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Arquitectura inclusiva

Espacios, objetos y experiencias accesibles para todos

La inclusión es un discurso vacío cuando no se considera a todas las poblaciones posibles para el diseño. Esta semana conversamos con la magíster en Arquitectura Mariángel Meza, especializada en accesibilidad, construcción sostenible y empleo verde, para entender mejor qué es la accesibilidad y cómo podemos lograrla.

La accesibilidad abarca varias dimensiones, pero si hablamos de diseño arquitectónico accesible nos referimos a espacios, objetos y experiencias que puedan ser usados, disfrutados y habitados por todas las personas, sin excepción.
Al respecto nos habla Mariángel Meza, magíster en Arquitectura, paraguaya becaria de Fulbright y Becal. Meza reside en EE. UU., donde recibió el Meyer Award por su desempeño académico y está cursando un doctorado en Arquitectura.

Definiendo la inclusión

Meza explica que en la literatura contemporánea de arquitectura y diseño se usan varias nomenclaturas que, aunque a menudo se superponen, apuntan a distintas dimensiones de accesibilidad e inclusión en el entorno construido: “Por ejemplo, Design for All (Diseño para Todos) enfatiza la creación de entornos utilizables por la mayor cantidad de gente posible sin necesidad de adaptaciones posteriores. Universal Design (Diseño Universal), consolidado en el ámbito anglosajón, busca integrar desde el inicio principios que hagan los espacios equitativos, flexibles y simples de usar, priorizando la usabilidad para personas con distintas capacidades”.

Acota que, recientemente, surgió el concepto de Inclusive Design (Diseño Inclusivo), que pone mayor énfasis en reconocer y responder a la diversidad humana en toda su amplitud. “No solo en relación con la discapacidad, sino también con edad, género, cultura, lenguaje o situación socioeconómica”, agrega.

Pero todas las definiciones requieren su propio análisis: “Algunas corrientes, como Critical Access (Accesibilidad Crítica), advierten que los enfoques normativos y técnicos pueden caer en soluciones superficiales o en una visión reduccionista. Desde esta perspectiva, se propone analizar quién define los estándares, a quiénes benefician realmente y cómo la arquitectura puede reproducir exclusiones sutiles”.

“La arquitectura inclusiva no está pensada solo para gente con discapacidad”, explica Meza, y agrega: “En realidad, beneficia a todos. Si un espacio se diseña considerando diferentes capacidades, edades y formas de habitar, se vuelve más cómodo, seguro y fácil de usar para cualquiera”. Ofrece como ejemplo las rampas, que no solo ayudan a personas en silla de ruedas, sino también a transitar con un cochecito de bebé, a la comodidad de un adulto mayor o hasta a quien lleva una valija pesada. “Ocurre lo mismo con señalética clara, pasillos amplios y baños accesibles. Al final, este concepto mejora la calidad de vida de todo aquel que interactúa con ese lugar”, puntualiza.

Una cuestión de derechos

“Siempre digo que cuando hablamos de accesibilidad en general, no se trata solo de una dimensión del diseño, sino de una cuestión de derechos humanos en la arquitectura misma”, explica Meza. Para ella, este enfoque de derechos es la clave: “El objetivo es que una persona participe de un evento en igualdad de condiciones, disfrute de una plaza o de un tereré en el parque; que una mamá pueda llevar su carrito de bebé por la vereda; que alguien sea capaz de ir a votar sin obstáculos, asistir a una manifestación, ejercer sus derechos cívicos, disfrutar del espacio público, transitar y realizar acciones cotidianas con autonomía y dignidad”.

En este contexto, los arquitectos y diseñadores tienen una gran responsabilidad. “Y si bien no todo depende de nosotros —porque existen normativas, leyes, distintos roles en el proceso de diseño, clientes y presupuestos—, jugamos un rol central en lograr la accesibilidad”, menciona. Meza es tajante al respecto: “No es solo una opción ética, sino un compromiso profesional: los arquitectos debemos garantizar que nuestros proyectos promuevan dignidad, participación y equidad para todas las personas”.

Gracias a su especialización en docencia universitaria, Mariángel Meza a menudo dicta talleres, en un intento de “despertar esa conciencia de diseño e inspirar a que los propios arquitectos y diseñadores se conviertan en defensores de la accesibilidad y la inclusión. Porque, de alguna u otra manera, ya desde el plano o el dibujo —mucho antes de que algo se construya— se decide, intencionalmente o no, quién se sentirá más cómodo, quién podrá ingresar a los espacios, quién será capaz de disfrutar y experimentar las dinámicas proyectadas… y quién no”.

Señal de progreso

Mariángel Meza considera que las estructuras inclusivas son una señal de progreso social porque muestran que vivimos en una sociedad que reconoce derechos, valora la diversidad y apuesta por la equidad. “Se puede decir que la arquitectura es un reflejo de su tiempo y del entorno que la produce: desde los edificios históricos hasta los diseños contemporáneos, cómo creamos los espacios que construimos, qué valores priorizamos, cómo nos relacionamos con los demás y con nuestro ambiente, y cómo se configuran nuestras vidas dentro de un contexto determinado, influenciado por varias dimensiones: políticas, sociales, económicas, culturales”.

Mariangel Meza es magíster en arquitectura y está especializada en accesibilidad y construcción sostenible.

En esa misma línea, el diseño inclusivo no solo elimina barreras, sino que también envía un claro mensaje sobre quién es visto, quién es valorado y quién pertenece. “Cada plaza o edificio pensado para todas las personas refleja un compromiso social: la comunidad se preocupa por que nadie quede excluido y que todos tengan la oportunidad de participar, interactuar y disfrutar de su entorno”.

Para cerrar, Meza comparte una reflexión muy relevante para los tiempos que corren: “La arquitectura no solo responde a necesidades funcionales o estéticas, sino que promueve la equidad, la justicia y la integración social, lo que la convierte en un verdadero reflejo de una sociedad que progresa y se preocupa por todos sus miembros, sin excepción”.

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