Sara es una empresaria de la industria de la perfumería e influencer. Entre sus pasiones se encuentra el deporte, y también es artista plástica.
Dos palabras que te definan: Coraje y lealtad.
Un libro que marcó tu vida: El extranjero, de Albert Camus.
Tu comida favorita: Vori vori de pollo casero.
Tu destino nacional preferido: San Bernardino.
Alguna fobia: A los sapos.
¿Qué aprendiste de tus años como influencer?
Como sé que muchas personas se inspiran en mí, porque recibo muchos mensajes todos los días, trato de mejorar y aprender. Lo tomo como una motivación personal para ir creciendo, y me encanta.
Siempre fuiste una persona creativa, ¿cómo se dio tu incursión en la pintura?
Desde chica me gustó dibujar, pero empecé a pintar de casualidad. Creo que influyó en mí el poder viajar mucho, recorrer museos, exposiciones y, también, estar con mi esposo, una persona apasionada por el arte. Fue un conjunto de cosas, pero ya lo tenía desde niña, de eso estoy segura.
¿Para quién pinta Sara Allinquant?
Total y absolutamente para mí. Yo amo todos mis cuadros. Creo que un artista, si pinta para los demás, no se podría expresar.
¿Qué significa el deporte en tu vida, hoy?
Es mi estilo de vida. Si no entreno, siento que mi día estuvo incompleto. El deporte me ayudó a amigarme conmigo misma.
¿Con qué personaje famoso, vivo o no, te gustaría compartir una charla?
Ahora mismo me gustaría tener una charla con Vladimir Putin. Considero que las guerras son, ante todo, desinformación. Escuchamos solo una campana, y me encantaría oír e informar al mundo sobre la otra versión.
¿En qué momento te tomás una pausa?
Cuando duermo [risas].
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