que el público también percibió eso después de tantos meses. Una maravilla, se sintió un calorcito muy intenso en el corazón de todos”, opina Mieres.

Según Ardissone, el público estaba ansioso por volver a sentir ese contacto con el artista, así como ellos necesitan de la energía de los espectadores. “No es lo mismo que una emisión por las redes o una grabación”, añade. Es por eso que en Arlequín también extendieron las funciones de La noche antes. Además, planean ya su temporada 2021, que probablemente se adelantará a los primeros meses del año.

En ese sentido, el actor y director Hugo Robles menciona que había tanto una necesidad económica como emocional. “Necesitábamos compartir, subirnos a un escenario, que la gente esté ahí, porque es diferente el teatro virtual, muchos compañeros lo hicieron, y no es lo mismo, no funcionó.

Necesitábamos esa energía. Por otro lado, vimos una oportunidad de trabajar nuevamente y generar ingresos económicos, porque es lo que nos mantiene”, expresa.

Lo que empezó como un juego para Robles, una especie de catarsis durante el tiempo de cuarentena, se convirtió en el show humorístico Ña Voceo y sus comadres, que llevaron a las tablas y en el que actúan él, Gustavo Corvalán y Katia García, con la dirección de Omar Mareco.

Hugo Robles insta a tener siempre presente el humor y las risas; a mantener las esperanzas para sobrellevar lo que vendrá. Dentro de poco, presentará su primer libro editado en el país, que contendrá cuatro de sus obras, que tienen como eje central la mujer y la dictadura.

“Este personaje surgió en medio de todas las cuestiones políticas que estaban pasando en nuestro país, específicamente por una anécdota con respecto a la ANDE, con el tema de los medidores y la sobrefacturación. Yo escuchaba que muchas señoras se quejaban, entonces ahí nació Ña Voceo, que empezó a quejarse y alzar su voz contra las injusticias que ocurrían”, recuerda Hugo.

Ña Voceo empezó a aparecer en las redes, en el perfil de Hugo Robles; luego salió a las calles, visitó el Mercado 4 y el parque Ñu Guasu. Las personas reaccionaron cada vez más y así fue como surgió la idea de llevarla al espectáculo, en el teatro Pasaje Molas, un espacio alternativo en el que se puede comer y beber mientras se mira la presentación.

En Arlequín extendieron las funciones de La noche antes. Además, planean ya su temporada 2021, que probablemente se adelantará a los primeros meses del año.

Para Robles y sus compañeros, esa vuelta fue como un parto. Incluso, en un momento de la obra gritaban “¡por fiiiin!”. No podían contener las emociones por haber concretado ese reencuentro, que esperan se vuelva a dar en el verano, tanto en Asunción como en el interior.

“Nos llenó el alma, dio gusto, nos emocionamos y el público también. Creo que la gente quiere divertirse, reírse; pasamos ya también cosas muy complicadas, y la risa y el humor siempre sanan ciertas heridas, es momento de pasar bien, de tener esperanzas de vuelta, de que todo esto va a mejorar”, considera.

Subsidios y campañas

Muchos desafíos se presentan para actores, directores y productores en este nuevo tiempo. Como por ejemplo, trabajar en propuestas que llamen la atención del público e incentiven su participación. Pero también para el Gobierno, que tiene la obligación de garantizar el subsidio y, por otro lado, ajustar y rever sus disposiciones para que el sector empiece a moverse.

Carmen Briano define al teatro como esas gotitas que se ven a través de la luz, al referirse a la saliva que corre cuando están interpretando un parlamento. Por eso reflexiona sobre las funciones que se llevarán a cabo más adelante: “Yo me animé a hacer porque lo mío era un personal. El tema son los ensayos, las obras con mucha proximidad y los elencos grandes. Creo que ahora van a optar más por producciones con poca gente, por reposiciones, por las que ya estén hechas. La verdad es que, si bien parece que está todo abierto y normal, el bicho sigue ahí, entre nosotros, no se terminó. Entonces, hay que cuidarse”.

La artista, condecorada como Mejor Actriz en los Premios Edda, enfatiza que fue una felicidad volver, pero a la vez le produce tristeza pensar que ya terminaron sus presentaciones: “Me va a agarrar una depresión, pero algo voy a inventar. No sé si aguantaré. Capaz vuelvo a presentar el unipersonal La mujer del don, que cada tanto hago de nuevo”.

Una de las cosas que más extraña la actriz y directora Carmen Briano son los abrazos posfunción. Asegura que ya necesitaba de esa mística especial que se vive en el teatro presencial. El año que viene, con sus compañeras Marcela Gilavert y Marisa Monutti, espera volver con la obra Tango, cosa de mujeres.

Lo más importante ahora, para reponerse como sector, menciona Mafe, es que el Estado responda la necesidad del subsidio. “Existen muchos compañeros y compañeras que la están pasando muy mal; hay gente que ya no tiene ni para comer y que vive de la caridad de amigos y familiares. Que sea una realidad, algo palpable y que no quede solo en papeles, como una forma de calmarnos o hacernos callar», refiere.

Por otro lado, cree que el Ministerio de Salud tiene que rever el protocolo con respecto al sector: “Porque, por ejemplo, dependiendo del tipo de teatro o el nivel de producción de una obra, suben los costos, y eso no se puede abarcar solo con la entrada de 50 personas. Muchas cosas conlleva un espectáculo. Sabemos que la cultura está relegada a un segundo o tercer plano, pero es importante, un país sin cultura no es nada, no avanza, no tiene memoria ni un futuro muy prometedor”.

El dramaturgo Hugo Robles piensa que se debería llevar adelante una campaña para incentivar al público para asistir de nuevo a las salas y apoyar a los artistas, inclusive desde la Secretaría de Cultura. “Me parece que hoy en día lo que más va a costar es que vuelva el público, y apuntar las propuestas, por lo menos en esta primera etapa, a llamar a la gente a las salas. Nosotros también, como gremio de artistas, debemos reinventarnos y emprender productos o materiales que los espectadores tengan ganas de ver”, manifiesta.

Continúa y dice que es como empezar de cero: ganarse otra vez al público, generar esa conexión y además darle seguridad y confianza. “Necesitamos de ellos, esa es la verdad”, subraya Robles, quien seguirá publicando en su perfil @hugoroblespy sketches de Ña Voceo, pues considera que es una forma de defender el trabajo del actor de representar a un personaje.

Ardissone aprovecha el espacio para hablar directamente a los espectadores y pedirles que los acompañen, tanto al equipo de Arlequín como a todos quienes están haciendo el sacrificio de volver. “El teatro es una herramienta fantástica para la formación de un pueblo, y si la gente no viene, se queda sin eso”, finaliza.

Cartelera

Comedias, dramas, unipersonales y shows, entre otras opciones, se pueden encontrar actualmente en la cartelera del teatro nacional presencial. Para más información, están disponibles las páginas especializadas en el rubro: maspublicopy.com y elroperonews.com. También en las redes sociales como @maspublicopy y @elroperonews.

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