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Trabajar menos, vivir mejor

La tendencia mundial de la reducción de carga horaria laboral

Mientras el mundo avanza hacia modelos de empleo más flexibles y saludables, Paraguay discute un proyecto para reducir la semana laboral de 48 a 40 horas sin recorte salarial. La iniciativa abre una conversación necesaria: ¿Es posible trabajar menos para vivir mejor?

María inicia su jornada laboral a las 8.00 de la mañana, pero los preparativos arrancan mucho antes. Trabaja en Asunción, pero vive con su familia en Capiatá. Para llegar puntual, su día comienza a las 4.30, momento en que organiza todo antes de que sus hijos se despierten. A las 6.00, a más tardar, debe subir al colectivo que la trasladará los 21 km de distancia hasta su lugar de trabajo. Su horario de salida es a las 17.00, pero, seguramente, llegará a su casa a las 20.00; y todavía le queda atender a sus chicos y su hogar.

Pablo vive en Luque y tiene una moto, entonces, ya se ahorra bastante tiempo en el traslado. Su jornada laboral inicia a las 7.00 y se extiende hasta las 17.00, de lunes a viernes, y los sábados hasta el mediodía. Llega a su hogar a las 18.00 y para las 22.00 ya no puede más del cansancio.

Quienes trabajan en la función pública, por ley, hacen alrededor de 40 horas semanales. En la práctica, muchas veces ese número se reduce a 30. En el sector privado cumplen alrededor de 48 horas por semana (y a veces más).

“Yo estaba cuestionando por qué los funcionarios públicos trabajan solo 30 o 40 horas semanales, mientras el ámbito privado sigue con 48. Ese es el sector que sostiene económicamente al país”

Senador José Oviedo (Yo Creo).

Así nació la propuesta de reducir la jornada laboral semanal de 48 a 40 horas. Impulsado por el senador José Oviedo (Yo Creo), el proyecto surgió casi de casualidad, como una respuesta provocadora en medio del debate por la ley del servicio civil, pero pronto se convirtió en una propuesta concreta con fuerte respaldo social, aunque no sin resistencias.

“Yo estaba cuestionando por qué los funcionarios públicos trabajan solo 30 o 40 horas semanales, mientras el ámbito privado sigue con 48. Ese es el sector que sostiene económicamente al país”, explicó el senador. En su intervención en el pleno, prometió presentar un proyecto que equipare las cargas horarias.

En un principio fue una crítica política. Pero la consulta de una periodista le abrió una nueva perspectiva: “¿Sabías que en la mayor parte del mundo se trabaja solo 40 horas?”. Con su equipo —formado por la ingeniera Mercedes Canese y varios abogados, según relató—, comenzaron una investigación: descubrieron que en el 69 % de los países los empleados se desempeñan en sus puestos 40 horas semanales o menos. Así inició un proyecto que hace muy poco nos llevó a cuestionar cómo estamos en Paraguay.

¿Por qué es importante hablar del tema?

El burnout es un fenómeno cada vez más extendido entre los profesionales de todo el mundo, que acarrea elevadísimos costes para organizaciones, usuarios y empleados. Hace referencia a un tipo de estrés laboral crónico, generado específicamente en trabajadores que mantienen una relación y contacto directo con personas, especialmente en relaciones de ayuda. Esta definición fue acuñada por la doctora estadounidense Christina Maslach, pionera en la investigación de este síndrome relacionado con el estrés y autora del Maslach Burnout Inventory (MBI), el instrumento más usado para su medición.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) comunicó que el estrés laboral es “una enfermedad peligrosa para las economías industrializadas y en vías de desarrollo; perjudica la producción al afectar la salud física y mental de los trabajadores”. Mata, cada año, a unas 10.000 personas en Europa, tanto por enfermedades coronarias atribuibles a riesgos psicosociales como a suicidios relacionados con la depresión, según una investigación divulgada por el Instituto Sindical Europeo (ETUI).

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) comunicó que el estrés laboral es “una enfermedad peligrosa para las economías industrializadas y en vías de desarrollo; perjudica la producción al afectar la salud física y mental de los trabajadores”.

En Latinoamérica, especialmente en Paraguay, estudios de este tipo, que analicen la situación de los trabajadores, aún están pendientes. Varias investigaciones han demostrado que existe una relación proporcional entre el tiempo de trabajo y la presencia de síntomas de burnout: a medida que aumenta el número de horas en el puesto laboral, también crece la probabilidad de que una persona experimente síntomas como fatiga crónica, dolores de cabeza, tensión muscular y problemas gastrointestinales.

En 2022, un grupo de científicos empezó a elaborar el primer estudio transnacional a gran escala del sector privado sobre este tema, con el título ¿La reducción del tiempo de trabajo mejora el bienestar de los trabajadores? Evidencias de ensayos globales de semanas laborales de cuatro días. La muestra es de casi 3000 personas de 141 empresas ubicadas en distintos puntos del mapa, especialmente del norte global. La conclusión es que “conduce a mejoras en múltiples medidas de bienestar”, incluido menor agotamiento, satisfacción laboral, salud mental y física.

Varias investigaciones han demostrado que existe una relación proporcional entre el tiempo de trabajo y la presencia de síntomas de burnout.

¿Qué propone el proyecto?

La propuesta de ley plantea una reducción de la jornada de 48 a 40 horas semanales, sin disminución salarial. Es decir, el sueldo se mantiene, aunque se trabaje menos tiempo. Según investigaciones citadas en la exposición de motivos, los países que implementaron la medida vieron un incremento promedio del 37 % en la productividad y 31 % en las ventas. A eso se suman beneficios en condiciones mentales y físicas, y una posible descompresión del sistema de salud pública. Esto también permitiría una mejor conciliación entre la vida laboral y personal.

Uno de los principales malentendidos que detectó el senador es la idea de que reducir las horas también implicaría reducir el salario. Como en el caso de Chile y su transición a las 40 horas, la propuesta es mantener el sueldo.

Los gremios sindicales ven la propuesta con recelo. Si bien es una necesidad, también es de suma importancia que se pueda trabajar en una estrategia conjunta, que permita garantizar los derechos de los trabajadores.

Una de las preocupaciones que surgieron es el temor a que esta reforma abra la puerta a otras, de naturaleza regresiva, como la eliminación de la estabilidad a los 10 años o la reducción de días de vacaciones. “Nosotros no vamos a permitir que se retroceda en derechos laborales. Este proyecto busca mejorar, no recortar”, aseguró el senador Oviedo. Cabe destacar que este parlamentario aún forma parte de la minoría de oposición en la Cámara Alta.

“La calidad laboral en Paraguay es mala, necesitamos mejorar las condiciones de los trabajadores”, expresó Esperanza Martínez, exministra de Salud y actual senadora de la nación, al celebrar que se ponga la discusión sobre la mesa. Desde su bancada, lleva años impulsando una mesa de trabajo sobre el tema.

“La calidad laboral en Paraguay es mala, necesitamos mejorar las condiciones de los trabajadores”

Esperanza Martínez, exministra de Salud y actual senadora.

El dilema de la informalidad

Uno de los puntos más complejos es cómo aplicar esta reducción en un país con más del 60 % de informalidad laboral, mientras el Ministerio de Trabajo cuenta con apenas 17 inspectores para todo el territorio nacional.
Raúl Monte Domecq, asesor económico de las centrales sindicales, valoró el proyecto de ley, pero dijo que se tiene que discutir mucho más al respecto, porque “el Estado paraguayo no tiene la capacidad de controlar el cumplimiento de las leyes laborales”.

“El sector privado se queja de que no hay formalidad, pero muchas veces son ellos mismos los que no están formalizados”, plantea Canese. Y añade que si las condiciones laborales en el sector formal mejoran, eso ejercerá una presión sobre el informal para ofrecer mejores condiciones y atraer a los trabajadores.

“El sector privado se queja de que no hay formalidad, pero muchas veces son ellos mismos los que no están formalizados”

Mercedes Canese.

Más allá del trabajo

La visión que impulsa este proyecto va más allá del tiempo de trabajo. Se trata, también, de una apuesta por mejorar la vida en general: una población con más tiempo libre gasta más, consume más cultura, productos y servicios, lo que también estimula la economía.

La discusión está sobre la mesa. La ley fue presentada a finales del año pasado y ha sido objeto de debates en medios, redes sociales y hasta en audiencias públicas. A medida que se afianza, crecen las expectativas, pero también los cuestionamientos. Lo cierto es que, por primera vez en mucho tiempo, Paraguay discute no solo cuánto se trabaja, sino cómo y para qué. Y eso, en sí mismo, ya es un cambio.

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