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Memoria y futuro

Seis proyectos jóvenes sobre el pasado

En un contexto marcado por el olvido, esta iniciativa pone en debate la necesidad de crear memoria desde perspectivas frescas y jóvenes. ¿Cuáles son las claves para entender este escenario? Conversamos con activistas por los derechos humanos que tomaron la posta para contar la historia reciente en [35+35]x, Laboratorio de memoria y futuro.

Por Laura Ruiz Díaz. Fotografías: gentileza Fábrica Memética.

No es novedad que en nuestro país la memoria histórica sigue siendo una deuda pendiente. Hoy, sin más, es el aniversario del inicio de un periodo nefasto: el golpe de Estado en Paraguay de 1954, una acción militar encabezada por Alfredo Stroessner, Epifanio Méndez Fleitas y Tomás Romero Pereira, que dio inicio a la dictadura que duró 35 años, una de las más longevas de la región. Parte de nuestra desmemoria es que no tengamos presente este hecho.

En este contexto, el año pasado un grupo de jóvenes decidió tomar la posta, a 35 años del inicio de nuestra imperfecta democracia. [35+35]x es el nombre de un laboratorio que fusiona creatividad, tecnología y activismo para interpelar el pasado desde miradas frescas y urgentes. Seis proyectos demuestran que la memoria y el archivo son campos en disputa, capaces de inspirar luchas actuales.

¿Cómo hablar de dictadura con una generación que no la vivió? La respuesta llegó desde el arte, la comunicación y la calle. Estos proyectos no se limitan a recordar: cuestionan, resignifican y, sobre todo, conectan las heridas del ayer con las demandas del presente. Una apuesta por romper el silencio en un Paraguay que aún evade las sombras del estronismo y, peor aún, desde algunos sectores lo reivindican.

El resultado es tan diverso como contundente: un meme-libro que usa el humor para desarmar mitos, un podcast que revela las resistencias en Ciudad del Este —fundada con el nombre del dictador— y hasta un skatepark que se transformó en espacio de memoria. La consigna es clara: el futuro no se construye borrando el pasado, sino haciéndolo propio. En esta nota, conversamos con los actores que fueron parte de este proyecto.

«La memoria no cabe solo en los libros. Para que las nuevas generaciones se apropien de su historia, hay que hablarles en su idioma: con arte, música, redes y creatividad”, afirma Paola Ruiz Díaz, responsable por la Codehupy de [35+35]x, Laboratorio de memoria y futuro, que reunió a jóvenes y mayores para reconstruir —desde el presente— las huellas de la dictadura estronista en Paraguay. ¿El objetivo? Que el pasado sea motor de acción colectiva.

En entrevista con Pausa, Paola destaca el poder de los cruces intergeneracionales: «La energía creativa de los jóvenes y la experiencia de quienes vivieron la resistencia se potencian al conectarse». Pero también advierte sobre el riesgo del olvido intencional: «El negacionismo no es casual: borra las injusticias que aún marcan nuestro hoy».

Frente a eso, el laboratorio incubó seis acciones disruptivas que comparten una misma convicción: la memoria es el antídoto contra el engaño. Porque, como dice Ruiz Díaz: «Un pueblo que sabe de dónde viene no se deja manipular tan fácilmente».

En busca de nuevos códigos

La convocatoria fue muy interesante: cinco semanas de laboratorio, 43 postulantes y 20 cupos. Exigía mucho: describir la idea del plan comunicacional: qué contenido, cómo distribuir y a qué audiencia. La metodología la desarrolló Fábrica Memética. “Fue como encontrar una audiencia nueva, no tan desgastada, con ideas frescas. La motivación metodológica del proceso surgió de esa necesidad que muchas veces es expresada cuando hablamos de causas: el recambio generacional”, describe Juan Heilborn, codirector de Fábrica Memética. Que nuevas generaciones hablen del tema es, en cierto modo, romper el pacto de silencio al que todo el país fue sometido.

La pluralidad de voces surge a partir de la selección misma. La búsqueda estuvo en la diversidad geográfica, de perfiles e, incluso, franjas etarias. Pero el requisito principal era que todos y todas hayan nacido en democracia.

“Una de las claves era trabajar con personas que nacieron en democracia para comunicar a personas que nacieron en democracia”, agrega Carol Thiede, directora general de Fábrica Memética. La lógica de comunicación entre pares fue fundamental a la hora de pensar en proyectos que puedan transmitir realmente estos mensajes.

“El día que lanzamos Ventanas abiertas como proyecto editorial notamos que hay muchísima hambre de información en las generaciones que no vivieron directamente este proceso o que están un poco más distantes de lo que pasó en ese momento histórico. La gente sí quiere saber qué pasó, sí quiere hablar de eso”, afirma Thiede.

Contar el pasado con voz de presente

En el laboratorio convivieron memes, mapas cartográficos, celulares y podcasts, lo que trajo nuevas formas de contar lo que las generaciones anteriores experimentaron. “Nos dimos cuenta de que nos interpelaba, sobre todo, saber o investigar cómo se vivía la dictadura y cómo se organizaban y encontraban las personas que resistían al régimen en aquel momento, su vinculación con nuestras propias formas de resistencia actuales”, afirma Rebeca Zaracho, una de las participantes.

Cada uno de los proyectos tiene como fin ser amplificado para la base de futuras investigaciones que se nutran de la memoria colectiva, para lo cual buscan fondos de sostenimiento.

Por otro lado, hay una profunda comprensión de la importancia y el significado de los derechos adquiridos. “El sistema educativo y los medios borran deliberadamente la memoria. Por eso, como jóvenes, nos toca autoinstruirnos y compartir lo que aprendemos. Es un trabajo de hormiga, pero si hoy sembramos, quizá nuestras nietas vivan en un país más justo», opina Dokko Sosa, otro de los participantes.

“Creo que hablar sobre esto es nuestra responsabilidad. La memoria es una cuestión en disputa y, si la abandonamos, el significado se nos va a imponer”, reflexiona Zaracho. Y agrega: “Al disputar el relato histórico le cargamos también de significado en nuestro territorio y es más posible plantear acciones más coherentes o que podamos tener un horizonte, para construir hacia delante”.

“Frente a un mundo que está buscando respuestas a sus preguntas en un chat de IA, es necesario también volver al origen de las cosas para entender los pensamientos y comportamientos de nuestra sociedad”, plantea Micaela Cattáneo, otra de las participantes. Y condensa toda la experiencia en una frase: “Las nuevas generaciones no tememos poner sobre la mesa asuntos históricamente escondidos y/o maquillados. Por el contrario, nos hacemos cargo del ejercicio de avivar la memoria para reparar las heridas que dejó la dictadura y proteger la idea de que en este territorio, algún día, se podrá vivir mejor”.

VENTANAS ABIERTAS
Este material, desarrollado por Fábrica Memética, fue una de las bases para la realización de estos proyectos, una versión condensada del informe de la Comisión de Verdad y Justicia.

El oficio de memoriar

Estas son las historias que quizás no están en muchos de los libros, pero sostuvieron la lucha por la democracia. Y, sobre todo, las herramientas para que el futuro no repita los errores del ayer.

Todavía se busca y La ciudad con nombre de dictador

El primero propone resignificar la fundación de la que antes de ser Ciudad del Este fue Puerto Presidente Stroessner y, además, reivindicar el día del fin de la dictadura. Fue, de hecho, la inauguración y presentación de [35+35]x, Laboratorio de memoria y futuro. Para el segundo crearon un podcast sobre represiones y resistencias en el Este paraguayo donde, con anécdotas, testimonios y datos, se construye el relato de resistencia de la época. Los integrantes de este proyecto fueron Alicia Delgado, Romina Aquino González, Belén González, Majol Lacarrubba y Dokko Sosa.

Memoriar: Guía didáctica para la memoria

Esta guía está diseñada para explorar colectivamente obras artísticas que narran el periodo del estronismo en Paraguay, un insumo para facilitadores de espacios de formación, educación y promoción cultural. Las creadoras de esta propuesta son Sophia Ruiz, Giselle Ramos, Fiorella Zárate, Guadalupe Ramírez y Mariana Florentín.

Sonidos de la memoria: El cautiverio de los genios

Sonidos de la memoria es un registro grabado clandestinamente en el campo de concentración de presos políticos de la dictadura estronista en Emboscada. A través de este material, el proyecto se conecta con nuevas generaciones mediante la música en un diálogo intergeneracional entre artistas. Este es el primer paso para llegar a El cautiverio de los genios, un podcast sobre cómo el arte fue medio de expresión y lucha durante la dictadura estronista. Renata Vargas y Misael Sosa fueron los encargados de desarrollar esta idea.

Cartografías de resistencia

Es un mapa interactivo que explora hitos donde la resistencia se manifestó a lo largo de la dictadura estronista en Paraguay (1954-1989). Incluye puntos de encuentro, refugio y organización clandestinos de colectivos sociales con ubicación exacta, datos históricos y relatos, tanto de protagonistas como de testigos, recopilados de manera colectiva. Los ideólogos de este trabajo fueron Rebeca Zaracho, Jimena Riso, Miguel Torales, Adriana Rolón, Fátima Barreto, Bárbara Arce y Majol Lacarruba.

¿Todo es culpa de Tacuara? Memes, fútbol y política

El penal que falló Tacuara en el Mundial de Sudáfrica 2010 y la narrativa que se instaló en torno a este hecho son el punto de partida de este proyecto que, a través del relato propio y con humor, busca respuestas a estas preguntas: ¿Por qué la sociedad paraguaya condena algunas cosas y otras no? ¿A quiénes castiga? ¿Qué elegimos recordar y qué olvidar? Es un meme-libro, un territorio muy pocas veces explorado que fija algo de característica mutable (el meme) y lo lleva a la categoría de archivo (el libro). Micaela Cattáneo y Coralie Arbo fueron las creadoras del material.

La memoria es una herramienta para el presente. La pregunta que dejan flotando es incómoda: en un país donde el 60 % de la población nació después de la dictadura (INE, 2023), ¿cómo evitar que lo peor del pasado se recicle? La respuesta es colectiva: memoria es verbo, no sustantivo, y se conjuga en tiempo futuro.

MÁS INFO
Podés encontrar más información sobre cada uno de los proyectos en www.codehupy.org.py/laboratorio-memoria-y-futuro

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