El esperado nuevo rol de Leonardo DiCaprio
Leonardo DiCaprio protagoniza la nueva producción de Paul Thomas Anderson, Una batalla tras otra, en la piel de un revolucionario venido a menos que vive “fuera del sistema” con su hija, quien desaparece justo cuando su némesis regresa a la acción. En esta entrevista, el oscarizado actor habla de su experiencia en una película que ya suena como candidata a los premios de la Academia del próximo año.
Entrevista e imágenes: cortesía de ROLA Entertainment.
Paul Thomas Anderson (alias PTA) es uno de los directores de culto de Hollywood, y Una batalla tras otra marca la primera colaboración entre él y Leonardo DiCaprio. El filme lleva más de dos décadas rondando su mente y hace solo unos años que empezó a trabajar en él seriamente. Su idea inicial fue hacer una película de acción con persecuciones de autos y se transformó en una historia magistral, con un puntaje casi perfecto en Rotten Tomatoes y otros sitios especializados de la crítica.
“Como espectador, lo que quiero ver en la pantalla es una narración con la que pueda identificarme, emotiva. Para mí, eso suele provenir de una historia sobre la familia, de las formas en que amamos y odiamos”, dice PTA, y agrega: “Esta película trata de dos cosas realmente: ¿Podrá este padre hallar a su hija? Y, ¿qué significa ser una familia?”.
Este domingo te traemos una entrevista con Leonardo DiCaprio, quien se sumó al proyecto desde el inicio.

¿Cómo fue trabajar con Paul Thomas Anderson?
– PTA, más que nada, fue lo que me atrajo de este proyecto. Fue muy especial esta película. Llevo más de veintitantos años queriendo trabajar con él, y poder hacer un filme acerca de este tema en este momento de la historia es muy significativo para mí. Es un cineasta que, como guionista y director, ha sido una voz única y profunda, y es uno de los grandes de su generación. Conozco su trabajo desde que vi Hard Eight hace muchos años, y hablamos desde el principio sobre Boogie Nights, así que he visto florecer su increíble carrera. Existen muy pocos realizadores que aborden temas diferentes de una manera tan inesperada, y siempre hay tanto misterio e intriga, ese elemento de lo desconocido en sus personajes e historias, que te hace querer seguir viendo su trabajo. Él me presentó este proyecto —en el que llevaba trabajando muchos años— y yo, sencillamente, aproveché la oportunidad de colaborar con él.

¿Cuáles son los temas angulares de la película?
– Esta historia no es el viaje del héroe típico. Mi personaje, Bob, tenía en su interior la capacidad de proteger y luchar por lo que ama, pero la perdió. Y en toda la película intenta redescubrirla. Se trata sobre ser valiente en una época en la que estamos invadidos de miedo y somos constantemente silenciados, se trata de salir del caparazón. Él es representante de eso. Ha sido alguien aislado, suspicaz y paranoico, hasta que, debido a una serie de circunstancias, necesita actuar sin miedo.

Contanos más sobre Bob, tu personaje.
– Mi personaje, Bob Ferguson, se basa en una amalgama de diferentes revolucionarios de finales
de los 60 que Paul quiso situar en un contexto moderno. ¿Qué pasaría si tuviéramos un grupo de jóvenes antigobierno, antisistema y anticapitalismo que se unieran por las razones correctas, pero que acabaran canibalizándose entre ellos y haciendo cosas de las que se arrepienten? ¿Y qué sucedería con la siguiente generación, los descendientes de esas personas?
Bob es lo que me gusta llamar un hippie que resiste la opresión* [NdT: “a don’t tread on me hippie”. Don’t tread on me es una frase que proviene de la bandera Gadsden, una llamada a la resistencia a la tiranía], antisistema y revolucionario que vive paranoico de todo y todos. No quiere pagar impuestos ni quiere que lo monitoreen. Es increíblemente escéptico. Se esconde en medio del bosque y se queda en casa, ve películas como La batalla de Argel, fuma marihuana y bebe, pero tiene un propósito: proteger a su hija, cosa que no está consiguiendo, hasta que debe meter el acelerador a fondo cuando vemos que las fuerzas oscuras de su pasado vuelven para atraparlos.

¿De dónde viene el humor de Una batalla tras otra?
– Como actor, nunca lo consideré realmente humor; es un conjunto de circunstancias inesperadas, como las que encontramos muchas veces en la vida real. Es tan simple como, ¿qué pasaría si este tipo fuma hierba demasiadas veces viendo la televisión tumbado en el sofá y hoy no fuera capaz de luchar contra estas fuerzas de su pasado porque no puede recordar una contraseña? Ahora se encuentra en lo que parece una película de James Bond, pero no está equipado para enfrentarse a la oposición de ninguna forma. Y eso crea un elemento muy cómico que creo que surge orgánicamente. No me parece que fue algo que intentamos forzar.

Contanos sobre tus compañeros de reparto.
– Hablamos muy al principio sobre quién debería interpretar a Perfidia, y Teyana [Taylor] salía en la conversación continuamente. Ella necesitaba ser muy vocal y sin rodeos. Paul no dejaba de mencionar lo que la libertad significaba para este personaje —y eso es: no tener ningún miedo— y ella se mostró impávida en su aproximación. Paul establece un esquema al darte las herramientas y el alma de estos roles, pero deja que los poseas, y la interpretación de Teyana tuvo un impacto profundo en la historia y en los personajes desde el principio.
Sean [Penn] interpreta a Lockjaw, un archienemigo traicionero que hace cosas horribles. Pero le aportó humanidad y una inseguridad increíble e inesperada. Sean fue capaz de transmitir este profundo sentimiento de aislamiento como una amenaza a su masculinidad. En ese sentido, el papel es mucho más complejo que el de un villano estándar. Hay varios detalles sorprendentes en su interpretación. En muchos sentidos, casi sentí lástima por el personaje.

Siempre había querido trabajar con Benicio [Del Toro]. Tenía una visión única de lo que debía ser el personaje de Sensei. Simplemente le aportó autenticidad y se mantuvo firme en sus creencias sobre lo que haría y lo que no, algo que generó una camaradería increíble entre estos dos hombres. Son algo amistosos entre ellos —se conocen a través de la hija de Bob— cuando, repentinamente, se ven inmersos en una situación muy peligrosa. Comparten los mismos valores fundamentales de libertad y de lo que está bien y lo que está mal: él tiene una frase que dice que la libertad significa no tener miedo, algo que mi personaje ha olvidado. Es una especie de Obi-Wan Kenobi para Bob, alguien que le hace creer en sí mismo.
Al principio, mi personaje se ve envuelto en este mundo de revolucionarios y, probablemente, eligió a la pareja equivocada para tener descendencia. Regina [Hall] interpreta a esta protectora, esta figura materna que intenta proteger a sus seres queridos y, en última instancia, una figura maternal para la hija de Bob, Willa. Además, ofrece una interpretación increíble como una especie de base de la verdad moral en este frenético mundo de revolucionarios que Paul presenta al público. Y fue increíble trabajar con ella.

Y para Willa, casteamos a una actriz increíble, Chase [Infiniti]. Sencillamente nos entrega una actuación más que sobresaliente. Tuvimos la oportunidad de pasar un tiempo en lugares maravillosos, charlando y tomando café. Desarrollamos un tipo de… no quiero decir una dinámica padre-hija, porque eso no es lo que buscamos fuera de la pantalla, sino un sentido del humor y una forma de burlarnos el uno del otro que se infundió en la película y creo que es muy auténtico para este padre soltero que debe desempeñar el papel de figuras materna y paterna en simultáneo.
Chase realmente tomó el mando de su personaje. Necesitábamos a alguien que encapsulara la inocencia de su generación, el cinismo con el que ven a sus padres, el mundo en el que viven y, al mismo tiempo, ser fuerte, poderosa y llevar a cabo la increíble transformación que debe hacer, en la que esa inocencia se pierde.

¿Cómo describís la relación clave entre padre e hija en la película?
– En última instancia, el objetivo principal de mi personaje, su recorrido completo en la película, es intentar proteger de su pasado a esta adolescente. Espero que hayamos sido capaces de hacerlo juntos. Probablemente Willa ve a su padre como alguien completamente anticuado, desconectado de la realidad y paranoico, pero al final se aman. Una vez más, ella simboliza a los de la siguiente generación y lo que harán, cómo serán contestatarios en formas distintas a las de generaciones anteriores.

¿Cómo describís la escala de la película?
– Es de gran escala y, ciertamente, tiene esos elementos y esa increíble tensión que se mantiene desde el principio hasta el final. En cuanto al espectáculo, podría decirse que es una de las más grandes de Paul. La filmó en película, en VistaVision. Las localizaciones eran absolutamente increíbles. Y las secuencias de acción son realmente atrevidas, pero realizadas al estilo de PTA, que es muy inesperado.

No es de acción tradicional, no tiene CGI ni da la sensación de estar manipulada por la tecnología de ninguna manera. Es muy básica, con coches y entornos reales, y situaciones que se sienten tangibles. Es la versión Paul Thomas Anderson de una película de acción, que es única en comparación con cualquier otra.
Una de las cosas que siempre amo de las películas, ya sean de acción, suspenso o la resolución de algo dentro de un mundo finito, es cuando captan tu atención desde el principio y la mantienen a lo largo de la historia. No hay ni un segundo en el que puedas tomar un respiro. Esas realmente resisten el paso del tiempo. Y Paul verdaderamente lo ha conseguido aquí. Estás al borde de tu asiento desde el principio hasta el final.

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