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Dinamizar el imaginario de ciudad

El trayecto de la calle Juan de Salazar, de Asunción, que va desde el parque Caballero hasta General Santos, es el escenario de diferentes intervenciones que nacieron para generar una dinámica urbana más participativa y generosa con quienes forman parte de ella.

Caminar por la calle Juan Salazar es actualmente una aventura: cada rincón invita a pensar y habitar el espacio público de una manera más consciente. Podés conocer más sobre patrimonios y momentos históricos, sentarte a leer algún libro de la biblioteca callejera, jugar a la rayuela o ayudar a que uno de los hoteles de insectos esté humectado.

Estas son algunas de las propuestas desarrolladas por vecinos y vecinas, profesionales y estudiantes de Arquitectura que quedaron seleccionados en el concurso Intervenciones Urbanas Ligeras, organizado en el marco de la sexta edición del evento Callecultura por El Granel, OCA y el ICPA/Goethe Zentrum Asunción, con apoyo de la Municipalidad.

“Invitamos a toda la ciudadanía a que se anime a presentar proyectos que tengan que ver con el mejoramiento de una parte de la ciudad. Ya sean intervenciones artísticas, urbanas, lúdicas o de lo que sea, que hagan atractiva la zona o busquen solucionar un problema de diseño existente”, explica María Glauser, directora de El Granel e integrante de En Común.

Repensar la ciudad a través de la participación ciudadana, mientras se involucran la opinión y las manos de las personas, es una de las premisas que mueven a los integrantes de En Común, espacio que Glauser y Luis Godoy llevan adelante por medio de acciones como Birras Urbanas, webinars y este concurso, que fue posible gracias al Fondo Internacional de Emergencia de la Oficina Federal de Asuntos Exteriores de Alemania y el Instituto Goethe.

Según el arquitecto Luis Godoy, las intervenciones ligeras son desmontables, tienen cierta duración y convocan a probar algo: “Que la ciudadanía experimente cosas diferentes dentro del paisaje urbano, de la dinámica misma del espacio público. Como por ejemplo, extender la vereda o rememorar la historia”.

En total se presentaron 31 propuestas y quedaron seleccionadas nueve. Cada grupo ganador fue adjudicado con un pequeño capital semilla para desarrollar su idea y generar con eso una cantidad de intervenciones que dinamicen el imaginario de los ciudadanos y ciudadanas. Así también, enmarcar a la zona como un eje cultural y social, que incluso
cuenta con sus propias dinámicas, por tratarse de un barrio bastante tradicional como Las Mercedes.

Cada grupo ganador fue adjudicado con un pequeño capital semilla para desarrollar su idea y generar con eso una cantidad de intervenciones que dinamicen el imaginario de los ciudadanos y ciudadanas.

“Con estas acciones no se modifica la ciudad permanentemente, pero se empiezan a generar intenciones que de alguna manera educan y también comunican ese deseo de cambiar”, señala Godoy.

Las intervenciones elegidas son de diferentes tipos: ambientales, lúdicas, históricas, sociales, de movilidad, etcétera, y de alguna manera fueron las más relevantes, creativas y por sobre todo coherentes y factibles de llevar a cabo.

La idea también de que el concurso fuera abierto es que la ciudadanía comprenda que puede proponer acciones e intervenciones en su ciudad. En este caso, el proceso fue una práctica de los participantes para conocer la gestión que hay detrás de este tipo de proyectos urbanos.

“Parte de ese proceso es hablar con el vecino. La ciudad, por más que sea espacio público, tiene personas que interactúan directamente, entonces pedimos que se hable con ellas y que haya una carta de consentimiento; esa gestión que hace que muchas veces los proyectos urbanos en nuestro país caigan. Porque no se pide permiso, no se incluye, entonces no es una gestión integral, y esta fue una minipráctica de eso”, asegura Luis.

Como grupo que trabaja constantemente en pensar y accionar para mejorar la ciudad, su mayor sueño es que la gente se inspire y replique este tipo de intervenciones en su barrio, ya sea fuera o dentro de un concurso, a través de la Municipalidad, de centros municipales, culturales o incluso con apoyo de empresas que quieran apadrinar su zona.

Recorrido interactivo

1- Parque Caballero:

Con disparadores como ¿Conocés el parque Caballero?, ¿Qué le falta? o ¿Cómo te lo imaginás?, el grupo CMYK busca llamar la atención de la ciudadanía al poner en perspectiva el pasado, el presente y el futuro del lugar, con la premisa de que no se puede valorar lo que no se conoce.

CMYK es la sigla que hace alusión a los cuatro colores principales, que son la raíz de los demás. Así, con preguntas base, Samantha Pinilla, Florencia Ramírez, Lía López y Luca Meza pretenden repensar el espacio desde lo principal hacia lo flexible y continuar también otros procesos de revitalización desarrollados por organizaciones como Amigos del Parque.

La primera acción que realizaron fue una pintata interactiva, e invitaron a la comunidad a que aporte ideas. Además de abrir la convocatoria, también prepararon un Google Forms para recibir más opiniones, armar una base de datos y tener un panorama sobre las necesidades del parque.

Iluminación, seguridad, colores, flores, juegos, limpieza, mantenimiento, etcétera, fueron algunas de las palabras que las personas compartieron y que hoy se pueden leer en el piso de la plaza como un recordatorio de que sigue viva y puede transformarse.

“Vinieron muchos jóvenes y también chicos a ayudarnos. Cada vez que pintábamos, los niños y niñas se querían involucrar”, señala Luca, hecho que celebran desde la agrupación, ya que lo consideran un aprendizaje colectivo, desde el intercambio, el repensar y el imaginar juntos.

La intervención de CMYK es lúdica, porque su intención es crear espacios de juego para y con los niños y niñas que diariamente pasan por ahí; pero también educativa, ya que a través de las plataformas digitales, mediante un código QR ubicado en la entrada del parque, comparten datos sobre la historia del lugar, un mapa para ubicarte y todas las acciones del proceso.

“En nuestro diagnóstico, concluimos que si vos le das valor a un sitio, se empieza a utilizar, le cambiás la percepción. Esta pequeña pintura que le hicimos a los bancos llama muchísimo la atención, la gente se quiere sentar acá porque da la sensación de que está cuidado y limpio. Con una pequeña cosa, cambia la mirada. Pero es un mantenimiento que se debe hacer a los espacios públicos”, refiere Samantha.

Hoy, los bancos pintados, las intervenciones en el piso, las palabras esenciales, las mesas colocadas, entre otros, son posibilidades que nacieron de mirar con otros ojos aquel parque, de desear un espacio público más digno y habitable.

2- Circuito Lúdico:

La calle Juan de Salazar cuenta con diferentes establecimientos educativos y culturales, lo que la hace una zona bastante concurrida por niños, niñas y adolescentes. Con ese hecho en mente, el equipo CO-Urban desarrolló una intervención lúdica para darle vida y color.

Por un lado, realizaron pinturas en las veredas, con el clásico juego del descanso, y por otro, decoraron un montón de árboles que forman parte del circuito con encajes de colores y planteras de neumáticos reutilizados.

“Tuvimos mucha comunicación con los vecinos al hacer el proyecto. El tema de las pinturas con los frentistas fue supergenial, les encantó y nos tiraron nuevas ideas”, expresa Belén Duarte, integrante del grupo.

Con esta intervención, sencilla y de bajo costo, vuelven utilizables espacios que no necesariamente estaban pensados para eso, y le dan otra cara a la ciudad, más acogedora y atractiva.


3- Túnel Verde:

Frente mismo a El Granel, se aprecia una gran estructura que parece de ciencia ficción; inclusive tiene la forma geométrica que utilizan las torres de enfriamiento de las plantas nucleares, pero en realidad se trata de un prototipo de túnel verde.

“La idea era generar sombra y refrigeración con una pérgola viva, en un lugar donde suele haber estacionamiento, para uso de la ciudadanía. Es una expansión de la vereda en favor del peatón”, aclara Ramiro Meyer, impulsor de la propuesta junto con Alejandro Bustos y Cecilia Ruiz, de Tekoha Arquitectos.

La geometría de doble curvatura que utilizaron, conocida como hiperboloide de revolución, les permitió tener un diseño llamativo y divertido, además de fácil construcción y resistente. Con esa estructura cubrieron el espacio de
dos estacionamientos y medio, en el que ahora se ve un lugar de descanso con bancos de hormigón.

“Para que cumpla su función de túnel verde, colocamos varias planteras alrededor, así con el riego terminará cubriendo totalmente la estructura. Cuando la vegetación empiece a crecer, será un verdadero cobijo urbano y de alguna manera lo que tratamos también con esto es aminorar el efecto invernadero de la ciudad”, sostiene Meyer.

4- Punto Verde:

Esta propuesta, realizada por Edward Garzón, nació para revalorizar el espacio que ocupaba un árbol que fue talado, y propone la reflexión sobre su importancia para la vida.

El árbol es un elemento irreemplazable en el contexto urbano, es por eso que por medio de huellas pintadas en el piso se hace alusión a cuántas personas podría haber dado sombra esa planta.

5- Biblioteca Alianza:

La editorial En Alianza es una de las empresas que habitan la zona de Las Mercedes desde hace mucho tiempo. Como parte del barrio, sintieron el compromiso de participar con una intervención que diera realce al sitio.

Según Marissa Villalba, de la editorial, lo que les mueve es impulsar la lectura; son conscientes del bajo nivel de interés que existe en nuestro país, por lo que su intervención se desarrolla en esa línea. Se trata de una biblioteca callejera y un pequeño lugar para tomar una pausa y disfrutar de un libro. Principalmente pensado para niños, niñas y adolescentes.

“Nuestro proyecto en sí se llama Leer es aprender, y lo complementamos con un grafiti de una de nuestras publicaciones, que es Mua mua, nuestro libro inicial. A eso le sumamos la frase Leer es viajar, porque para nosotros cada libro es un avión que te puede llevar a distintos lugares en el tiempo, en el mundo, etcétera”, afirma la joven.

La dinámica de la biblioteca es tomar un libro y dejar otro, así comparten e intercambian textos y se genera un ida y vuelta con los transeúntes.

6- Hotel Polinizador

Sobre Juan de Salazar y Teniente Albino Morales, encontramos las estaciones polinizadoras, conocidas popularmente como hoteles de insectos. Se trata de un pequeño ecosistema urbano que atrae mariposas, orugas, mariquitas, abejas, etcétera. La propuesta es llevada adelante por el equipo Territorios Paralelos, del que forman parte los arquitectos Elena Enciso, Melina Pekholtz, Martín Álvarez y Jazmín Torrents.

Conforme detalla Pekholtz, esta intervención crea conciencia sobre la extinción de los insectos, que generan equilibrio en el medioambiente, y su desaparición afecta doblemente a los animales silvestres.

Las estaciones son canteros de materiales reutilizados con especies aromáticas y flores que cuentan con un sistema de riego con cántaros de cerámica, mediante la capiralización, lo que significa que las plantas absorben el agua a través de los orificios pequeñísimos del cántaro.

“Buscamos también promover el trabajo en comunidad, porque nos ayudan el vecino que nos dio autorización para colocar esto en su vereda y las personas que pasan y se interesan, a quienes instamos a que, si ven el cántaro medio vacío, lo recarguen”, dice Elena Enciso.

7- Mirame:

Como su nombre lo dice, Mirame es una iniciativa que invita a ciudadanas y ciudadanos a conocer su ciudad y entender dónde están parados en la actualidad. Fue propuesta por Álvaro Iparraguirre, Ana Paniagua y Agustín Albornoz.

Con dispositivos que funcionan como marcos para encuadrar lugares importantes que suelen pasar desapercibidos a la vista del peatón, Mirame llama a la curiosidad de quienes quieran descubrir la historia del barrio. Cuatro puntos son los
que se encuentran enmarcados: el parque Caballero, la casa patrimonial de Concepción Leyes Chávez, las ferias de frutas que se extinguieron y el tranvía que tampoco existe actualmente.

“Necesitamos herramientas en la calle que nos ayuden a identificar los elementos urbanos que hacen parte de nuestra historia, como el tranvía, por ejemplo, y no existe ni un solo monumento que resalte eso. Es el caso de las ferias de frutas, que son componentes superimportantes para la comunidad, pero se van perdiendo en los barrios”, indica Iparraguirre.

Los miradores cuentan con una placa de acrílico que contiene información histórica tanto en español como en braille. Asimismo, los tubos que las sostienen son regulables en cuanto a la altura, para que niños y personas en sillas de ruedas los puedan utilizar.

8- Cruce Tranvía:

El tranvía de Asunción es uno de los emblemas de la memoria histórica de la ciudad. Un grupo de estudiantes y profesores de Arquitectura desarrolló una propuesta lúdica que busca revivir aquellos recuerdos. Con una pintata interactiva, realzaron las huellas del pasado de uno de los medios de movilidad más utilizados en la ciudad durante los siglos XIX y XX. De esa manera, podemos apreciar por ejemplo el itinerario que recorría la ruta 5, la única línea del tranvía que permanecía en operación en 1984. Abarcaba la calle Padre Cardozo y se conectaba a la avenida España para luego entrar al centro de Asunción.

9- Basureros Ecológicos:

En diferentes partes del recorrido nos topamos con basureros intervenidos para inspirar comportamientos más conscientes en cuanto a la separación y el reciclaje de los residuos. Cristhian Parra y Alicia Recalde son los encargados del proyecto, que primeramente fue implementado frente a su hogar, lo que los impulsó a incorporar prácticas de separación dentro de la dinámica interna.

Son cinco los canastos intervenidos con rejillas, para que por un lado se coloquen los materiales que se pueden reciclar, y por el otro, los sobrantes. Además, después de ver las instalaciones, más vecinos y vecinas solicitaron su cesto diferenciado.

“Aparte de analizar el comportamiento de las personas, queremos ver qué tanto facilita a los recicladores de base, que cuando pasen por aquí ya no tengan que estar haciendo ellos la separación, sino que agarren las bolsas y lleven”, menciona Parra.

Este trabajo inició con la intervención urbana ligera para luego ser adoptado por el Laboratorio de Aceleración del PNUD, en el que tendrá continuidad en el marco del proyecto Asunción Ciudad Verde de las Américas y del portfolio de experimentación sobre participación ciudadana del laboratorio.

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