Nota de tapa

El ritmo como respuesta al caos

Kchiporros está de vuelta

Con casi dos décadas de trayectoria, Kchiporros presenta Todo el Mundo Está Kaliente, un álbum que refleja, a la vez, la efervescencia del continente y el momento actual de la banda y la humanidad. En esta entrevista, Chirola Ruiz Díaz comparte con Pausa el proceso creativo detrás del disco, sus colaboraciones con artistas de toda Latinoamérica y su visión de la latinidad como un legado vivo de libertad, autenticidad y celebración.

Por Leticia Ferro Cartes. Dirección de arte y tratamiento digital: Gabriela García Doldán. Dirección de producción: Camila Riveros. Producción: Manu Portillo. Fotografía: Javier Valdez. Agradecimientos: Mathias Arce, Guada Báez y Mauri Román.

Kchiporros es una de las bandas más influyentes de Paraguay y una referencia clave del rock alternativo latinoamericano. Su sonido, que fusiona ritmos latinos, tropicales, reggae, pop y rock con una impronta propia que refleja el mestizaje cultural de la región, logró conectar a distintas generaciones y consolidarlos como una propuesta original dentro de la escena musical del continente.

Nacida en 2006 en Asunción, la banda está formada por el cantante Roberto Chirola Ruiz Díaz, Julio Troche en guitarra y voces, Fernando Peyrat en batería, Rodrigo Ojeda en guitarra y voces, Édgar Aquino en bajo y Diego Mieres en teclado. Su música, que se originó espontánea y lúdicamente, hoy atraviesa fronteras con un lenguaje auténtico y apasionado que dialoga tanto con las raíces como con desafíos del presente.

A lo largo de casi dos décadas de trayectoria, han lanzado múltiples discos de estudio, realizado giras por América Latina y Europa, y participado en festivales internacionales como Cosquín Rock, Vive Latino y Asunciónico. Su versatilidad los llevó a colaborar con artistas de diversos países y géneros, como Berta Rojas, Emiliano Brancciari (No Te Va Gustar), Gustavo Cordera (ex Bersuit Vergarabat), Joaquín Levinton (Turf), Los Auténticos Decadentes y, más recientemente, Gauchito Club y Toy Selectah.

Fotografía: Javier Valdez.

Kchiporros se destaca no solo por su energía en vivo, sino también por una evolución constante de su sonido, que sigue ampliando su alcance más allá de las fronteras nacionales. Luego de su reciente gran paso por el festival argentino Quilmes Rock en abril y una exitosa gira por siete ciudades europeas (Dublín, Londres, París, Barcelona, Valencia, Madrid y Bilbao, varias de ellas con entradas agotadas) en mayo, conversamos en exclusiva con Chirola Ruiz Díaz sobre el inminente lanzamiento de Todo El Mundo Está Kaliente, programado para el 26 de junio en todas las plataformas. Este disco va un poco más allá y se plantea reflexionar sobre las emociones, la identidad y la crisis climática en un escenario cada vez más polarizado.

Raíces marcadas a fuego

¿De dónde nacen estas nuevas canciones? Las raíces son múltiples y profundamente sensoriales. A Kchiporros los impulsa una inspiración que atraviesa lo tropical, lo sensual y lo picante: elementos que remiten no solo al calor físico del Paraguay, sino también a su energía vital. El sol nacional, con todo lo que implica geográficamente, es una presencia constante en su música. Pero también está lo global, lo que abrasa desde otras latitudes: el cambio climático, el aumento de la temperatura —literal y simbólica—, el ruido de las redes sociales y la creciente polarización de las ideas. “Hay una urgencia de encontrar una vía de escape, de sublimar todo eso con música y baile”, señala Chirola sobre el pulso emocional de Todo el Mundo Está Kaliente.

Ruiz Díaz percibe la latinidad como una fuerza vital construida desde la herencia y el mestizaje. Es el calor, el maíz, la lucha diaria y persistente, pero también la alegría irreductible de vivir. Se manifiesta en la lengua, en la esperanza que persiste a pesar de todo, en el fuego de la danza y la mezcla cultural expresada con sabor y pasión.

La latinidad es una identidad marcada por la resistencia y la celebración; una fuente inagotable de inspiración para su música y su forma de ver el mundo. Por supuesto, es una fuerza irremplazable en su proceso creativo.

La narrativa principal de Todo el Mundo Está Kaliente es la exploración de identidad. Nuestros colores, modismos y referencias geográficas y culturales hacen parte clave de esto. Para el cantante, el concepto de la “hora paraguaya” es esencial y puede ser entendido de manera positiva, en el sentido que ahora es nuestro momento, nuestro tiempo. “La búsqueda de canciones fue extensa, hasta llegar a esta lista final. Aparte de la banda, contamos con un enorme equipo creativo de colaboradores muy queridos en diferentes etapas. Tuvimos gente de Paraguay, Argentina, México y Chile, y varios campamentos de composición divertidos y muy fructíferos”, cuenta.

Amalgama internacional

Un componente esencial del sonido de esta placa se dio a partir de la colaboración con la banda Gauchito Club, que nació tras un encuentro casual en el festival Reciclarte de 2022, donde los argentinos oyeron por primera vez a Kchiporros en vivo.

Meses más tarde, Julio Troche mencionó públicamente su interés en trabajar con ellos, lo que rápidamente llegó a oídos de Gabriel y Sasha Nazar, de Gauchito Club. Así empezó un intercambio creativo que vio la luz en 2024 con el lanzamiento de Sudamerikal, tema que fusiona ritmos latinos con una potente identidad sudamericana.

La conexión fue inmediata, impulsada también por la admiración mutua hacia El Chávez, figura clave en este acercamiento artístico y en la historia de los Kchiporros. “Con Gauchito nos une la amistad y la conexión musical. Nos encanta la banda y teníamos ganas de colaborar mutuamente. Sudamerikal fue la canción perfecta para conectar con ritmo y sabor latino. El aporte de ellos cierra una unión que marca con fuerza este tema”, asegura Chirola.

Sudamerikal nació de la improvisación, y condensa la esencia libre y genuina tanto de Kchiporros como de Gauchito Club. En esta colaboración, ambas bandas se sumergen en los sonidos, colores y emociones que definen a Latinoamérica, para dar forma a un tema tan vibrante y salvaje como el propio continente. Desde la calidez de Paraguay hasta la energía de Argentina, captura la intensidad de una región marcada por el contraste, el humor y la pasión. Como lo resume Ruiz Díaz, fue pensado para que todos “sientan la gota en la frente” y no dejen de moverse.

Para los paraguayos, cada proceso de composición es diferente: no existe una fórmula o una llave para encontrar canciones. Tratar de innovar o refrescar es importante. Parte de la experiencia que los distingue es que intentan hacer que todo sea divertido. Para este ciclo, Chirola —quien, además, es el compositor principal— hizo varios viajes y acumuló experiencias enriquecedoras con diferentes personas. En Ciudad de México se reunió con artistas amigos como Sir Hope de Argentina, El Mulu de Chile, y Nico Orozco y Andrés Canalla de México. Una vez de regreso en nuestro país, los artistas se juntaron en una quinta para componer y hacer maquetas. Los acompañaron Mauri Román (Villagrán Bolaños, La de Roberto) y Sir Hope.

Más adelante se dieron otras creaciones luego de que Chirola, El Chávez y Mauri Román trabajaran en conjunto en San Bernardino; hubo muchas idas y vueltas a Monterrey (México) junto al productor general y mentor de esta etapa de la banda: Toy Selectah, que además es el artista que los acompañó con DJ sets en su reciente gira europea, un reconocido músico y productor mexicano que formó parte de Control Machete y que a lo largo de su destacada carrera colaboró con artistas como Cypress Hill, Thievery Corporation, Café Tacvba, Manu Chao, M.I.A. y Gustavo Cerati.

Pulsión inquieta

Para Todo el Mundo Está Kaliente, los músicos paraguayos se ubican en un contexto como ciudadanos del mundo. Es una mezcla agridulce el reconocer lo que estamos atravesando con el calentamiento global y proponer incorporar energía y alegría para afrontarlo, con su sonido característico.

“Recibimos en tiempo real la temperatura del planeta. Nuestro mundo… está kaliente. Lo que pasa nos afecta. Guardamos con orgullo el hecho de haber nacido acá, ¡de ser de acá! Estamos en un país tan sufrido, con falta de infraestructura, donde hacer música se hace cuesta arriba”, reflexiona el cantante. Es por eso que, a pesar de las dificultades, Kchiporros apuesta por enfrentar el desafío, se juega a seguir intentando y apunta a dejar un legado para los que vienen.

Como músicos, es fundamental el reconocimiento de sus raíces. “Independientemente de que el folclore es un género tradicional e importantísimo, no nos consideramos folcloristas y nunca fue la intención. Sin embargo, nos atraviesan nuestra tierra, nuestras costumbres, el amor a la patria. La forma de hablar, la síncopa y la nasalidad mestiza son inevitables. Y eso lo llevamos al mundo. No copiamos a nadie, pero sí nos inspiraron un montón de artistas, paisajes y sabores. Seguimos nuestro camino y mutamos en cada etapa. Con historias, ritmos y canciones que a veces hacen bailar y, a veces, emocionan”, subraya Chirola.

Reinventarse sin dejar de ser

El sonido de los Kchiporros fue mutando y la energía de su público, creciendo en consecuencia. “Es difícil medir la evolución que tuvimos, lo que empezó como un juego 19 años atrás sin saber tocar, inconscientes de lo que iba a generar… Sin querer, le hicimos bailar a todo el país”, dice.

Al mirar atrás a esos tiempos, Chirola reflexiona sobre lo que la banda generó. A su criterio, tal vez, expresiones de amor/odio y distintas conversaciones, no ajenas a polémica. Se encontraron repentinamente en el centro de la tormenta tratando de entender qué pasó. Y fue así como, sin querer, descubrieron en ellos un superpoder. “A través de los años, además de hacer bailar, también quisimos emocionar, pensar, incomodar. Aprendimos a tocar y nos hicimos muy buenos con el tiempo. Capaces de animar un festival gigante o un velorio; de hacer magia, un acto artístico inesperado, con una fuerza que no para de crecer y de evolucionar, sumada a una ambición enorme de seguir conquistando sueños”, subraya.

¿Cómo manejan el equilibrio entre mantenerse fieles a su estilo y, al mismo tiempo, reinventarse con cada nuevo proyecto? “Ser fieles a nosotros mismos también es entender que los ciclos cambian: no somos los niños de cuando comenzamos. No me interesa hacer la misma música o decir las cosas de ese entonces. Me importa este presente. Más conscientes, más humanos. Importan las nuevas canciones y el nuevo álbum. Lo que pasó, pasó y fue perfecto”, reflexiona sobre la trayectoria que llevan.

Ahora, recién llegados de Europa, evalúan la experiencia y la califican como “una gira sensacional: se sienten nuevos horizontes, se vienen festivales, viajes, experiencias, aciertos y errores. El sueño es disfrutar el hoy y que les encante el disco”.

Para Chirola fue especialmente emocionante sentir que las canciones atravesaron el tiempo y el océano, ver a la gente feliz, cantando a flor de piel, agradecidos de tenerles: “Con lágrimas en los ojos llevamos un poco de nuestra tierra roja. Y no quedó nadie sin bailar”.

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